Los momentos bisagra

188 1 0
                                    


Esa mañana... luego del café y las tostadas... parecía un día tan...  pero tan normal... yo diría clásico"como sacado de una película americana se tratara, ella era diez años menor que el, muy bonita activa ,dispuesta sonriente, el no era guapo, era atractivo, cuerpo fuerte, con su ego en la cúspide todo lo que tocaba se convertía en oro, parecía como que todo el infortunio y esfuerzo y sacrificio que le costaba lograr cada cosa, hubieran desaparecido de un momento a otro, era el momento de Jose

El beso a su mujer, recogió unos papeles de su ultima adquisición que se sumarían a la felicidad de la pareja que era una motocicleta del tipo choper, aunque japonesa,se aseguro de que todo estuviera preparado para el resto del día,  se dirigió a su pequeño de año y medio que estaba para desayunarlo como todos los niños a esa edad y luego de sacarle unos chillidos tirándolo hacia arriba, decidió irse pues antes de las diez debía hacer sus tramites, cogió, su casco, su bolso, las llaves y atravesó el pasillo desde su departamento hasta la calle, que antes de salir lo esperaba su moto.

la luminosidad del día daba toda la sensación que ademas de ser bello climatologicamente hablando, seria armónico, como decimos ahí, seria un día redondo", hasta el tráfico parecía apacible, y condujo, acorde a lo que el día le proponía, esperaba paciente detrás de los lentos, cedía el lugar sin resistirse, de vez en cuando aparecía algún estresado pero el... lejos de hacerle caso, aunque... a medida que de acercaba a la zona céntrica tanto el sol se fue ocultando y la amabilidad de los conductores,luego de poner en su sitio a varios, con la potencia de su moto y su ego, logro conseguir parking en una zona un poco al borde de lo legal, en una esquina de una plaza de parking, "como solo sería un minuto..."

Entro al cajero de su banco un poco tortpe por su prisa, ya eran las 9.40hs y el tiempo se le echaba encima, se quito los guantes que los aguanto con su axila izquierda, contó los billetes, 

ya... era la última cuota luego de dos años de pagarla cada mes, por fin seria suya... el clima se había vuelto húmedo y con los abrigos que llevaba, pensó ... casi que podría ir sin casco... osea el casco metido en el brazo como todo el mundo.. pero.... no... mejor me lo dejo pensó otra vez , emprendió viaje de nuevo y doblo por la "gran avenida" solo quedaban seis calles y en la tercera calle, de repente, el semáforo en rojo, el carril pegado al centro tenía varios coches en el centro había un gran autobús, y quedaba el carril de la derecha que era el menos ancho, estaba vacío , decidió enfilar para ese carril bajo la velocidad casi a punto de detenerse y de repente se pone en verde.

en el otro extremo de la ciudad, Roberto... apuraba el desayuno que era bastante suculento, ese día decidió probar el típico desayuno de los ingleses, con su tazón de café, alubias, chorizo, huevos revueltos y zumo de naranja como cada día... pues se había levantado muy temprano por las cuatro, para supervisar y repasar el examen final, que en realidad se sabia a la perfección , de hecho creo que sobraba, pero nadie en su vida había sido más exigente con el, que el mismo, fue su propio mentor, profe, su guía, su jefe... era la vida que había elegido y a pesar de haber renunciado a muchas cosas del mundo infantil y adolescente que sus amigos disfrutaban, el tenia clarísimo que seria un eximio pianista

Soñando como siempre, en el día que triunfe con el piano, como un gran concertista , lo que llevaba escuchando desde los cuatro años cuando lo sorprendieron por primera vez arrodillado con una oreja en un extremo de las teclas y con los deditos de su mano derecha, encontrando una melodía simple con poquitas notas, mientras engullía feliz su desayuno ingles, imaginaba establecerse en la afueras de Londres luego de sus conciertos , con la una chica que conoció, Laura a quien tenia embelesada cada vez que ejecutaba cualquier obra al piano, ya que su físico carecía de cualquier rastro de algún deporte que pudiera haber practicado ya que su vida era el piano.

El momento bisagraWhere stories live. Discover now