❇04❇

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Al salir de la cafetería, los ojos de Sol no tardaron en llenarse de lágrimas. Buscó rápido un refugio, un lugar en donde pueda estar sola.
Recorrió los pasillos, aún se perdía un poco. Ese edificio era malditamente enorme y se asemejaba a un laberinto sin salida.

Una puerta estaba abierta, entró y se encontró con unas escaleras. Parecían de cemento y se notaban algunas manchas de humedad en las paredes que le rodeaban. Estaba oscuro, y sólo se notaba una pequeña luz al final del pasillo. ¿Acaso esto es lo que ven todos antes de abandonar la tierra?, porque eso era lo que ella necesitaba. Abandonar la tierra y sumergirse en ese mar celeste y blanco que nosotros llamamos cielo.

Escalón tras escalón, se acercaba cada vez más a esa pequeña luz. Al llegar a su final, ese brillo era lo poco que dejaba traspasar la vieja y oxidada puerta. Su final estaba como carcomido y su ventana estaba mal pintada.
La cerradura estaba muy maltratada.
Sol ejerció fuerza sobre la puerta y se abrió. Los rayos del sol no tardaron en cegarla. La brisa parecía aún más fresca allí arriba. Sostuvo la puerta y buscó algo con que mantenerla abierta, para su suerte había un pequeño yunque de acero, lo arrastró y lo colocó frente a la puerta.
El techo de la escuela era sólo un aburrido pedazo gris. Algunos caños y parte de la ventilación resaltaban en el lugar. Se acercó al borde del edificio y observó el panorama.

En ese momento se dio cuenta de que su pasado aún la seguía. Todavía no sabía porque Shawn le dijo eso, o lo que Jesica - la chica que aún no conoce - sabe acerca de su pasado.

"No vales la pena", esas palabras seguían resonando en su cabeza. Su madre se lo decía siempre y una vez, el supuesto amor de su vida. ¿Acaso ellos tenían razón?.
¿Ella no valía la pena?. Sol siempre se mostraba fuerte o como que nada le importaba, pero eso no era más que una farsa.

*
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Luego de estar unos minutos sola en ese techo. Siendo ella. Bajó a la última clase, matemáticas no era su materia favorita pero al menos le entendía.
Al entrar al salón, sólo encontró un lugar libre. Y como no tenía más opciones tuvo que ocuparlo.

- Hola...- el muchacho de su izquierda la saludó. Sol lo miró de reojo.
El chico tenía la piel clara, ojos celestes y cabello oscuro. Alrededor de su sonrisa, los hoyuelos se remarcaban. Tenía una chaqueta con los colores del instituto. No había que ser científico para deducir que era un deportista.

- Amm... Hola.- respondió al saludo.

- Mi nombre es Evan, tal vez has oído acerca de .

- Siendo sincera, no. No he oído nada acerca de un tal Evan. - el oji azul puso una mano en su pecho en señal de que estaba ofendido, causando una pequeña risa de parte de Sol.

- Entonces deberé ponerte al día.- con un guiño de ojo y una sonrisa llena de confianza, Evan logró captar la atención de la rosada.

Durante la clase Evan no dejó de hacer comentarios graciosos acerca del profesor. Y uno que otro de algún compañero de clase.
Al sonar el timbre, Sol junta sus cosas y Evan la observa. Parece que cada cosa tiene su lugar en esa mochila llena de pins con logos de bandas musicales. Por el rabillo de su ojo, Sol observa al muchacho. Está apoyado en el banco, con sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta.

Bad Reputation ★S.M★ #RaekenAwards2017 #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora