CAPÍTULO EDITADO🔒Exactamente un 5 de Abril de 2016 lo conocí, el día que empecé la Universidad.
Michael Mórdan, nació el 4 de Enero de 1996, actualmente tiene 21 años. Empezó el mismo año que yo a estudiar, y como una simple casualidad, la misma carrera.Era y sigue siendo hermoso, su cara, su cuerpo, su forma de ser y de pensar, todo me gustaba. Sus ojos color celeste, su pelo semi-rubio. Era la persona que nunca pensé cruzarme alguna vez, la perfección en pinta.
Al ser el primer día de clases y yo que no conocía a nadie, decidí hablarle para preguntarle si sabía donde quedaba el salón que nos tocaba.
-Hola, ¿a caso sabes donde puede ser el salón que les toca a los que estudiamos Abogacía?- le dije.
~Hola niña, estoy buscando exactamente el mismo salón. Soy nuevo acá. ¿Lo buscamos juntos?.~ me respondió pensativo.Fue ahí donde no supe que pensar, estaba tan cerrada, que ni siquiera quería entablar una conversación con alguien que no conocía. Y como nunca, me tocó nuevamente tomar una decisión.
-Está bien, vamos-. Le dije, un tanto incómoda.
Al recorrer casi toda la Universidad, decidimos preguntarle a un mayor, hasta que chocamos con la directora y nos dijo cual salón era el que nos tocaba.
Fuimos hasta donde nos dijo, y nos encontramos con un salón enorme con miles de personas. Entramos y como no habían muchos lugares desocupados, nos tuvimos que sentar uno al lado del otro.Pasaron las horas de clases y no hablamos de nada, era algo incómodo, porque él se pasaba mirandome mucho rato. No quería insinuar ni pensar absolutamente nada, pero se hacía totalmente rara la situación.
Al salir de la Universidad, salimos juntos y él por curiosidad me hizo una pregunta que hizo que se formara una conversación.
~¿Cómo te llamas?~lo dijo sumamente curioso.
-Emily, ¿y tú?- le respondí un poco seria.
~Michael me llamo, tienes un acento raro, ¿Eres de aquí? ~
Obviamente se iba a dar cuenta, estaba en Córdoba pero mi acento no era de una persona cordobesa.
-Soy Porteña, vine este año acá. Será por eso. Por tu acento parece que sos cordobés hace mucho, ¿o ya eras de acá?-. Su acento sin dudar era cordobés y para se honesta, me encantaba.
~Nací acá, ¿así que sos Porteña?, que lindo hablan allá~. Respondió con una sonrisa curiosa.
-Gracias-. Respondí en seco.
No quería que diga más, no podía engancharme con los sentimientos absurdos que tenía.
De igual manera él insistió en seguir la conversación.
~¿Me das tu número de celular? Si querés~.
Estuve a punto de negarme. Pero luego pensé en que iba a quedar como una chica muy chillona.
-Si, ***********(número)-.
Luego nos despedimos y él fue a su casa y yo a la mía.Al llegar a mi departamento y por fin relajarme después de un día de clases, me puse a preparar la cena.
Mientras hacía la cena, escuché mi celular sonar, era una llamada. La cual atendí.
Por gracia no era de Michael, era de mi papá (por cierto, se llama David y tiene 48 años) que me llamaba para saber como me había ido, diciendo que me extrañaba y que me deseaba una linda noche. Ya estaba necesitando que me llame, es dificil estar lejos de un día para el otro. Mi papá era el único hombre al cual yo amaba, y a él si le perdonaría mil errores. Después de todo él me ama y por más errores y discusiones que tengamos siempre quiso y quiere lo mejor para mi. Y obviamente yo para él.
No le comenté lo de Michael, pero le dije como había sido mi día y le dije que es muy raro estar en un lugar viviendo sola y haciendo todo yo sola. Era raro que yo no estuviese con mi papá, éramos como el argetino y el mate. Inseparables.Era el segundo día de clases y por suerte ya me sabía el salón que me tocaba y los horarios, ya no tenía que dar mil vueltas ni preguntarle a nadie.
Al entrar al salón me encuentro con Michael sentado al lado de mi banco como el día anterior. Claro que lo saludé, por respeto.
-Buen día Michael-. Le dije.
~Igualmente Emy~. Me dijo con una hermosa sonrisa.
Me pareció que era una persona que toma confianza muy rápido, y yo me mantenía lejos de las personas así. Porque mayormente esperan a que vos seas igual.
Salimos al recreo y nos pusimos a hablar de nosotros. De como llegamos a esta carrera y de que parte nos gusta más.
~Y contame Emy, ¿Te gusta Córdoba?~ me dijo.
-No me gusta, me encanta-. Respondí con una sonrisa.
~Y todavía falta que conozcas a una persona la cual te haga que la ciudad te guste más, tal vez esté muy cerca~.
Todavía recuerdo cuando me lo dijo, nos inundó el silencio. No sabía que pensar, era obvio que tiró una indirecta, no podía contestar algo bueno. Ni mucho menos algo tierno.
-Mejor sola que mal acompañada, ¿No te parece?-. Le dije un poco seria. Por dentro quería llorar de lo cruel que me hizo el amor.
Él me miró y no pudo evitar decirme: ~Tenés mucha razón, pero capaz llegue el indicado. Sé que esos ojos brillan porque alguien no los valoró, ¿Me equivoco?~.
No pude ser fuerte, rompí en llanto, no podía aguantar el dolor que tenía adentro. Mi ex lo había sido todo para mi, era mi mundo. Podía tener millones de defectos que para mi iba a ser siempre perfecto. (Como toda persona cuando se enamora).
Y no podía caer todavía en lo que me hizo. Hasta el día de hoy no lo comprendo.
Michael no pudo hacer otra cosa más que abrazarme, y fue cuando me rompí a llorar peor. Su abrazo fue el consuelo que tanto me hacía falta, pero no podía estar abrazada con alguien que ni conocía. Por eso es que me alejé de su abrazo y le di las gracias y me fui a mi departamento, nuevamente recuerdos del pasado me hicieron estar triste. Pensando que ya lo había olvidado y que ya no dolía.Camino al departamento no hacía más que llorar, pensaba en lo tonta que pude ser por amar y al pensar en que posiblemente ahora me esté enamorando y pueda pasar lo mismo, me dolía. Me dolía el corazón.
Por dentro sólo me decía "¿Quien va amar de verdad?, nadie". Pero por fuera necesitaba creer que alguien se muera de amor posta.Como consuelo llamé a mi papá, le pregunté como andaba todo por casa. Y me dieron la mala noticia de que mi abuela estaba internada en terapia intensiva. Necesitaba noticias buenas y al final recibí todas malas. Decidí viajar a Buenos Aires para ir a ver a mi abuela, ella era como la mamá que nunca tuve. Y esa historia ya pronto se las contaré.
Ya me encontraba en el colectivo, cuando me suena el celular. Si, era Michael preguntándome si estaba bien y porqué no iba a la Universidad. Le conté un poco lo que pasaba con mi abuela y que por eso no asistía a clases. Él avisó en la Universidad y le di las gracias por eso.
Cuando llegué a casa abracé con todas mis fuerzas a papá, él no pudo evitar llorar de alegría por volverme a ver. Fuimos hasta la clínica donde estaba mi abuela y pasé a ver como estaba. Creo que fue lo que más me dolió en toda mi vida, no podía creer que mi abuela estuviera en una sala internada. Nunca había visto a mi abuela tan débil, y ver a mi papá tan roto fue lo que me mató.
Me senté a su lado, le conté lo que me había pasado, le pedí que despertara, le di miles de besos, le agarré la mano y lo peor de todo es que no me respondía. Me destrozó más de lo que estaba.Salí de la sala y me quedé con mi papá ahí hasta que nos dieran nuevas noticias. Necesitábamos más que nunca que se recupere.
Pero no fue así, lamentablemente mi abuela se tuvo que ir. Nos dijeron que ya era hora de dejarla descansar, y así fue. Lloré de dolor por no poder decirle que la amaba tanto tanto, pero mi consuelo fue que ella sabía todo de mi y se daba cuenta que yo la amaba mucho. Me dolió no estar a su lado antes de lo ocurrido, pero me hubiera muerto en vida si yo estaba presente. ¡Que Dios te tenga en la gloria abuela!.Papá estaba destrozado, se le notaba en su mirada por más que quería hacerse el fuerte. Lo abracé con mil lágrimas, y le dije que todo iba a estar bien. Me miró y me dijo "Sos la persona más fuerte que vi en mi vida y lo más hermoso es que te hice yo, estoy orgulloso de vos hija, luchá por lo que más quieras. Te amo princesa".
No quería despedirme, odio las despedidas. Para ser honesta era una nenita de papá y amaba serlo. Pero en definitiva tenía que volver a mis estudios porque sabía que se me iba a complicar peor.Estaba viajando devuelta a Córdoba, cuando de repente suena mi celular, ~Hola Emy, ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu abuela?~. Era Michael.
-Hola, mi abuela ya está en un lugar mejor, donde no sufre-. Le respondí con un nudo en la garganta.
~Lo siento mucho bebé, si querés cuando vuelvas charlamos en mi casa~.
-No te preocupes, no quiero hablar-. Le dije con lágrimas en los ojos, yo sí quería hablar pero no me daba el corazón para hacerlo. Sin más rodeos le corté la llamada. Aunque el insistía llamándome una y otra vez. Pero no atendí.Al fin llegaba a mi departamento, decidí acostarme un rato hasta el otro día. Me tenía que levantar temprano para ir a la Universidad.
Me desperté eso de las 6 am porque alguien llamaba en mi puerta, me levanté y fui a ver quien era. Y no era nada más ni nada menos que mi sobrinita que me vino a visitar con mi hermano, los hice entrar y desayunamos de la mejor manera posible. Ya que estábamos un poco tristes. Y es entendible.
Mi sobrinita (Luz, tiene 6 añitos), es lo más lindo que hay, mi mayor amor. No podía estar triste si estaba con ella. Le dije si quería ir a la plaza después de que yo salga de la Universidad, y me dijo que si.
Y justo ese día no fue a la Universidad Michael, lo que me pareció raro. Pero no lo quería llamar, sería aún más raro todavía.
Salí de la Universidad y pasé por mi sobrinita para llevarla a la plaza, cuando estábamos por llegar vi a la persona que menos deseaba ver, era mi ex con su nueva novia.
Obviamente tuve que hacer como que nada pasaba porque estaba con mi princesa, pero lamentablemente tuvimos que pasar por la parte donde estaba él. Él me reconoció, y justamente hizo lo que no tenía que hacer. Hablarme.
》Hola, ¿Cómo has estado? Me enteré lo de tu abuela, lo siento tanto《 me dijo con pena.
*JA, justamente vos te vas a sentir mal* pensaba por dentro con ironía.
-Bien, gracias-. Le dije, en seco.
Le tomé la mano a mi sobrina, y nos fuimos a tomar un helado.ALDANA TEVES

ESTÁS LEYENDO
Te superaré, lo prometo.
Teen FictionCuenta sobre un amor, donde Emily no quiere volar, ni Michael quiere quedarse. Los dos vivieron pérdidas de amores, gente que se mete y ellos que no están seguros de sí mismos. Los lazos son perfectamente unidos en un amor que claramente no es corr...