Un poderoso Deseo [Show By Rock]

Capitulo 2

Capitulo 2: Conociendo las rutinas del jefe
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—Hey joven...—Dando unos leves golpeteo en la puerta espero su respuesta cual nunca llego volviendo a repetir su acción—Joven por favor despierte...—Volvió a llamarla sin dejar de tocar su puerta asta creer recibir una respuesta pero...

Solo fueron unos ronquidos.

—Despierte por favor.—La llamo subiendo un poco su tono de voz haciendo que se notaba más lo nervioso que estaba de que alguien llegara pronto al ver que no había despertado la joven que había entrado a trabajar a penas ayer.

—¿Qué sucede?.—Pero, finalmente llego el quien prefería ver como ultima persona en ese momento.

—Bueno... no a despertado señor.—Alzando una ceja movió su mano en señal que podía irse y así hizo algo deprisa pese a que caminaba asta que se retiro el albino se acerco a la puerta golpeteando la levemente con el ceño levemente fruncido, su molestia salio a la luz cuando se escucho los ronquidos de la joven abriendo la puerta sin cuidado alguno.

—¡¡Despierta!!

—¡¡Waaaaa!! 

Y así eran las mañanas usuales de Chane ya sea más temprano de lo usual o que se levantara tarde -Más la segunda- Pero simplemente no podía evitarlo algo que ligeramente le extrañaba ya que solía despertarse temprano varias veces sin necesidad que alguien entrara a su cuarto de un portazo y gritos además de caer siempre de la cama y tener que vestirse rápidamente -Claro, no en frente de Usig- Aunque lo segundo extraño es que se estaba un poco acostumbrando a esos gritos pero siempre intentaba levantarse temprano y si es ser posible antes que todos, algo... claramente fallido.

—Bueno, ¿ahora que tengo que hacer? 

—Sabes que no es tu primer día aquí ¿no? —Preguntó algo nervioso su compañero al ver tanta emoción de la castaña y que era a penas un poco de lo que contenía como si fuese a explotar si no hacía algo pronto. —¿Y que tiene que no lo sea? Siempre es emocionante asta que se vuelve monótono

—Eh...oky —Inclinando sus orejas caninas mientras una ligera gota bajaba por su cabeza, decir algo tan cierto pero que para el contrario era tan emocionante para él, era bastante raro aunque rápidamente se acostumbraba a sus comentarios un tanto extraños desde iniciar el día asta la jornada de trabajo.—Hoy, te encargaras de lavar los platos

—Lo hice ayer—Recuerda que es un restaurante—Eso también lo se...pero tienes un punto

¿Un punto? Se pregunto el mesero con una ceja alzada, aun no llegaba a comprender sus comentarios, pero mientras veía como su compañera de trabajo solo salía corriendo a su posición de trabajo. Desde que la felina había llegado todo se alegraba un poco, incluso la tensión entre los trabajadores se iba un poco a sus comentarios que desconcertaban pero alegraban a los trabajadores, claro, exceptuando al jefe que siempre que veía o sentía que estaban más vagando que trabajando el 100% les recordaba lo que tenían que hacer, sin embargo aún quedando la preocupación de que el conejo le hiciera algo, pues pese a sus regaños esta parecía inmune y aunque no a mostrado signos de molestia, simplemente extrañeza, todo aquello le preocupaba al can que pronto continuo trabajando como cotidianamente.

 Sin embargo, ese día sería un tanto diferente para la ojiverde.

Después de que cerraran más temprano de lo usual, la castaña fue a prepararse algo de comer pues tanto ella y su estomago tenían el enorme deseo de comer algún postre. Un plan que acabo destrozado al sentir una pesada mano tenderse en su hombro, asta el escalofriante vibra de su jefe se notaba al sentir su propio tacto. Lentamente giro a mirarlo pensando que nuevamente la reprocharía o un poco peor le daría un golpe en la cabeza. Pero, se impresiono que tales ideas no se realizarían.