Vanesa

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Segundo capítulo:Vanesa

-Vamos a otra parte por favor –dijo el, lo cual yo consentí

Empezamos a caminar, mire el reloj iban a ser las 12, le agarre la mano y tire de él hasta llegar a una casa, las luces estaban apagadas nos sentamos enfrente de aquella casa

-¿qué hacemos aquí? ¿De quién es esa casa? – me pregunto el con intriga

-era mi casa, cada noche vengo hasta ella y veo si hay algún rastro de mis padres, pero no sus almas nunca están aquí

-¿hay alguna alma cerca de nosotros?

-pues no, bueno no estoy muy segura

-¿a qué te refieres con eso?

 -a nada

Seguía observando la casa recordando los momentos que pase en ese lugar jugando con mi hermana corriendo por los jardines. Tenía la sensación de que estaba cerca de mí.

-hay veces que al ver esta casa me imagino que hubiera sido si mis padres no hubieran muertos, como habría sido todo –dije con nostalgia, el me miro con tristeza en sus ojos

-pues nunca nos hubiéramos conocido- sonreí de lado

Seguíamos sentados cuando de repente un susurro decía –tú fuiste luna –este susurro se repetía una y otra vez algo que ya llegaba a cansarme

-te pasa algo –pregunto Johan

-no es solo que –puse mi mano en su brazo…

(Estaba oscuro, logre divisar una cama en la cual estaba maría, un charco de sangre alrededor de su cama y su cuerpo tendido ya sin vida)

-¿se supone que puedo ver lo mismo que tú? –dijo el preocupado

- ¿que viste?

-a María en una habitación y estaba –hizo una pausa y me miro a los ojos- muerta

-¿cómo pudiste verlo? ¿Cómo?

-cuando pusiste tu mano en mi brazo, después me sentí como si entrara un vacío en mí y vi la María muerta    

-vamos al orfanato ya es tarde

-no, ahora explícame como pide ver algo que no sé lo que es, ¿pasara eso? ¿Ella morirá?

-no te puedo explicar nunca había pasado algo así. –dije un tanto exaltada- nunca nadie al tocarme o tocarlo había visto lo mismo que yo, sabes que mejor vámonos ya

Caminamos sin decir una palabra aún sin haber comprendido lo que paso. Al llegar al orfanato me acosté en mi cama meditando lo que había pasado no podía creer que Johan haya podido ver lo mismo que yo no era posible muchas veces he tocado a alguien mientras tenía una visión o veía muertos pero nadie podía ver lo mismo que yo.

-luna soy yo ven- volvía a escuchar los susurros una y otra vez me levante seguí  sin darme cuenta a donde iba – tú fuiste no lo niegues

-Vanesa ya déjame en paz yo no fui la culpable entiéndelo como podía saber que tú y nuestros padres morirían

-nos viste morir –los susurros se intensificaban-tu nos viste morir

- yo no sabía si era verdad o no. Para mí solo fue una pesadilla no lo entiendes nunca supe lo que veía

-tú fuiste tú me mataste tu sabias que moriríamos- dijo sentí una mano en mi hombro –de repente los susurros se desvanecieron

Me gire y observa a Johan atrás mío tenía una expresión de horror llevo su mano hasta mi cara me observo fijamente y me abrazo

-¿quién era?

-¿cómo que quien era?

-al tocarte escuche la voz de una chica que te decía que tu sabias como morirían

-era mi hermana hace días que me sigue y me dice que porque la mate o por que deje que la mataran, como es que puedes escuchar o ver lo que yo

 -no lo sé a lo que te toco puedo sentir lo que tu siente escuchar lo mismo que tú y ver lo que tu vez – dijo apartándose y tomando mi rostro con una mano mientras secaba una lagrima con el otro

Me separe de él y le observe no entendía que pasaba

-lo que viste cuando estábamos en frente de tu anterior casa ¿sucederá?, ¿María morirá?

-no lo sé pero no era en este lugar ese o era su cuarto. ¿La adoptaran? ¿Tú crees? ¿Qué le va a pasar?

Al separarme de él pude observar que estábamos en el sótano del orfanato era la primera vez que entraba en él nunca nos dejaban ir hasta hay

Había una gran caja con cosas y varios documentos, camine alrededor mientras Johan observaba los documentos que había en una caja

 Me detuve una pequeña puerta y escuche varios gritos no los lograba entender pero solo yo los escuchaba por lo visto ya que Johan seguía leyendo

No lograba entender lo que aquellas voces decían, decidí abrir aquella puerta 

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