Chis jericho pov
Aparte su mano cuando esta dejo en su boca la fresa que le había dado.Me observo desconcertada pero no me di el lujo de contemplar su expresión,mordí el otro extremo de la fruta y esa pequeña distancia que había en ambos sedesvaneció por completo, dejando que nuestros labios volvieran a encontrarse enun dulce beso que poco a poco comenzaba a desatar pasión.
Nos separamos un instante. Nuestras miradas chocaron aunque las palabras nosalían, tal vez ninguno sabía que decir pero no era necesario ya que nuestrosojos lo decían todo. En ambos había deseo, en ella pude ver su aprobación paraque continuase y así lo hice.
Mi mano toco delicadamente su mejilla, nuestros labios volvieron a unirse peroesta vez el ritmo comenzaba a aumentar poco a poco. Lentamente la guiérecostándola, coloque una almohada detrás de su cabeza y en cada momentoprocuraba ser gentil mientras me posicionaba sobre ella, cuidando de noaplastarla.
Inevitablemente volví a besarle. Sus manos se hundieron en mi cabello mientrasque las mías descendían con lentitud, deseando recorrer con calma cada rincónde su cuerpo. Me detuve en su cintura atrayéndola mas y logrando apartar ladistancia de nuestra parte baja. Mi boca dejo por un momento sus labios,comencé a trazar una linea húmeda hasta su cuello, su fragancia se convirtió enese momento en adicción pura mientras mis manos se tomaron el atrevimiento desubir la ropa que empezaba a ser un estorbo. Le quite su vestido dejando solola ropa interior. Fueron unos segundos donde nuestras miradas se conectaron,pude ver en ella el ardor de sus mejillas mientras que sus ojos delataban elmismo deseo que me invadía.
Sus manos descendieron por mi pecho. Dudosa, aparto mi camisa ahora ambos nosencontrábamos casi desnudos. Mientras besaba sus labios embriagadores, Asleenquito mis pantalones pero de manera lenta; eso solo causaba que miapetito por tenerle creciera cada vez mas.
Mordisqueo mi labio inferior, aquel simple acto ocasiono que un gruñidoescapara. Una vez que nos deshicimos de todas nuestras prendas me detuve uninstante para contemplarla. Sonreí al notar que sus mejillas cobraban un colorcarmesí, supuse que había timidez en ella.Chris - ¿Quieres...? - No acabe mi pregunta pero supo de inmediato lo queintentaba decirle, asintió algo apenada.
Asleen- Es solo que nunca... - Bese su frente y labios, necesitaba brindarleseguridad.
Chris - Tranquila, procurare no lastimarte. Solo hazme saber si algo no tegusta y me detendré, ¿De acuerdo?Asintió y le dedique una cálida sonrisa. Mis manos recorrieron sus pechos, unase mantuvo en esa zona mientras que la otra continúo con su viaje tomando condelicadeza su muslo para colocarlo en mi cintura. No fue necesario querepitiera la misma acción ya que ella se encargo de rodearme por completo.
- Chr Chris... - Su voz se oyó entrecortada en el momento que aprese su cuellomientras que mi mano comenzó a estimular su sexo. - ¡Aah...!
Chris- ¿Duele? - Mi necesidad por cuidarla me mantenía alerta en cada gesto.Negó ante mi pregunta y llevo su cabeza hacia atrás permitiéndome tener unmejor acceso a esa zona. Descendí despacio, tomando el tiempo para que mislabios besaran cada parte de ella. Me detuve en su sexo, lento, mi lengua letoco y rápidamente bese su entrada. Me mantuve por algunos minutos de esamanera hasta que finalmente deje que mi lengua se encargara de explorar por completo su zona intima,los gemidos que escapaban de ella inundaron el lugar; mis dedos me ayudaron yeso ocasiono que sus manos cayeran en mi cabello apretando suavemente.Comenzaba a excitarse aún más. Sus gestos y cada suspiro agitado se grabaron enmi mente.
Al regresar a su cuello sus manos llegaron a mi miembro, acariciando un momentopero solo fue necesario ese simple toque para que mi cordura comenzara adesaparecer.
Adentrarme en ella hizo que el placer aumentara. Mis movimientos fueron lentosal comienzo, no quería ser brusco teniendo en cuenta que esta era su primeravez. Anhelaba darle el mejor momento de su vida. Sus piernas aprisionaron aúnmás mi cadera lo que me dejo ver que el dolor que sintió en un principiodesapareció dejándole ahora solo placer. Nuestra respiración entrecortada seunía a los suspiros que dejábamos escapar.Chris- Asleen... no gimas por favor - Era casi imposible articular palabra algunacon el calor que me consumía por dentro.
Asleen - ¿P-por qué?
Chris- Solo... h-haces que me excite másSus labios trazaron una línea subiendo por mi cuello, dejo escapar un gemido yseguido a esto mordisqueo mi oído. Aquello acabo por acelerar mis movimientos,extendiendo el fuego. Sus manos acariciaban mi espalda mientras que su caderase acoplo a la mía, logrando entenderse y respondiendo a cada golpeteo.La aceleración, la pasión y el gimoteo de ambos lograron que el climaxapareciera. Enloquecí en el paraíso de su piel disfrutando cada instante.
Asleen - Chris... Jericho - Su voz ahogada me hizo saber que no era el únicoperdido en la lujuria. - V-voy...
No logro completar la frase pero supe a que se refería. Inclino su cabeza haciaatrás nuevamente mientras sentí los músculos de su parte baja contraerse.Aquello solo fue otro estimulo mas, su cuerpo alcanzo el placer total pero nodetuvo el movimiento de su cadera. Mis golpeteos comenzaron a ser rápidos y aunmás firmes. Hundí mi rostro en su cuello mientras sentí el éxtasis serexpulsado fuera.
Nuestra respiración entre cortada fue lo único que logro oírse en la habitaciónpor algunos segundos. Levante mi mirada encontrándome con la suya, apartealguno de los mechones de su rostro. Bese sus labios como si hubiesen pasadovarios días sin unirlos con los míos y me acomode a su lado, atraje su cuerpohacia mí y deje que reposara su cabeza en mi pecho. Acaricie su espalda desnudamientras observaba como poco a poco sus ojos iban cerrándose, su sonrisa nodesapareció hasta que hallo el mundo de los sueños.Chris - Descansa pequeña - Me asegure de abrigarle antes de que mis ojos secerraran.
Si este era el edén o el mismo infierno, no me importaría permanecer en el si eraAsleen con quien estaría.
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El Hombre de las Notas
Фанфик¿Te enamorarías de un hombre que te envía notas secretamente todos los días y que te envié una flor violeta cada jueves cuando vas a entrenar? ¿No? ¿Sí? ¿Quizás? ¿Tal Vez? No estaba completamente segura de cuando comencé a sentir este sentimiento...