Capitulo l

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Padme Amidala jamás había hecho algo como esto. Siempre había hecho lo que se le pedía, obedecía las reglas todo el tiempo, nunca había actuado de una manera tan cobarde como lo hacía ahora, su pueblo siempre estuvo por encima de sus necesidades, de sus deseos. Pero ahora estaba haciendo todo lo contrario a lo que ella creía que era lo correcto. Estaba huyendo de sus responsabilidades, de su reinado, sabía que su pueblo aún estaba sufriendo, pero ¿que podía hacer ella? No era más que una joven, ni siquiera el canciller había hecho algo al respecto. Si regresaba a Naboo sería asesinada, y si regresaba a Coruscant sería prácticamente una prisonera, protegida en todo momento, sin que nadie se le acercase, y aunque se terminase el problema en Naboo las cosas serían iguales, ella seguiría sin vivir su vida, siempre pensando en la felicidad y en las necesidades de los demás menos en la suya.
Ya no quería ser más la reina Amidala.
Aún sentía su corazón latir tan fuerte sobre su pecho mientras caminaba por las calles de Tatooine, no hacía poco más de unos instantes que aún era prisionera del virrey, aún sentía la adrenalina de su escape, aún estaba temerosa por si alguien la llegaba a encontrar, sabía que pronto notarían su desaparición. Y le queda muy poco tiempo en lo que ellos rastreaban la nave.
Necesitaba conseguir un piloto con desesperación. Pero no quería a cualquiera,necesitaba a alguien en quien pudiera confiar, alguien que aunque descubriera su identidad siguiera fiel a ella. Sabía que el virrey ofrecería una recompensa muchísimo mayor de lo que ella pudiera pagar a aquel piloto, es por eso que no quería al típico contrabandista, necesitaba alguien más, pero ¿como encontrar a alguien así en Tatooine?
Había tantas tiendas a su alrededor, pero no sabía por dónde empezar, no sabía a quién preguntarle, no tenía idea de cómo se hacían estas cosas. Y si preguntaba a alguien dónde conseguir un piloto ¿Sospecharían de ella? ¿La reconocerían aún sin todo ese maquillaje y extravagantes prendas?
La joven rezo a la fuerza para que nadie la descubriera.
Siguió su camino, observando las chatarras que vendían a su alrededor cuando escucho como alguien le gritaba, no estaba muy segura de si debía voltear pero de todos modos lo hizo, lo hizo demasiado despacio y preparándose mentalmente para salir corriendo si de algún droide de la federación se trataba.
Pero no era así, no era más que un toydariano con muy mal aspecto, este estaba afuera de su negocio, la reina se quedo confundida, ¿Por que aquel ser le hablaba? ¿O acaso ella se habrá confundió y el no se dirigía a ella?
El toydariano la miro fijamente, no estaba muy lejos de ella, tal vez unos 8 o 10 pasos.
Padme tragó saliva, ¿la habría reconocido?

- ¿puedo ayudarla en algo jovencita?- Dijo sin más. Tal vez él podría ayudarle con su problema, pero no debía confiar demasiado en cualquier cosa que este le dijera, aquí eran capaz de decir lo que sea con tal de que le compres algo de su mercancía. - Puedo notar que estás en busca de algo importante, no te has detenido a observar la chatarra ni las baratijas que los demás te ofrecen, ¿buscas algo más grande? Yo lo tengo, eso te lo puedo asegurar.
La joven alzo una ceja, no muy convencida de lo que este le decía.
- ¿Que buscas?- Insistió el toydariano.
Padme no está muy segura de si decirle o no lo que necesitaba, pero quería opciones y si no dejaba que se las mostrarán jamás iba a salir de aquí.
- Un piloto.- Contesto sin más.
El pequeño ser le mostró su más escalofriante sonrisa.
- Mmm, estás de suerte- Este se levantó de donde se encontraba sentado y comenzó a caminar hacia su negocio, Padme no estaba segura de si debía seguirlo pero aún así lo hizo. Dentro de este estaba lleno de piezas de droides, de naves y algunas otras que no puedo reconocer. Se pregunto si realmente este le podía ayudar, no parecía manejar esa clase de negocios.- ¿Para que buscas un piloto?- Pregunto.
La joven no estaba convencida de si debía contestar esa pregunta, pero después de unos segundos en silencio lo hizo.
- Quiero que me escolte a un planeta bastante lejano- Se limitó a decir.
El toydariano mostró de nuevo su sonrisa escalofriante.
- ¿Cuanto estás dispuesta a ofrecer?- dijo con picardía.
- Cuanto esté dispuesto a cobrarme- contesto Padme, no estaba segura de si esto ya era una negociación, si aquel toydariano sería el piloto no aceptaría, no confiaba en el. Ella siempre se sintió orgullosa por tener un buen ojo para las personas, y este ser no era de mucha confianza, haría cualquier cosa con tal de obtener mucho más dinero.
- ¿Tienes una nave?
- No.
- Entonces el trabajo será mucho más costoso- Dijo con bastante ánimo en su voz.
- No es un problema- Padme tenía demasiado dinero en sus manos, cuando acudió con el virrey para la negociaciones sabía que habría dinero de por medio y llevo todo el que pudo, cuando está fue llevada como prisionera no fue despojada de ninguna de sus cosas y así cuando escapó puedo llevarse con sigo el dinero.
- Excelente, para tu suerte no pudiste encontrar a alguien mejor que a quien tengo a mi disposición, es el mejor piloto qué hay en Tatooine.
Estas palabras no convencieron de todo a Padme, cualquiera le diría eso con tal de que contrataras sus servicios.
- Puedes preguntarle a cualquiera por el, es el mejor, de eso no le queda duda a nadie.
Lo decía bastante seguro, la reina no sabía si debía creerle.
- Su nombre es Anakin, Anakin Skywalker. Está aquí mismo- dijo para después seguir avanzando, la muchacho lo siguió, este la llevo a una especie de patio trasero donde había enormes piezas de naves y algunas otras cosas.
En el centro de este había una enorme nave, ni demasiado nueva ni demasiado vieja. Era perfecta, no levantaría sospechas para nada, pensó la joven Amidala.
-Anakin, baja un momento- Dijo el toydariano con voz fuerte y de arriba de la nave se asomó un cuerpo, la joven no pudo verlo con claridad pues el sol destello en sus ojos.
En cuestión de unos instantes Anakin ya estaba junto al Toydariano.
La reina Amidala se quedo perpleja, Anakin era solo un muchacho, tal vez unos cuantos años más chico que ella. El  tenía el cabello rizado y castaño, ojos azules claros, era bastante alto, delgado y atractivo. Muy atractivo, Padme se sonrojó un poco por aquel pensamiento que había invadido su mente.
El joven le dedicó una linda sonrisa.

- El es el mejor piloto de Tatooine, te llevará hasta donde tú quieras sin ningún tipo de problema- Dijo aquel ser, Padme solo asintió.
El chico no parecía ser el típico piloto contrabandista, él podría ser diferente, pensó la joven. Además de que el tiempo no estaba a su favor, necesitaba tomar una decisión pronto. Pero ¿sería tan imprudente de contratar al primer piloto que le ofrecían? Al parecer lo sería pues había algo en el, algo que la hacía pensar que el era la decisión correcta.
Que no encontraria a otro igual.

Huyendo. (Padme & Anakin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora