Prólogo

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Todo comenzó un frío día de enero, las calles estaban paralizadas por la nieve que abundaba en las calles.

Marian, una mujer embarazada, se encontraba en estado crítico, estaba a punto de dar a luz y toda la ciudad estaba paralizada debido a la gran cantidad de nieve que había, y no podían salir de casa para ir al hospital.

Su marido, Josh, estaba al lado del sofá en el que ella se encontraba tumbada gimiendo de dolor mientras él intentaba encontrar ayuda de alguna forma.

-¡¿Cómo que no pueden traer una ambulancia!? ¿¡Qué clase de persona que se compromete al bien de los demás cueste lo que cueste y se queda sin hacer nada?! - gritaba mientras caminaba de un lado del salón a otro enfadado al ver que no podía hacer nada el hospital

-Josh-dijo Marian exhausta y aguantando el dolor

-¡No me cuelgue el teléfono!-grita tirando el teléfono al suelo mientras se echa la manos a la cabeza estresado.

-¡Josh!- al decir esto, Josh se giró preocupado- Úsalo, no hay otra salida.

El pobre hombre se empadileció de tan solo pensar que tenía que recurrir a lo único que lo ayudaría, aún sabiendo las consecuencias que eso conllevaría,  pero contemplando como estaba la situación, decidió usarlo.

Cerró todas las puertas y ventanas de la casa. Después fue a la cocina a por unas velas, las cuales encendió para luego más tarde apagar las luces de la casa.
Josh se dirigió a un cuadro que había en la cocina de la casa y lo apartó de la pared como si fuese una ventana. Detrás del misterioso cuadro, había una cerradura. Se sacó su alianza de plata y pronunció las palabras que habían en esta escrita.

-"Deseo querido, deseo tomado. Una vez hecho no habrá vuelta atrás, atente a las consecuencias de tu desesperado deseo"-conforme dijo eso la alianza tomó forma de llave con pequeños detalles de hojas de olivo en ella. Y con cautela, la introdujo en la cerradura de detrás del cuadro.

De pronto, se formó una pequeña puerta que a simple vista no se podría a ver visto y de la nada, apareció un pomo. Con ella, abrió la puerta al lado contrario que se abrió el cuadro y observó la bola mágica que había dentro de la ventana secreta.
El miedo estaba en el ambiente y era imposible no tenerlo. Aun así, cogió la bola brillante que contenía una flor con únicamente dos pétalos.

Josh se dirigió a su esposa y se miraron mutuamente para saber si eso que estaban haciendo era lo correcto, pero Marian solo pudo mirarle a la cara, para que sin necesidad de palabras supiese que era la única salida.
El futuro padre mencionó el conjuro, intentando pronunciar bien el hechizo sin tartamudear :

-"Orbis cupiditate impossibile, quod tu concede mihi hoc desiderium nos, et opus vivere, ego non erit timor non posse, cum eius potentia, et cum eo, ego poteris facere felicitas sic optata".

La bola sin necesidad de hablar, se dirigió a la madre y le concedió el deseo de poder tener una niña. Cuando uno de los pétalos cayó, la sala se iluminó de luz blanca, y de pronto se oyeron llantos.
La madre estaba sentada en el sofá con su hija en brazos mientras anhelaba el milagro de la vida en sus propias manos.

-Creo que el nombre de Alexia es ideal para ella-dijo con cansancio en sus palabras mientras Josh le abrazaba.

Cuando la madre acarició la frente de su hija pudo ver el símbolo de Capricornio en su frente iluminada pero esta desapareció rápido. Y aunque la madre vio la marca, no le dio importancia.

Y desde aquel entonces la familia se llenó de plena alegría... O no.

Traducción del conjuro

Orbe del deseo imposible, que se me conceda este deseo que tanto necesito para vivir, no tendré miedo de no poder con su poder y con él, podré hacer la felicidad tan ansiada.

... Próximamente...

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