Capítulo 10

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Inhala, exhala, inhala, exhala.

¿Qué hace aquí?

—Uhmm... ¿Qué les parece si desayunamos? —Habla mamá, nerviosa— El desayuno está listo.

James y Jace se dan una mirada para luego irse corriendo a la cocina empujándose uno al otro mientras mamá va tras ellos echando fuego por las orejas. Brad ríe y sale tras ellos, dejándome con Azul y con... él.

Un escalofrío inundó mi espalda.

Concéntrate.

—Bueno... —Me levanté, colocándome recta. Esto será difícil— Toma... —Me acerque a él para entregarle a su Azul, eso sí, no seré tan idiota como para acercarme más de lo normal a él.

Al querer entregarle a Azul, la pequeña o pequeño sacó sus garritas y las encajo en mi blusa sin hacerme daño. Comenzó a maullar desesperadamente.

—¿Q-qué le pasa? —Tartamudee con miedo, no sé si le hice algo y si fue así, fue sin querer.

—Se encariñó contigo. —Dice algo sorprendido. Ah decir verdad, yo también estoy sorprendida. ¿Cómo se encariñó tan rápido conmigo si hace unos cuantos minutos que la conocí? esto es... raro.

—¿Qué?

Fue lo único que salió de mis labios. Tomé sus patitas que se encontraban pescadas de mi chaqueta de mezclilla y las despegué de ella, ahora si entregándole el gatito a Kyle... quien no dejaba de mirarme.

Que deje de hacer eso. Está poniéndome nerviosa.

—Se encariña muy rápido con las personas que son cariñosos con ella. —Sonríe de lado.

Mamá tenía razón sobre una cosa. Cuando estaba en Los Ángeles, hacía videollamadas con ella y una vez me dijo que conoció a una familia muy simpática, me dijo que tenían un único hijo que era muy guapo, sonrisa cautivadora y cuando sonreía sus ojos se hacían pequeños. Cuando me dijo que su nombre era Kyle Henman, le colgué de inmediato por los nervios y el shock.

En la siguiente llamada me regañó diciendo que no volviera a colgarle.

—Ah. —Miré a la gatita en sus manos y no pude evitar soltar una risita.

Azul cabe en la palma de su mano. Sí que es muy pequeña.

—¿Qué es tan gracioso? —Me mira confuso sin quitar su sonrisa.

—Azul es tan pequeña que cabe muy apenas en tu mano. —Le expliqué divertida señalándolos a ambos. No sé, pero para mí, es gracioso y tierno.

«Te estas olvidando del pasado...

Y eso es bueno ¿no?

«Supongo...

Creo que es mejor pisar el pasado. Olvidarlo todo y, por más duro que sea, olvidar todo lo que él me hizo.

Bueno, sé que es exagerado de mi parte porque ayer casi muero por bajar corriendo las escaleras y todo por huir de él, pero no me culpen, estaba en estado de shock y entré en una especie de crisis nerviosa. También dije que es mi enemigo y blah, blah, blah. Aunque no sé si me estoy equivocando en todo esto.

Creo que estoy un poco confundida.

No sé si estoy haciendo lo correcto, porque yo no cambié. Sólo en lo físico, pero jamás me podría volver dura o seca con alguien quien no tiene la culpa de lo que me pasó hace años.

«¡Pero estamos hablando de Kyle Henman! él chico que te hizo demasiado daño en tú infancia, él mismo que te golpeaba y humillaba en el colegio. ¡Por favor! eso no se puede olvidar...

Si le pongo todo el esfuerzo y empeño, sí.

Será mejor que deje de hablar de esto. Y también contigo ¡es ridículo hablar con mi conciencia!

—Lo sé. —Ríe.

Iba a hablar, pero mi mamá llego a decirnos sobre el desayuno.

Así es, mi madre lo invitó a comer y yo no me enteré hasta apenas ahorita.

Mamá tendrá que contarme de muchas, pero muchas cosas.

Kyle Pov's
*Horas antes*

—Dime dime dime dime dime di...

—¡Joder cállate, Natalia!

Lleva más de veinte minutos diciendo lo mismo y eso es muy estresante.

Quiere que le cuente todo lo que pasó ayer en la cena, le dije que yo no bajé y no me creyó.

—¡No hasta que me digas la verdad!

Gruñí molesto y la miré. Estaba con sus brazos cruzados y su ceño fruncido la hacía ver graciosa.

—Lo que te dije es verdad, Nath —Le dije irritado. A veces Natalia puede llegar a ser muy molesta.

—¡Pero es que no lo entiendo! —Hace un puchero y abre sus brazos— ¿Por qué no bajaste a la dichosa cena, eh? si tú eres muy curioso, y créeme, esa chica se me hace conocida de alguna parte. —Me apunta con su delgado dedo.

Si supieras.

—Esa chica ayer entro a mi habitación. —Le dije de casualidad, sabía que moriría de curiosidad por saber que pasó, y yo tengo hambre... ¿Saben a dónde voy? exacto, a el soborno.

—¡Ahh! —Chilla brincando de un salto a él sofá que se encuentra a mi lado mirándome atentamente.

Se los dije.

—¿Sabes? Tengo hambre. —La miré con una sonrisa, ella me miro confundida aún con su sonrisa de curiosidad.

—¡¿Y?! —Chilla aún confundida. Yo alcé mis cejas dándole a entender que quería algo de comer.

Su sonrisa fue desapareciendo poco a poco y yo estaba que moría de risa. Me miró incrédula y después bufo.

—Voy por tu sándwich, imbécil. —Antes de levantarse del sofá me tiró una almohada dándome en la cara.

Y fue entonces que rompí a carcajadas.

—¡Te amo, hermanita! —Le grite aun riendo.

Nath no es mi hermana de sangre, pero sí la quiero como a una.

Tomé el control remoto y encendí la televisión.

No sé qué sería de mi sin Natalia. En serio que la aprecio mucho, aunque a veces ambos nos pongamos insoportables y molestos.

Además de que está loca, está aquí desde las cinco y media de la mañana. ¿Quién demonios en su santa vida se despierta a esa hora los lunes?

 ¿Quién demonios en su santa vida se despierta a esa hora los lunes?

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Capítulo editado. 

No soy la misma© ; [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora