Capítulo 8

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La habitación de Kyle según mi imaginación en multimedia.

La habitación de Kyle según mi imaginación en multimedia

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Kyle.

Después de dos horas de que las informáticas de mi madre y mi mejor amiga se fueron de mi habitación, salieron corriendo hacía la cocina para hacer no sé que.

Ahora mismo me encuentro aburrido, estoy sentado en un puff azul jugando con una pelota de tenis, rebotandola varias veces a la pared.

Natalia esta muy emocionada con la nueva vecina. Lo cual me parece estúpido porque no le habla ni la conoce.

Mi madre no se queda nada atrás. Mi querida madre tuvo la grandiosa idea de hacer una cena para conocerla. Cena a la que no asistiré.

¿Qué? ella es quién quiere conocerla, no yo.

De tanto pensar, me distraje y la pelota de tenis golpeó mi frente y siguió con su camino hasta parar en el balcón.

Me da flojera ir por ella.

A regañadientes y soltando un gruñido me levanté del puff y fui caminando hasta la maldita pelota.

Rodé mis ojos y alcé la mirada una vez que la pelota estaba en mis manos. Me quede quieto al ver a la que parece ser, es mi nueva vecina, parecía confundida mirando su closet, por mala suerte, su cabello ondulado no dejaba que viera su rostro, que por una extraña razón, tenía ganas de verlo.

¿En que estoy pensando?

Me levante rápidamente del suelo sin despegar mi mirada de ella.

Quiero que voltee o al menos que coloque ese mechón ondulado de cabello tras su oreja.

La puerta de mi cuarto se abrió ruidosamente, volteé a ver de quién se trataba con mi ceño fruncido.

–¿Qué te sucede? –Fulminé con la mirada a Natalia.

–Lo siento. –Ríe– Solo vengo a decirte que ya me voy. –Encoge sus hombros. Me mira de arriba hacia abajo y cruza sus brasos mirándome mal– Ya casi vienen los vecinos, y tú ni arreglado estás –Rodé mis ojos– tu mamá se va a molestar.

–Lo sé –Juego con la pelota en mis manos tomándole poca importancia– Pero no bajaré, no soy yo quien quiere conocerla. –Volví a rodar mis ojos.

–Pero bien que la espías, ¿verdad?. –La miré asombrado, ella al ver mi cara carcajea.

Y yo, como un buen amigo que soy, le tiré la pelota, lo malo es que cerró la puerta y no le di.

No soy la misma© ; [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora