Capítulo 18.-I can no wait to go home

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Martes / 6:09 a- m. Localidad: Ámsterdam

Diego: Solo entiéndeme, ¿puedes?

-Te comprendo totalmente, sabes que tienes el poder para parar el dolor, pero no puedes. Sientes la necesidad de con continuidad desahogarte con todo lo que te parezca tranquilizantemente suficiente para drenar energía. Tu sien...

Diego: No siento nada, estoy vacío, es en este momento en los que de nuevo tengo conflictos propios donde involucro la relación toxica conmigo mismo, me engancho a todo lo que me hace daño.

-¿Como el pasado?

Diego: Así es... Y además, a-además. –Tartamudeo mientras secaba sus lágrimas de una zona de su rostro.- No me se cuidar solo y para ser más preciso nunca supe cómo ser mi propio aliado. -Finalizo con un suspiro

-Los suspiros que ocasionas no bastan para desechar del pecho todo el aire y así por fin morir.

Diego: Tus palabras son deprimentes pero ciertamente correctas para lo que simbolizan.

-Oye, yo solo hablo con la verdad y tu situación logró en algún instante ser la mía, pero que crees, ya no me inquieta porque acepté que sin dolor debo seguir avanzando sin aferrarme a monedas de oro.

Diego: ¿Monedas?

-Si. Afirmé. –Deberías saber que donde está tu tesoro está tu felicidad, y tanto tú como yo hemos estado hurtando unas que otras monedas de oro encontradas por ahí y nos aferramos a ellas como si fueran las únicas que nos fueran a presentar en la vida... No nos percatamos que más adelante tenemos algo mejor y por más que la moneda brille tendremos un resplandor más gratificante a la vuelta de la esquina.

Diego: ¿No es literal verdad?

-No, porque estamos a cuadras de esa vuelta a la esquina.

Diego: ¿Seguir avanzando?

-Seguir avanzando. Confirmé

  Hoy le anunciaron a Diego que nuestros padres se encontraban de viaje, a él le afectó que no haya mencionado ni un mínimo detalle de cuando regresa. Su dolor proviene de la incomprendida falta de comunicación ya que él se enteró gracias a uno de sus guardaespaldas, en cambio yo, me enteré por mi padre quien me escribió. Y aun así me quejaba porque mi padre era un idiota... Ya veo que existen peores.

Narra Diego

 Es impresionante el singular encanto de una dama, no su físico, joyas ni mucho menos como alcanzaría desenvolverse en la cama a la hora del acto sexual. Es una divinidad más compleja e artística que el recreado atardecer, cuyos colores en el cielo pareciera maniobra de un prodigioso pincel, la temperatura fresca como la limonada, que te permite inhalar con complacencia y estar activo.

 La perfección de Juli es tan exclusiva que de costumbre no cualquiera merece apreciarla, no como yo.

 Es una chica que por su corta edad es mucho más sensata precisa y lógica que yo, comprende la realidad cuya sentido es aflictivo. Me ha demostrado directamente la manera como transforma su energías tristes en poesía, que ningún ser será ni el primero ni el último en hacerme daño porque la naturalidad de la vida es chocar contra el suelo para así arrastrándonos por la tierra, darnos media vuelta, observar el cielo y emitir la alegría de estar justo en ese instante para contemplar el fantástico atardecer. Detrás de todo lo malo se localiza la recompensa de todo tormento, después de la caminata por la montaña cuesta arriba esta una paisaje eminente, después de dolor en el "corazón" te vuelves menos propenso a experimentar cualquier ataque y el dolor pasa a ser solo la muestra de cómo el corazón jamás se rompió, solo es la mente que se cansó.

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