Capítulo 1: El juego

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--¡Todos arriba!--grita Eric.

Hoy hemos venido los instructores para despertar a los iniciados;es hora de jugar a capturar la bandera. Busco el rostro de Tris y mis ojos se clavan en ella. Tris me devuelve la mirada y se queda inmóvil, olvidando que se tiene que levantar, com hacen los demás.

--¿Te has quedado sorda, estirada?--le dice Eric.

Ella reacciona y sale de las mantas. A su lado, Christina está en camiseta y se cruza de brazos mientras lanza una mirada asesina a Eric. Espero que no abra la boca y para mi sorpresa, no lo hace.

--Tenéis cinco minutos para vestiros y reuniros con nosotros junto a las vías—dice Eric--. Vamos a hacer otra excursión.

Doy la vuelta junto con los demás y nos dirigimos a las vías. Eric se me acerca.

--¿Qué le ha pasado a la estirada, Cuatro?-- me dice en un tono trampa.

--Se distrajo, eso es todo—respondo suspirando.

--Eso espero—dice mientras se aleja.

Siento las ganas, ahora familiares, de cogerlo por la espalda y darle un puño, porque busca constantemente cualquier excusa para hacerme pedacitos.

Llegamos a las vías y justo después llegan los iniciados.

--¡Que todo el mundo elija una arma!--grita Eric, y todos se apresuran a cojer una.

--¿Hora de llegada?-- me pregunta Eric.

--En cualquier momento—digo mirando mi reloj--¿Cuánto tiempo piensas tardar en aprenderte el horario de los trenes?--dijo entre dientes.

--¿Para qué me lo voy a aprender si te tengo a ti para recordármelo?--me dice golpeándome el hombro.

Maldito erudito. Siento como mis puños se cierran con fuerza.

Se ven luces a lo lejos del horizonte y el tren se va aproximando. Corro para subir, y  me doy cuenta de que Tris está corriendo detrás de mi. Subo antes que ella y cuando estoy estabilizado, alargo la mano para que se coja a mi. Ella la acepta y se impulsa dentro el vagón. Suelta  mi mano y se aleja con indiferencia. Cuando todos estan en el vagón, me aclaro la garganta:

--Nos dividiremos en dos equipos para jugar a capturar la banadera. Cada equipo tendrá una mezcla equitativa de miembros, tanto iniciados de Osadía como trasladados. Un equipo saldrá primero y buscará un sitio en el que esconder la bandera. Después, un segundo equipo saldrá y hará lo mismo—me aferro a la puerta para no caer-. Es una tradición de Osadía, así que os sugiero que os la toméis en serio.

--¿Qué nos dan si ganamos?--grita alguien.

--Es la clase de pregunta que haría alguien de fuera de la facción—digo--. La victoria, por supuesto.

--Cuatro y yo seremos los capitanes de los equipos—dice Eric--. Primero vamos a dividir a los trasladados, ¿no?

--Tú primero—digo.

--Edward--dice Eric, encogiéndose de hombros.

Asiento con la cabeza. Necesito un equipo rápido, no uno con fuerza bruta, como el que seguramente quiere crear Eric. Miro a los trasladados.

--Quiero a la estirada.

Siento un  coro de risas y Tris se pone roja.

--¿Es que quieres probar algo?--me pregunta con suficiencia--. ¿O es que eliges a los débiles para poder echarles la culpa si pierdes?

Seria un gran error decir mi estrategia, asi que me limito a decir:

--Algo así. Te toca.

--Peter.

--Christina--por mucho que no me guste, es buena.

--Molly.

--Will.

--Al.

--Drew

--Solo queda Mayra,así que se queda conmigo—termina Eric—Ahora, los iniciados nacidos en Osadía.

Cuando terminamos de hacer los equipos, Eric me mira con una sonrisa en la cara.

--Tu equipo puede salir segundo—dice.

--No me hagas favores—contesto, chulo--. Sabes que no los necesito para ganar.

--No, sé que perderás salgas cuando salgas—me responde, moviéndose un pircing--. Llévate a tu escuálido equipo y sal primero, si quieres.

Todos nos levantamos y saltamos del tren. De repente, noto que alguien me toca el hombro y me giro;es Marlene.

--Cuando ganó tu equipo, ¿dónde pusisteis la bandera?

No está bien que me haga esta pregunta;deberia estar pensando en una estrategia, no preguntarme por la forma fácil de ganar.

--Decírtelo acabaría con el espíritu del ejercicio, Marlene—respondo, lo más tranquilo que puedo.

--Venga, Cuatro—me dice ella, de forma provocadora.

Me quito la mano de la chica, un poco molesto. No me gusta que las chicas coqueteen.

--En Navy Pier—grita un chico--. Mi hermano estaba en el equipo ganador, escondieron la bandera en el carrusel.

Fantástico, lo que me he negado a decirle a Marlene, lo acaba de gritar ese chico bocazas.

—Pues vamos allí—dice Will.

Esto es un error, no podemos ir allí porque es el primer sitio donde van a mirar. De todas formas, no digo nada.

Cruzamos el puente y al otro lado, todo esta en ruïnas. Camino como un robot, mirando el suelo y escuchando vagamente las conversaciones de los demás. Nunca me ha gustado esta parte de la ciudad;hay demasiada oscuridad y hay un silencio inquietante. En Abnegación, estaba acostumbrado al silencio, pero llevo dos años en Osadía y es imposible no acostumbrarse al ruido. Pasamos por el muelle y llegamos al carrusel. Saco la bandera de mi chaqueta.

--Dentro de diez minutos, el otro equipo elegirá su ubicación—anuncio--Sugiero que aprovechéis este tiempo para elaborar una estrategia. Puede que no seamos eruditos, pero la preparación mental forma parte de vuestra formación. Incluso podría decirse que es el aspecto más importante.

Le doy la bandera a Will y dice:

--Algunos deberían quedarse aquí a protegerla y otros deberían ir a ver dónde está el otro equipo.

Buena idea, pienso.

--¿Sí? ¿Tú crees?-- dice Marlene, arrebatándole la bandera--¿Quién te ha puesto al mando, trasladado?

--Nadie, pero alguien tiene que hacerlo.

--A  lo mejor deberíamos desarollar una estrategia más defensiva, esperar a que vengan y acabar con ellos—sugiere Christina.

Mal, muy mal. Nunca hay que esperar a que vengan.

--Eso es de gallinas—resoponde Uriah—Voto que salgamos todos. Que escondamos bien la bandera para que no puedan encontrarla.

Mal también. La bandera quedaría desprotegida.

De repente, se ponen a hablar todos a la vez y me alejo. Necesitan resolverlo solos y aprender. Me apoyo en el carrusel, con las manos en la nuca y fijo la vista en algún lugar del cielo.

Divergente - Escena captura la bandera - Cuatro - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora