Capítulo 2.- A bordo del "Viajero del Alba"

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—¡Ah! Ha llegado Lia —dijo Caspian—. Te esperábamos. Este es mi capitán, Lord Drinian.

Un hombre de pelo negro dobló una rodilla ante Lia y besó su mano. Sólo seencontraban presentes Peter y Rípichip.

—¿Dónde está Eustace? —preguntó Lia.

—En su cama —respondió Peter—, y creo que no podemos hacer nada por él.Lo único que se logra al tratar de ser amable con él, es que se ponga peor.

—Mientras tanto, tenemos que conversar —dijo Caspian.

—Por supuesto —convino Peter—, y, en primer lugar, sobre el paso del tiempo. Según nuestro tiempo, hace un año que nos fuimos de aquí, justo antes de tu coronación. ¿Cuánto ha transcurrido en Narnia?

—Exactamente tres años —contestó Caspian.

—Y ¿todo anda bien? —preguntó Peter mientras abrazaba por la cintura a Lia.

—No supondrás que yo abandonaría mi reino y me haría a la mar si las cosas no anduvieran bien —dijo el rey—. La verdad es que no podrían andar mejor. Los problemas entre los Telmarinos, Enanos, Animales que Hablan, Faunos y demás,terminaron y el verano pasado les dimos tal paliza a esos gigantes camorreros de la frontera, que ahora nos rinden homenaje. Además, tengo un excelente regente para cuando estoy fuera: Trumpkin, el Enano. ¿Se acuerdan de él?

—Mi querido Trumpkin —suspiró Lucy mientras se sentaba en el suelo—. ¡Por supuesto que sí! No podrías haber elegido mejor.

—Es leal como tejón, Señora, y tan valiente como... como... un ratón —dijoDrinian.

Iba a decir como un león, pero se dio cuenta de que los ojos de Rípichip estaban fijos en él.

—¿Cuál es nuestro rumbo ahora? —preguntó Lia.

—Bueno —comenzó Caspian—, es una historia bastante larga. Tal vez recuerden que cuando yo era un niño, el usurpador, mi tío Miraz, se deshizo de siete amigos de mi padre (que habrían estado de mi parte), enviándolos a explorar los desconocidos mares del este, más allá de las Islas Desiertas.

—Sí —respondió Lucy—y nunca jamás regresaron.

—Así fue —continuó Caspian—. El día de mi coronación, con el consentimiento de Aslan, juré que si lograba establecer la paz en Narnia navegaría hacia el este durante un año y un día, con el fin de encontrar a los amigos de mi padre o saber de su muerte y vengarlos si podía. Sus nombres eran Lord Revilian, Lord Bern, Lord Argoz, Lord Mavramorn, Lord Octesiano, Lord Restimar y Lord... Lord... Me es tan difícil recordar el otro nombre...

—Rup, su Majestad, Lord Rup —recordó Drinian.

—Rup, Rup, eso es —dijo Caspian—. Ese es mi objetivo principal, pero mi amigo Rípichip tiene una ilusión aún más grande.—Todas las miradas se volvieron al Ratón.

—Tan grande como mi buen humor —dijo éste—, aunque puede ser tan pequeña como mi estatura. ¿Por qué no ir hasta el confín oriental del mundo? Y ¿qué podemos encontrar allí? Yo espero encontrar el país de Aslan. Siempre es del este, del otro lado del océano, desde donde viene a nosotros el gran León.

—¡Oigan, esa sí que me parece una buena idea! —exclamó Edmund con voz de admiración.

—Pero ¿crees realmente que el país de Aslan es de esa clase... Es decir, ese tipo de país al que se puede llegar navegando? —preguntó Lia.

—No lo sé, Señora —contestó Rípichip—, pero ocurre lo siguiente: cuando estaba en mi cuna, una ninfa del bosque, una Dríada, recitó este verso sobre mi cabeza:

Las Crónicas de Narnia III (Peter Pevensie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora