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Sus pasos se detuvieron cuando pudo ver al chico. Se encontraba haciendo lo que siempre, solo que esta vez lo hacía de una manera distinta.
Era el mismo paisaje de todos los días, los mismos árboles, los mismos niños, el mismo sol, pero algo faltaba y ese algo era Takuya.

A paso lento y silencioso se acercó al Shin, quien estaba tan entregado a su trabajo que apenas y notó que la presencia que con tanta desesperación estaba buscando, se encontraba justo atrás de él.

—¿Alguna vez te he dicho lo mucho que amo tus dibujos?—susurró en el oído de el mas bajo, haciéndolo estremecer.

—Takuya—el chico se lanzó a sus brazos—¿dónde habías estado?—preguntó con una brillante sonrisa, imposible de ocultar.

—Solo estuve algo ocupado, pero ya estoy de vuelta—dijo, sin poder apartar la mirada de la sonrisa de su chico—¿Me extrañaste?—

Y ante la pregunta las mejillas de Shin reaccionaron, pintándose de un color rosado.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Takuya, mientras admiraba el sonrojo de Shin.

—Tus mejillas acaban de delatarte—Rió Takuya.

[♡]

—¿Entonces cual es tu talento?—preguntó Shin.

Ambos chicos se encontraban sentados en el césped, con la vista en el arrebol que se formaba en el cielo.

—¿a qué te refieres?—Takuya se comportaba curioso cada que Shin le hacía una pregunta, su cuerpo y mente no sabían como reaccionar ante el hecho de que el chico sintiese curiosidad por él.

Era un sentimiento inefable.

—Ya sabes, lo que te gusta hacer en tu tiempo libre—explicó con paciencia, sin perder detalle.

—Pues. . .—Takuya lo pensó, mientras sus ojos se perdían en el anaranjado color del que se teñían las nubes—A veces canto—expresó de forma tímida.

Los hermosos ojos de Shin adquirieron un brillo especial, como si el alba se estuviese reflejando en ellos.

—¿Cantarías algo para mí?—

Gama de colores - [TakuShin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora