Capítulo 3: En peligro

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Todo pasa muy rápido. Oigo un ruido metálico y luego la voz de Tris gritando mi nombre. De un momento a otro, Tris está colgando de un débil andamio y se caerá, se caerá si no hago algo. Ella sige gritando pero no oigo nada. Es como si me hubieran sumergido en el agua. Estoy asustado y no sé como consigo articular las palabras:

--¡Aguanta! Tú aguanta, tengo una idea.

Por supuesto, no tengo nada. Bajo rápidamente la noria y cuando estoy a punto de tocar el suelo, la rueda se mueve. No es nada, ni siquera es un movimiento, es un vibración. En ese momento me doy cuenta de que la noria todavía podría funcionar. Voy corriendo a un pequeño cuartito que tengo a unos metros. Es claustrófobico y está lleno de polvo.

Me coloco enfrente de una placa llena de botones y empiezo a hundir todos los que puedo, sin saber qué hacer. De repente, oigo un fuerte estruendo y la noria está girando. Veo que la velocidad acelera y el cuerpo de Tris se acerca en picado al pavimento. Cuando toca el suelo rueda rápidamente , justo a tiempo para que la noria y un vagón no la aplasten. La veo inmóvil y corro hacia ella. Me agacho hacia ella, la cojo por la cintura y le aparto las manos de los ojos. Envuelvo sus manos con las mias: ella es realmente pequeña.

--¿Estás bien?--pregunto.

--Sí-- dice jadeando.

Por algun extraño motivo, me empezo a reír. Puede que por la histéria o por el alivio de saber que está bien. Seguramente una mezcla de los dos.

Ella se empuja a si misma para sentarse y nuestras caras quedan tan cerca que paro de reír. Me levanto y luego la levanto a ella.

--Podrías haberme dicho que la noria todavía funcionaba—dice, un poco molesta--. Así no habríamos tenido que trepar.

--Lo habría hecho si lo hubiera sabido. No podía dejarte ahí colgada, así que me arriesgué. Venga, vamos a por su bandera.

Dudo en volver a tocarla, pero al final la cogo del brazo. Ella camina con dificultad a mi lado. Cuando llegamos con el resto del equipo, noto  que faltan personas.

--¿A dónde han ido los otros?--pregunto, sin dirigirme a nadie en concreto.

--¿Habéis sido vosotros los que habéis puesto en marcha la noria?--pergunta una chica--.¿En qué estabais pensando? Es como si gritarais:¡Estamos aquí! ¡Venid a por nosotros!--dice con indignación--. Si vuelvo a perder este año, la vergüenza será insoportable. ¿Tres años seguidos?

--La noria no importa—digo--Ya sabemos dónde están.

--¿Sabemos?--dice Christina, mirandome a mi y luego a Tris.

--Sí, mientras vosotros estabais de brazos cruzados, Tris se ha subido a la noria para buscar al otro equipo—digo, medio molesto.

--¿Y ahora qué hacemos?--bosteza un iniciado.

Miro a Tris. Sé que yo soy el instructor y debería guiarlos hasta la bandera. Pero hoy Tris ha demostrado ser una buena líder y tener buenas estrategias, así que le toca decidir.

Poco a poco, todos los iniciados se giran hacia ella, hasta que todos tenemos la vista fija en Tris.

Veo que se sorprende.

--Nos dividimos en dos grupos. Cuatro vamos por el lado derecho del muelle y tres por el izquierdo. El otro equipo está en el parque, al final del muelle, así que el grupo de cuatro atacará mientras el grupo de tres se escabulle por detrás del otro equipo para robar la bandera.

--Suena bien—comenta la chica de antes, y tiene razón—Vamos a terminar de una vez con esto, ¿no?

Uriah y Christina empiezan a correr y Tris les sigue, sin que me de tiempo a decirle nada.

Divergente - Escena captura la bandera - Cuatro - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora