El doctor Konecki

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-¡ANGÉLICA! -le gritó Adele desde su recamara.

-¿Qué pasa?- llegó Angélica corriendo.
-Wey, tengo una semana de retraso. Soy una estúpida.

-Espera, pero ¿Lo hiciste sin condón? -preguntó haciendo gestos extraños.

-Sí, sí, sin condón y dije que me tomaría la pastilla del día después y no lo hice ¿Qué pasa si me embarazo? No quiero, nada de eso, yo no puedo ni quiero tener hijos. Angélica- imploró desesperada- ayúdame.

-A ver Adele, un retraso de una semana no tiene nada de malo y en dado caso es tu culpa por ser tan...- pensó- cabrona , perra y zorra- río.

-Angie, no estoy para bromas. Tú te imaginas lo que sería de mí si salgo embarazada. Mi carrera se arruinaría y mi vida llena de libertad se acabaría, justo lo que yo no quiero y lo que me prometí que no sería jamás. Si estoy embarazada abortaré- dijo decidida.

-¿Eres estúpida? ¿Cómo abortar? Adele, estás muy mal, eso no se hace, si estás embarazada vas a afrontar el problema como se debe, o sea, si fuiste muy inteligente para abrir las piernas- volteó los ojos- sé inteligente para afrontar responsabilidades y ten a tu hijo.

-Ahora mismo le hablaré a mi ginecólogo, al doctor Ramos.

-Adele, hazte una prueba casera- le aconsejó Angélica.

-No, tú sabes que no confío en esas cosas- dijo en tono despectivo.

-Ahora sí que estás en problemas amiga, pero eso te pasa por tener problemas sexuales.

-¿Problemas? ¿Yo?

-Sí, tú, alguien como yo, que se entrega al sexo solamente cuando ama no entiende tu sufrimiento.

-Ay, pero es que tú eres "Doña Pudor" - se echaron ambasba reír- le hablaré al doctor Ramos para agendar cita cuanto antes.

-Bueno, te dejo sola planeando tu cita antiembarazo- salió de la habitación riéndose a carcajadas como acostumbraba.

Adele tomó apresurada su teléfono celular para concertar una cita lo más rápido posible.

-Doctor Ramos- dijo exaltada cuando su doctor contestó.

-Señorita Adele ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta insistencia?

-Doctor Ramos por favor ayúdeme, tengo un problema del tamaño del mundo.

-Habla mujer.

-Mire, tengo una semana de retraso.

-¡Uy! - exclamó - Me vas a disculpar Adele, pero, estoy fuera de la ciudad.

-No, no me diga eso, necesito de ayuda- Se tomó los cabellos y los jaló desesperada.

-Mira, ya sé qué vamos a hacer- Adele escuchaba atenta- te voy a canalizar con uno de mis mejores amigos y el segundo mejor ginecólogo después de mí claro- enfatizó- su nombre es Simon Konecki, más tarde te envío un texto para confirmarte hora, día y dirección de tu cita.

-Mil gracias, se va a ir al cielo con todo lo que tiene y quiera.

-Adiós Adele- reía.

Adele iba y venía a lo largo de su recamara, estaba desesperada, pensando en las posibles soluciones que le daría a su problema si resultaba estar embarazada.

"Simon te espera el día de hoy a las 7:00 p.m en su consultorio, se encuentra a lado del parque central, en la plaza ubicada a un costado.
George Ramos."

Tan sólo faltaba una hora y media para la cita con su ginecólogo. Se apresuró a ducharse y arreglarse para estar lo antes posible en dicho lugar.

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