Nuestra primera vez

433 44 11
                                    

- Yo no sé qué.... -- el teléfono de Adele sonó, ella rápidamente agachó la mirada para ver quién era. -- demonios. -- dijo mientras tomaba el celular.
- ¿Es él? -- preguntó Alex.
- No, éste es otro problema. -- giró los ojos y contestó. -- ¿qué sucede, Nathan? -- Alex le hizo señas de que luego volvía, pues tenía que atender a los demás, Adele asintió quedándose sola.

Llamada

- Adele, necesito verte.
- ¿Ahora?
- Ahora.
- Bien...lo que pasa es que no puedo.
- ¿Qué estás haciendo, dónde estás, con quién estás? -- preguntó muy rápido.
- ¡Wow, más despacio! ¿para qué quieres saber todo eso?
- No dejaré que me veas la cara de estúpido.
- ¿De qué hablas?
- Hablo de él. -- Adele giró los ojos.
- Él tiene nombre, se llama Simón, la peor cosa que nos ha pasado. -- dijo en tono gracioso mientras se exprimía un limón en la boca.
- No estoy para bromas.
- Nadie dijo que estaba bromeando.
- De verdad estoy hablando muy en serio, necesito hablar contigo.
- Ya estamos hablando.
- ¿Estás borracha?
- ¡No! ¿por qué todos piensan que cuando digo cosas sin sentido estoy borracha? No necesito estarlo para soltar estupideces.
- Estoy cansado...
- Pues duerme.
- Adele...
- ¿Qué? Uno cuando está cansado se duerme.
- No, no estoy hablando de estar cansado de forma física. Me refiero a que estoy cansado de esta situación.
- ¿Qué situación?
- Esta. Estar en la incertidumbre de que puedes irte con él a cada momento del día, estar amando a quien no te ama...tú no me quieres.
- ¿Qué mosco de picó?
- ¡Déjate de decir tonterías y ponme un poco de atención!
- Nathan, no tengo tiempo para esto, de verdad que...
- ¿No me quieres, verdad? -- el corazón de Adele dio un vuelco.
- El otro día tú y yo hablamos de esto y...
- Dime que no me quieres, sólo por una vez más, me voy y te dejo en paz.
- ¿Por qué te diría eso?
- Quiero que seas sincera.
- Lo he sido, todo este tiempo.
- ¿Estás aceptando que no me quieres?
- No estoy aceptando nada. No sé de qué fumaste pero estás todo raro. No tengo tiempo para el drama de otra persona porque aún estoy tratando de lidiar con el mío. Hablamos de esto y de la boda en otra ocasión, no tengo ganas de frustrante más. Que tengas buena noche, te dejo porque estoy súper ocupada en un bar, con una chica que está escuchándome y que es jodidamente sexy...-- suspiró. -- como siempre hablé de más....en fin, sueña con angelitos y esas cosas.

Fin de la llamada 

- ¿En qué estábamos? -- volvió Alex.
- En nada, cambiemos de tema, el amor me agobia.
- Hablemos de cuándo voy a conocer Laura Dockrill. -- Adele mostró vergüenza.
- Lo olvidé por completo..
- Me di cuenta. -- sonrió.
- Prometo que no pasa de esta semana.
- Esperaré tu llamada.
- Y yo espero que no mueras esperando porque soy pésima para recordar cosas. -- Alex soltó una carcajada al aire.

Día siguiente...

Adele se despertó como todos los días, se preparó para ir a trabajar un día más. Su vida cada vez se estaba haciendo más aburrida y monótona, se estaba hartando de todo y de todos.

Adele revisaba unos manuscritos concentrada al mil por ciento sin darse cuenta que llevaba horas sentada leyéndolos, cuando su móvil comenzó a sonar y la interrumpió, molestándose al instante. No revisó quién la llamaba, por lo que dedujo que sería Nathan.

-Ya va a comenzar a molestar tan temprano ¡Cómo fastidia!- se quejó mientras tomaba el teléfono- ¿Qué pasa ahora? - preguntó molesta.

-¿Qué? No hemos hablado en días - dijo Simon del otro lado de la línea.

Déjate llevar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora