Savia venenosa portaba el álamo

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Sobre el álamo mis mentiras descansaron,

junto a mis raíces meditaron

y en las hojas beso del pecado se asentaba,

cayendo con la caricia del viento se veían,

lamentando su destino seguro estaban

mas en confianza, muy sincero, 

remordimientos en mi estigma no surgían.

Atracción fatal a la falacia mi sonrisa tenia,

indecente cantidad de pecado obtenía

en su abrazo tierno, de falso amado,

mas necesitados de cambio se encontraban, mis raíces

añorantes de enredos calumniaban

sobre su sustancia, su materia,

que puramente mendacidad yo proclamaba.

Ahora bien, de la luz de otros mi mente precisa,

su alma un dulce licor junto a mi seria;

felices los crió mas adictos los dejo,

abandonados sus cuerpos, carcasas vacías, 

en mis raíces descansan;

de ellos sorbo, los suspiro.

De su luz con mis hojas, deshonestas, codicio

y de sus lagrimas en raíces persisto;

toxica mi savia pero sedienta mi garganta, desalmado,

y por ello sobre el álamo mis mentiras descansaron,

junto a las raíces las sonrisas meditaron,

el peso del pecado las hojas arrancaron 

y aun así, un árbol, árbol es

mas el álamo de nombre mi esencia portó.

No hables, recita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora