Parte 4: dos lados de la moneda.

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Ren Jun corrió hacia su madre, a pesar de sus esfuerzos por obligarse a no llorar, tenía la cara completamente húmeda, pero no podía evitarlo, la presión y el miedo a que algo grave le pasara a su madre lo desesperaban. La señora no paraba de toser, tenía la presión baja y temblaba. El chico le llevó más sabanas, puso más leña en la chimenea y frenéticamente buscaba algún medicamento que aliviara el malestar. Ya no les quedaban medicinas y Ren Jun no había ido a comprarlas por ir a visitar a Chen Le. Se sentía tan frustrado y la rabia invadía sus pensamientos, << ¿en qué estaba pensado? Yendo a ver a ese niño rico y mimado>> se decía, aunque esas palabras no expresaban la realidad, se dicen cosas que no queremos al momento de estar regidos por el enojo. Al final el muchacho encontró una pastilla entre los paquetes vacíos que estaban aun guardados, se la dio enseguida. Con esfuerzo la mujer logró ingerir la medicina, se recostó y cerró los ojos. Unos momentos después, su madre ya estaba mejorando gracias a la calidez provocada por la fogata y así Ren Jun, al verla tranquila, se sintió más calmado; lo único fue que ahora, era él quien temblaba por el estrés. Se sentó a un lado de su madre y ella tomó su mano amablemente deteniendo sus pequeños temblores en la extremidad:

-Perdón por preocuparte hijo. Estoy bien ahora.

El chico la miraba con alivio.

-¿Quién vino hace poco?

Le preguntó a su hijo. Ren Jun apartó la mirada, no quería pensar en Chen Le, ahora con la cabeza fría, cayó en cuenta de lo mal que lo había tratado, se sentía un completo patán. La señora insistió:

-¿Es un conocido tuyo? Debiste dejarlo pasar...

-Es el hijo de los dueños de la mansión que está al inicio del camino.

Le declaró melancólico.

-Tiene la misma edad que tu si no me equivoco. ¿Es tu amigo?

Ren Jun limpió las lágrimas que caían de sus hinchados ojos, después de todo solo era un chico que había sido obligado a crecer demasiado pronto. Sus momentos cotidianos eran de trabajo constante y uno que otro susto que le hacía pasar su madre enferma, lo habían endurecido por fuera pero lo iban quebrantando moralmente. Así que la aparición de Chen Le fue casi como un golpe brusco que se tornó un rayo de luz. Era para él, alguien que le había cambiado sus días, pero con lo último que hizo sentía que había arruinado lo único bueno que le había pasado en mucho:

-Sea lo que sea que fuéramos, ya no va a funcionar. Lo acabo de sacar de la casa y le dije cosas horribles.

<<Y todo porque no quería que me viera así de vulnerable, que torpe soy>> Se decía por sus adentros el chico, arrepentido de sus acciones. La señora lo miró por unos segundos callada, para luego sonreírle plácidamente a su hijo:

-Con solo verte sé que es alguien importante y vas a poder resolver las cosas.

Es la primera vez que Ren Jun se ve implicado en una situación de este tipo. No sabe cómo lidiar con las personas << ¿y si no me perdona nunca?>> se hacía continuas preguntas nada positivas, tal como un chico desesperado por recuperar algo preciado. Al recostarse en su cama no pudo entrar en sueño, se la pasó reflexionando. Quería a toda costa resolver lo sucedido con Chen Le, no tenía la intención de perderlo.

Chen Le caminó en la noche de regreso a casa, con los ánimos por los suelos, triste y con frío. Recordaba las palabras que Ren Jun, le había restregado en la cara.

-Él tiene razón, estoy acostumbrado a hacer lo que quiero y conseguir las cosas cuando las pido.

Le hablaba a la nada pero sobretodo se auto reprochaba de sus acciones impulsivas.

La mansión y la cabaña// NCT~ ChenJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora