TWO

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Al siguiente día, Jimin llegó treinta minutos antes de la hora especificada.

― Parece que cada día llegarás más temprano que el día anterior. ― Reí, cuando Jimin había entrado en la habitación, haciendo que mi nariz se arrugara.

Él también rió y de paso se sentó en la silla que estaba en frente de mi escritorio.

― Bien, vayamos al grano. ― Apoyé las manos en la mesa de cristal. ― Te vuelvo a repetir la misma pregunta de ayer... ¿Cuándo fue la primera vez que soñaste con Owee?

De golpe, un silencio se estableció en el cuarto.

― Fue justo después de la muerte de mi papá. ― Dijo, mirando al suelo. ― Se suicidó, puso una b-bala en su cráneo a principios del año pasado. La noche después del funeral, soñé que estaba parado sobre su tumba mirando al pasto. Fue normal por un momento, pero después lo escuché, lo escuché gritar desde el suelo pidiendo ayuda, pidiéndome que lo desenterrara, pero yo n-no me podía mover, estaba congelado. Me quedé ahí y lo escuché retorcerse con fuerza en su ataúd, tan fuerte que el suelo cimbraba y yo escuchaba sus gritos de pánico y agonía, pero yo no me podía mover. Y luego lo escuché: «Owee», y desperté.

Me quede ahí viéndolo durante un largo rato.

Aunque el hecho de que él mismo haya descartado la posibilidad de tener sueños lúcidos era sorprendente, no es inusual que los jóvenes relacionen un evento traumático con algo imaginario para poder comprender mejor lo que está pasando.

Empezaba a seguirle el paso de nuevo. Hice la última pregunta.

― ¿Cuándo fue la primera vez que viste a Owee?

Vaciló por un instante, pero después empezó a hablar.

― Una vez soñé con mi perro Lucky. Yo estaba parado detrás de una cerca altísima, y era solo un niño, así que no podía treparla. Lucky estaba del otro lado de una carretera concurrida, solo sentado ahí, viéndome, y de alguna manera sabía que iba a tratar de cruzar la carretera para verme, y sabía que no lo lograría. Corrió hacia la carretera y un carro lo golpeó instantáneamente; yo lloraba y gritaba y veía que el carro no se paraba, solo seguía andando. Él estaba ahí tirado, sangrando y chillando. Lo vi intentar pararse y arrastrarse hacia mí, pero, al instante, llegó otro carro golpeándolo de nuevo. Me rompía el corazón y no paraba de gritar. Siguió ocurriendo, y yo seguía mirando cómo pasaba carro por carro, aplastando los restos destrozados de Lucky. Era interminable. Y después lo escuché, justo en mi oreja: «¡Owee!». Me di la vuelta y ahí estaba, a solo centímetros de mi cara, sus enormes ojos negros viéndome y haciendome sentir pequeño.

Jimin estaba temblando, se veía que estaba a punto de quebrarse. Tenía que dejar de presionarlo.

― Muy bien, Jimin, creo que es un buen momento para parar por hoy.

Me paré de mi asiento y fui a mi escritorio por mi bloc de prescripciones. Él me miraba ansioso.

― Vas a... ¿Vas a darme algo para pararlo?

― Por ahora, voy a darte algo para suprimir tus sueños. Hasta que pueda diagnosticar de dónde vienen, es importante que tengas una buena noche de descanso para ayudar a aclararte la mente. Te estoy ayudando, así que tú ayudame también, ¿entiendes?

― Sí, entiendo. ¿Tienen drogas para suprimir los sueños?

― Bueno, técnicamente no. Hay una nueva droga llamada ciproheptadina, que se usa en pacientes con fiebres muy altas, pero uno de los efectos secundarios es la supresión de los sueños, en especial sueños que se presentan por estrés después de episodios traumáticos.

Seguí escribiendo la prescripción en silencio y podía sentir los ojos de Jimin sobre mí.

― Pero no es un trastorno de estrés postraumático, es Owee.

― Ya lo sé, Jimin. ― Mentí por última vez. ― Pero funcionará igual de bien al mantener a Owee alejado de tus sueños.

Esto lo atrapó. Estaba lleno de alegría, se levantó emocionado del sofá como un niño pequeño y no paraba de darme las gracias y de decirme que era el mejor de todos, que al fin sentía que tenía una oportunidad de luchar. No podía hacer nada más que sonreír al escuchar sus palabras.

― Y eso sería todo, tienes cita el Jueves a las nueve de la mañana para ver si todo resultó bien. ― Sonreí mostrándole mi hilera de dientes.

― Perfecto. ― Intensificó su sonrisa

― ¿Quieres salir mañana para relajarte? ― Murmuré.

― Me gustaría, Jeonggukie. ― Se acercó lentamente. ― Ya sabes mi dirección, y mi número de celular también, te veo mañana, galletita.

Tal vez esa sería la última vez que vería a Jimin con vida.

/♡/

Nota: Pongo nota bc quisiera saber si aparece este capítulo, iba a ser total fracaso si no aparecía KDNSLFMSKDK, wattpad culiáo me odia:((

OWEE [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora