No sabía nada a cerca de esa persona.
-¿Sabes quien es?-Le pregunté a Cristina y a Noelia.
-Es un chico nuevo que viene del picacho.- me respondió Cristina.
-¿Le conoces?- preguntó extrañada su hermana.
-Si, bueno,no. Le sigo en Twitter.
-Ah entonces no le conoces Cris, solo le sigues.- soltamos una leve carcajada las tres. Era muy estúpida la situación. Tenia mucha curiosidad de saber quién era ese extraño chico de bonito nombre; Gonzalo Benítez...
Acabó el instituto y mis amigas y yo fuimos a mi casa.
-Quedaros a comer "plis".-Dije al llegar a la puerta.-no me apetece comer solita.-puse pucheros y se me quedaron mirando.
-Por mi bien.-dijo Cris.
Entramos las tres a casa. Entonces caí en la cuenta de que no tenía nada en la nevera que ofrecer a mis amigas salvo fideos al microondas.
Vi que estaban sentadas en el salón y fui hacia la puerta.
-Ey, os apetecen fideos chinos para comer ¿verdad?-sonreí.
Cristina y Noelia siempre habían sido mis mejores amigas y nunca nos habíamos separado. Juntas éramos tan felices que siempre nos olvidábamos de las preocupaciones que teníamos cuando estábamos reunidas.
Cristina era algo más alta que yo, pelo largo y negro, ojos cafés y delgada. Noelia era más bien bajita, pelo negro y algo más corto que su hermana.
Yo, una chica normal, ni muy alta ni muy baja, ojos marrones y pelo largo y castaño. Con unos kilos de más en todas y cada una de mis curvas y una autoestima más por debajo que un sótano.
Puse los fideos en el microondas y los puse en cuencos.
-Oye, venid a ayudarme a poner la mesa, ¿No?-Le chillé desde la cocina.
-¡Ya vamos!-Me gritaron las dos a la vez.
Nuestra amistad era prácticamente perfecta. Teníamos toda la confianza del mundo para decirnos lo que pensábamos en todo momento y nos gustaban las mismas cosas, nada podía salir mal.
Entraron en la cocina.
-Qué llevamos Clarita.-dijo Cris.
Noelia se puso a buscar en unos cajones y cogió el mantel mientras que yo servía los fideos en los cuencos.
-Cristina coge tu los cubiertos y las servilletas por favor.-le pedí.
-Vale.
Cogió lo que le pedí y se lo llevó al salón. Cogí los tres cuencos y los llevé al salón. Estaban las dos sentadas en cada esquina del sofá dejándome a mi en medio. Me senté y cada una cogimos nuestro cuenco, empezamos a comer tranquilamente en silencio.
Después de horas de risa y comida basura las tres decidimos irnos a dar una vuelta por el barrio.
Bajamos.
Estábamos paseando tranquilamente por un parque cuando me fijé en un chico que paseaba por allí. Era alto y moreno con una musculatura perfecta. Tenia ojos café y el pelo ni muy corto ni muy largo, tal y como me gusta a mi. Me quedé mirándole mientras avanzábamos. Entonces el levantó la vista y coincidimos en nuestras miradas. Pude notar rápidamente como mi pulso se aceleraba y el corazón me latía rápidamente.
-¡Clara!- me gritó Cristina. Me dio un susto enorme y me hizo volver a la realidad.
-¡Qué!-Le grite.
-Acabas de pisar una caca de perro. Ug.
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un año cualquiera
Romanceuna historia de mi primer amor. la historia trata de una chica, clara, la cual se enamora por primera vez de un chico que ni siquiera sabe que existe