— ¿Q-qué... está pasando?
El celeste solo pudo recorrer una y otra vez la figura invasora que se encontraba delante de él, estaba a punto de tocar el hombro de su otro yo cuando la fémina comenzó a revolverse un poco y restregar los ojos en señal de que iba a despertar, el celeste dio un respingo y pegó la espalda a la pared dándose un sonoro golpe que maldijo de dolor en su mente mientras veía como la chica se medio incorporaba en la cama.
—Buenos días— murmuró somnolienta la chica sin darle importancia al sorprendido, y al borde del desmayo, celeste que la veía como si fuera alguna especie de animal raro. Pronto la chica reaccionó viendo sorprendida al celeste delante de ella. Como si de un espejo se tratara ambos chicos se inspeccionaron y tocaron para ver si eran reales, ante el tacto se lanzaron hacia atrás, la chica se cayó de la cama y el chico volvió a golpearse la espalda.
— ¡¿Quién rayos eres?!— gritaron asustados al unísono.
— ¡Soy Nagisa!
—... ¡¿Qué tu eres Nagisa?!— gritaron mientras señalaban al otro "culpablemente" — ¡Pero yo soy Nagisa!
—Nagisa— ambos escucharon una voz femenina algo preocupada llamando a la puerta — ¿Estas bien? Voy a entrar
— ¡No!— rápidamente el celeste corrió a la puerta para impedir que su madre pudiera abrirla — ¡Ve a esconderte al baño y no salgas!— se dirigió hacia su doble.
— ¿Con quién hablas hijo?
— ¡Con nadie!
— ¿Te encuentras bien?
— ¡Sí, bajo enseguida!
— ¡No hay un baño en esta habitación! ¡Idiota!— le gritó la chica mientras al celeste se le clavaba una flecha en el corazón por las palabras que prácticamente él se dijo.
—Nagisa esa fue la voz de una chica— habló su madre entrando de un portazo en la habitación de su hijo, tirando en el proceso a ambos muchachitos uno sobre el otro, después los observó con el ceño algo fruncido —Nagisa ¿Qué significa esto?— dijo señalando la pose "provocativa" que tenían ambos celestes, el chico encima de la fémina.
— ¡N-no es lo que parece! ¡Ella! Ella...— el chico se quitó de encima y se quedó sentado en el suelo y con ello la chica también se sentó.
— ¿Ella?
—E-ella... por muy difícil que parezca ella soy yo— la mayor no dijo nada solo acercó su mirada a la chica y la inspeccionó a fondo, después puso una cara incrédula que fue rápidamente sustituida por una de felicidad y comprensión que fue posada en el chico y después en ambos.
—Sí, ambos son mi lindo Nagisa— Hiromi colocó una mano sobre ambas cabezas y las revolvió —No sé cómo pasó lo que pasó pero estoy segura de que ambos son mi adorado hijo Nagisa
— ¿Eh? ¿Eso es todo, mamá?
— ¿Qué esperabas?
—Que te enojaras o que gritaras o que me interrogaras, no sé ¡Hay un millón de formas de cómo reaccionar!
— ¿Saben lo que es el instinto maternal?— ambos negaron —Pues bien, es como el amor, es un sentimiento que no sabes cuando llega y cuando lo sientes pareciera que te conviertes en todo un experto en el tema. Eso mismo siento ahora, no tengo nada que preguntar ni de lo que quejarme, solo sé que delante mío tengo a mis dos hijos que llegarán tarde si no se apresuran a tomar el desayuno así que Nagisa, Nadeshiko, dense prisa y vístanse para que vayan a desayunar y el metro no los deje— la morena se levantó y salió de la habitación en donde se encontraban los jóvenes.
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Mi enemigo ¿Soy yo mismo? (KarmaxNagisa)~(Próximamente)
Fiksi PenggemarLa sociedad casi nunca acepta los amores prohibidos y por ese desprecio los amantes de aquellos amores se ven en la necesidad de sufrir y preguntarse como seria su vida y su romance si la causa de su prohibición no existiera ¿Sería más fácil? ¿Se en...