El día que vio la verdad (parte 1)

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Dato importante

-...- Dialogo

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-Oye idiota, dame esa bolsa de víveres, o acaso necesitas recordarte que pasa si no los das- me dice un brabucón

-Claro que no te los voy a dar imbécil, lárgate de mí vista antes que te patee tu maldito trasero- le respondo con un tono de indiferencia y rencor.

-¡No me vengas hablar así asqueroso mestizo! Todos los de tu raza son tan descarados, y nosotros le damos comida y alojamiento. ¡Ojala los hubieran exterminado todos cuando estaban en América!- me replica y me escupe la cara.

-¡Ahora si te lo buscaste malnacido!- me lanzo sobre él y lo doy un puñetazo en el rostro, sus amigos me agarran de los brazos y el desgraciado comienza golpearme en la cara y en el estómago. Caigo al piso debido al dolor y comienzan a patearme mientras me insultan, aún recuerdo esas palabras que hacían más dolor que la golpiza que me estaban dando.

¡Asqueroso indio!-decía el brabucón- ¡Eres una abominación!- decía uno de sus amigos- ¡Ojala nunca hubieras nacido americano esclavo!- hablo nuevamente y no paro de insultarme desde ese instante, seguido delo que dijo, ya no podía escucharlos bien, todos mis sentidos comenzaron a centrarse en algo horrible, era el dolor de los golpes que estaba recibiendo, sentía como crecían los moretones y la rabia que contenía que crecía y crecía, solo hacía ver lo patético e indefenso que soy, después de un momento mi sentido auditivo comenzó a funcionar nuevamente, solo podía escuchar algunos cuantos insultos racistas y xenofóbicos, hasta que escuche unas palabras que hicieron que estallara del llanto por la rabia de no poder responderle, sus palabras me habían llegado justo en mi orgullo, aún recuerdo esa desagradable oración- ¡Porque no mejor andas mendigar como lo hacen los de tu raza! Te crees muy chulito esclavo barato ¡sabandija estúpida! Mejor me largo, ya me aburrí de usarte de saco de boxeo y me llevo los víveres, ustedes no merecen esta clase de privilegios.

Me levanto del suelo lleno de rasmillones y moretones, me estaba sangrando la nariz, y las lágrimas no dejaban de deslizarse de mis mejillas, estaba furioso, no pude defenderme de esos simios y además se habían llevado los víveres.

-¡Prefiero ser un esclavo que unos bravucones rateros, malditos desgraciados!- les grite mientras lloraba y me retiraba del lugar.

Me dirijo a mi casa, me topo con algunos adultos, pero estos solo me ignoran y algunos me miran con indiferencia y desprecio, no se conmueven al ver en el estado que estoy, seguramente porque soy mestizo me segregan, todos son unos idiotas, incluyendo adultos y niños. Por fin a había llegado a mi hogar, me seque las lágrimas para que no me viera llorando, golpee la puerta y mi madre me abre, al verla no pude aguantar las ganas de llorar, ella al verme en ese estado abre sus ojos como plato y me mira con una notoria preocupación.

-Que ha pasado hijo, por que estas llorando, no me digas que otra vez peleaste con esos brabucones- me dijo con su dulce y preocupada voz.

Yo le asiento.

-Te he dicho más de mil veces que no te metas más con ellos, no le hagas caso cuando te hablan- mientras dijo eso, mis lágrimas no dejaban de brotar de mis ojos y probablemente comenzaron a incrementar.

-No llores más hijo, ellos no merecen tus lágrimas, ven y abraza a tu mami- Cuando termino de decir lo último, me abalance sobre ella para abrazarla con todas mis fuerzas.

-Oye mi príncipe azul, me podrías decir donde están los víveres- me dice mientras saca un paño de su bolsillo mientras me carga entre sus brazos.

Knight of HumanityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora