II Amigo.

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Fue un poco antes de ese hermoso atardecer, la primera vez que escuche su nombre. No sabía nada de el, creí que jamas lo conoceria, no es como si no supiera de su existencia, es solo que desconocía su presencia.

Pero una vez que llego a mi vida, se aferro tan fuerte a ella y desde entonces es un buen amigo, ha pasado mucho tiempo conmigo, incluso mucho más tiempo de lo que pápa y máma han pasado conmigo.

"Pero como todo en esta vida, el pide algo a cambio y lo que el pide tan solo es mas que la vida misma".

Llego al nuevo hospital y me da la bienvenida ese olor que mezcla un poco de esperanza con frustración del cual ya me he acostumbrado.

-Habitación número 333, me agrada.

El día que me  presentaron a mi amigo ni si quiera pregunte por su nombre completo yo estaba tan impresionado con tan solo escuchar su nombre a secas.

Así que creí que no estaba tan mal conocerlo, digo muchos han podido decirles adios al suyo. Eso creía hasta que se presento ante mi, su presencia me dejo sin fuerzas y fue ahí cuando entendí que mi vida cambiaría, que máma y pápa cambiarían y sobre todo que los atardeceres cambiarían.

Si, había entendido claramente que el se quedaría conmigo hasta el final y me asusta un poco que pápa y máma apenas lo esten entendiendo, pues mi preocupación es el que lo entiendan cuando ya sea demasiado tarde.

Por ahora a ellos no les gusta llamarlo por su nombre y aunque este junto a mi, lo ignoran. Incluso ahora aunque esta en la habitación, aunque esta acompañandome en mi cama, ellos lo ignoran.

Ignorar, ignorar, ignorar......

Debemos restarle importancia al mal que nos hace y que nos hara, aprender a vivir junto a el ya que el esta decido a firmemente acompañarme hasta el ultimo de mis dias, susurrandome al oido que cada vez falta menos.

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