XIV - Relato De Un Plebeyo

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  Él buscaba fidelidad amor y ternura, en el lugar incorrecto, en el lugar mas oscuro y misterioso. Guardador de secretos como un experto, que con su aliento le hacía estremecer, y sus palabras penetraban hasta los mas profundo de su ser.
  Dejándolo a un lado y atrás buscó compasión, amor y ternura, sin mirar a los lados, al frente o hacia abajo, para ver con ojos desilusionados a quien estaba pisando, a alguien que buscaba eso en él, con un carisma y método distinto, al que alguna vez vimos pero que no volvió a ser el mismo.

  Siguió buscando esa tolerancia desamparada, de un corazón profano hacia él o hacia su alma, hacia sus ojos, o hacia su todo, y así, encontrándolo en el lugar menos esperado, y en el menos buscado, yacía allí, lo que siempre estuvo, esperando por un sentimiento infinito de él hacia el destino.

  Ante el aferro con la parca y posterior a la canción de las lágrimas, Dijo él, con una carta humilde, hacia la chica de la nobleza voraz y firme.

  "Eras tan hermosa y misteriosa, como el suave pétalo de aquella rosa, que se cruzo entre esta historia de amor.
   Como el hombre extinto fiel a sus instintos, que alguna vez fui o seré.

  Eras tan hermosa y misteriosa, que no veo la hora de acabar este verso a tu sonrisa y tu deseo.

  Deseo de haber resuelto ese misterio, sin mirar atrás o a los lados, y nuevamente con un suave palmo, un cruce de miradas, y una mejilla acariciada.

  Y con la suavidad del pétalo de aquella rosa carmesí, teñida de tu dulzura y amargura, volvería a sentir lo que esa flor significo para mi."

El Teorema Del VirtuosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora