Segunda oportunidad|y.c

final

6 meses sin Lia era el tiempo el que Yoandri había pasado decaído, alcoholizandose, tratando de olvidar a su ex prometida pero no lo lograba, al momento de tener a una chica frente a él la rechazaba. Sabía que no podía estar sin ella y le quedó claro en el momento que estaba caminando en dirección al altar y detrás de ellos sus caballeros de honor, Johann, Joel, Joshua y Richard. Al llegar a su lugar pudo observar la iglesia con la gente más importante.

La pequeña o ya no tan pequeña Aliet entró junto a Aaliyah echando pétalos de rosas donde pasaría la novia, detrás de ellas las damas de honor, July, Yoceline, Lilia (novia de Sebastian), Mae (novia de Joshua) y Mel (novia de Johann).

Su sonrisa se hizo más grande y se quedó sin aliento al ver como el amor de su vida entraba a la iglesia con su vestido blanco luciendo como una princesa, del brazo de Sebastian. Llegaron frente a él

—Te ves increíble —sonrió

—Ay gracias tu también —interferio Sebastian haciendo reír a la pareja— Cuidala y siempre amala porque yo soy el hermano mayor que te romperá la cara si la lastimas

—No será necesario —dijo tomando la mano de su casi esposa.

—Gracias Sebs

La misa comenzó, la felicidad de ambos se les notaba en la cara, cuando él podía le decía lo guapa que se veía.

Lia se sentía como en sueño, después de tantas lágrimas por fin sentía lo que era estar feliz y lo que era sentirse amada. Y cuando menos lo espero aquellas palabras con las que soñaba llegaron:

—Y lo que ha unido Dios que no lo separe el hombre, el novio puede besar a la novia

Yoandri se acercó, le sonrió y unió sus labios con los de su ahora esposa.

—Te amo

—Yo te amo más —lo abrazó muy fuerte

—Vamos —la tomó de la mano y caminaron juntos con una gran sonrisa en sus rostros

Los invitados aplaudían. Se dirigieron a tomarse fotos. Fueron hacia el jardín de eventos donde Yoandri soñaba que sería su boda, el había sido el organizador junto a Alan.

Las fotos fueron con los padres de Yoyo, caballeros y damas de honor. Una foto de los hombres con el ramo de las damas de honor y Yoandri con el ramo de Lia, otra donde los jalaban para impedir que se besaran, aventando al aire a la novia, las chicas tratando se aventar al aire a Yoandri y más.

La fiesta transcurrió y llegó el momento de brindar

—Gracias por asistir a éste día tan importante para mi, después de casi dos años de planeacion de la boda por fin estamos aquí, celebrando mi felicidad junto a está hermosa mujer —le dio un beso en la mejilla— después de aquél incidente que muchos pensaron que dañó para siempre ésta relación pero no es así, la fortaleció y me hizo ver que es junto a Lia con quien quiero vivir el resto de mi vida. No me importa su pasado sólo sé que eso la hizo más fuerte y me hace sentir muy orgulloso de saber que tengo a una guerrera a mi lado. Gracias a mis papás y amigos que me ayudaron a luchar por ella y como diría mi mamá lo que no fue en mi año que no me haga daño, ¡salud! —alzó la copa y tomó de aquel líquido sin terminarlo

—Que les puedo decir, Yoandri es tan especial, el mejor hombre... Ya, salud —los invitados se quedaron callados— Es broma, él es... tan romántico —lo miró con una gran sonrisa

—Cursi, meloso y empalagoso, mejor dicho —Joshua fingia vomitar

—Como tú con Mae

—Cállate—todos los invitados rieron, a Joshua no le gustaba aceptar que estaba enamorado

—Proseguía, Yoandri es la mejor persona que alguien podría tener a su lado, cada que cumplimos un mes de novios me da el número de meses representados en rosas

—Y ahora será un gasto doble —se persignó

—Cuando tuvimos ese distanciamiento esas rosas nunca faltaron, cada mes me llegaban, me daban esperanza que todo volvería a la normalidad, aunque después me enteré que fueron otras personas

—Pero que conste que lo hicimos por el bien de esa relación —Joel alzó las manos mostrando inocencia

—Es más sin esa ayuda no estarían casados, agradezcanos

—Merezco un reconocimiento, algo

—No iba a decir los nombres pero gracias Joel, Richard y Alan. Prosigo cuando un día él llegó con esas rosas sentí como mi corazón se hizo pequeño, me sentí feliz de volverlo a ver y mi felicidad creció cuando me dijo que si quería retomar el compromiso y ahora estamos aquí, hubo personas que están aquí que querían impedir que me casará con él, personas que me daban opiniones pero no me importaba porque esas personas no se iban a casar conmigo. Gracias por venir y gracias a ti por nunca dejar de amarme —dijo mirando a Yoandri— ¡salud!

Los invitados aplaudieron, Yoandri hizo una seña pero nadie la había notado sólo Lia y July, la cual se puso de pie

—Bueno, tengo que hacer esto, tengo la autorización de Yoyo. No me quiero quedar a vestir santos y que mi madre me siga preguntando "¿Para cuándo July?" cada que vamos a una boda, así que para saber cuál será mi destino si voy escogiendo la tela para los santos... Joel, ¿te quieres casar conmigo?

Joel la miró apenado y riendo a la vez, los invitados de igual forma reían

—Suegra, vaya escogiendo la tela pero para el vestido de su hija porque nos casamos —se puso de pie y besó a July

—Pido ser dama de honor —gritó Johann

—Yo quiero acompañarte a escoger el vestido —ahora Richard

—Pido ser otra dama de honor —esta vez Joshua aplaudiendo

—¡Doble boda! —gritó Sebastian, quien se había comprometido meses atrás

—Pido ser el organizador —gritó Alan y Yoandri

—Sólo 2 más y todos estaremos casados —miraron a Joshua y Johann

—Bueno... Eh... ¡Salud por los recién casados! —habló con nerviosismo Vera

—¡Aplausos! ¡Fiesta! ¡Yeiih! —Joshua se tomó el champagne que quedaba en su copa

—Joel, nos haces el favor —pidió Yoandri

—Pero por supuesto que si

La voz de Joel sonó por todo jardín cantando, los novios se posicionaron en la pista de baile y bailaban al ritmo de la canción con la que le había propuesto matrimonio, al terminar Lia tomó a su esposo de la mano y lo alejó de todos, en una de sus manos llevaba una bolsa de regalo

—Te amo demasiado

—Yo te amo lo doble que tú

—Te tengo una sorpresa —sonrió,

—¿Qué es?

—Cierra los ojos y extiende las manos

Yoandri hizo la acción que le pidió, Lia puso en sus manos aquel regalo, él abrió los ojos

—No, no, no es cierto, ¿en serio? —ella asintió, mordiendose el labio— ¡Voy a ser papá!

FIN.