Petámetro

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A pesar de no tener que ir a clase por culpa de la expulsión, ambos se despertaron pronto, y Namjoon fue a casa de Hoseok para por lo menos pasar el día juntos, ya que tenían que hacer un par de redacciones para entregar como trabajo complementario durante el castigo. Llegó a tiempo para despedir a la madre de Hoseok, que tal y como su hijo era, apuraba hasta el último segundo salir de casa, teniendo que ir a todas partes corriendo. Afortunadamente la madre había preparado tostadas para ambos, dejando que se sirvieran café de la cafetera si querían. Era una madre servicial pero un poco crispada de los nervios con todo el mundo en general. Namjoon siempre agradecía tener esa segunda casa donde todo era más cercano que su propia casa, donde mientras llevara buenas notas, se perdonaba todo, hasta el desprecio.
Ambos tomaron un asiento en la mesa cada uno con su desayuno, y un cuaderno al otro lado, aunque ninguno pensaba aún en aquello que tenían que escribir. El día anterior habían dejado muchos temas en el aire, Namjoon no quería presionar al otro chico a que le contara cosas de las que aún no se sentía preparado, y por su parte, Hoseok no sabía si decir todo lo que se había guardado desde hacía tiempo en su pecho iba a ser bueno para él o no quería que su mejor amigo supiera todo sobre aquel tema.

A mitad de la mañana, entre trabajos a medias, una botella de coca cola empezada y algunas colillas de tabaco en el cenicero, Namjoon decidió que no podía más. Se llevó una mano al pelo y se lo revoloteó, viendo como su amigo alzaba la cabeza y una ceja sin saber que le ocurría.
- Juguemos un rato a la play
- Eh, tú tienes más días de descanso pero yo tengo que terminar para mañana.
Namjoon chasqueó la lengua ante la negativa del otro ya que le había jodido las ganas del descanso, cogió el boli entre los dedos para darle vueltas entre estos para intentar paliar su aburrimiento. Hoseok había conseguido bajar la cabeza de nuevo y seguía enfrascado en su redacción. Namjoon se preguntó si ponía tanto empeño para no pensar en ese tema que él seguía dándole vueltas a la cabeza sin poder dejarlo.
- Oye ¿qué vas a hacer? - preguntó sin conseguir domar los instintos de seguir callado.
- ¿Qué voy a hacer de qué?- el tono aburrido de Hoseok le hizo entender que estaba enfrascado en medio de la escritura y prestaba solamente a medias interés a lo que alguien dijera.
- Sobre Seokjin sunbae - al pronunciar aquel nombre el lápiz de Hoseok dejó de moverse, suspirando un poco este antes de levantar la cabeza para mirarle
- Nada ¿qué quieres que haga? Le has dado una paliza, no puedo ir a decirle "oye mira, ¿qué tal si olvidas que mi mejor amigo te dio una paliza de gratis y me metes la lengua en la boca?" -el mayor por meses adornó aquella retahíla de sarcasmo encogiéndose de hombros. Namjoon sabía que estaba en lo cierto, pero que tampoco fue de gratis el pegarse.
- ¿Entonces? ¿Vas a buscar a otro chico?
- Si te piensas que voy a ir buscando por ahí a otro gay con el que probar cosas es que no me conoces lo suficiente.
- ¿Por qué no lo pruebas conmigo? - aquella pregunta que le salió natural, sorprendió a ambos. Hoseok no daba crédito a aquello que acababa de escuchar, pensando que su amigo se pasaba de listo y Namjoon no pensaba que había pensado lo suficiente aquello
- No tengo ganas de que te burles de mi, gracias
- ¡Pero si no me estoy burlando! ¡Joder!
- Namjoon ¿eres consciente de que me estás diciendo que te bese?
- Ya. Bueno. Quiero decir...
- ¿Ves?
- No, a ver, Hobi... soy tu mejor amigo ¿no es así? no me importa ayudarte a ver que pasa por tu cabeza, y mejor conmigo que con cualquiera que puede hacerte daño ¿no? un beso es un beso, lo máximo que puede pasar es que no me guste y ya, y no es como si todos los besos con chicas me hayan gustado de todas las maneras.
Hoseok se echó atrás en la silla y apoyó el antebrazo en el respaldo de la silla contigua a él. Los siguientes segundos le parecieron eternos a Namjoon mientras tragaba saliva y mantenía la mirada a su mejor amigo para que viera que iba en serio, aunque realmente ni él sabía si aquello que decía iba en serio o qué.
- Está bien- finalizó aquella agonía de silencio que ambos habían guardado recelosamente.- lo haré.
Namjoon no entendía muy bien la naturalidad del otro chico en ese momento, hasta que le vió poner morritos como esperando un beso, cosa que le hizo chasquear la lengua y le lanzó el boli a la cara, viendo como le golpeaba en la mejilla y se echaba a reir su mejor amigo.
- ¿Quién se está burlando de quién ahora?
- Namjoon, tú no eres gay, lo se muy bien, me lo has recordado con Mimi y con Junhee y con Lisa y con..
- Ya ya, pero quiero hacer esto por ti, no por mi, idiota. Ya te he dicho que un beso es un beso, no me voy a morir por besar a un chico ni me van a salir alas de purpurina ni nada así
Una vez más aquel silencio, salvo que ahora Namjoon se levantó y tras apartar la silla del lado de su amigo se sentó a su lado, mirando a este para quedar más cerca de él.
- Va en serio, déjame hacerlo, si no te gustaba Seokjin y podías besarle también puedes hacerlo conmigo.
Hoseok tragó saliva notablemente, concediéndose unos segundos antes de volver a asentir, esta vez con los labios temblorosos. No podía fallar a su amigo, no podía echarse hacia atrás o iba a pensar que se estaba burlando, y realmente no quería que pensara aquello.
Hoseok se pasó la lengua por el labio superior en un gesto indeciso, y procedió a juntarse tímidamente con su mejor amigo. El aire se hacía pesado a au alrededor y ambos pensaban más de lo debido lo que debía ser un simple beso. Propuesto por el menor y accedido por el otro. Ambos sabían porqué hacían eso pero en verdad dudaban de lo que el otro fuera a hacer.
- ¿De qué tienes miedo? Sólo son unos labios
- Sí, pero son los tuyos...
La respuesta rápida de su mejor amigo le hizo llevar una de sus manos a la nuca ajena, atrayéndole a su cuerpo para pegarle más así. Vió como este cerraba sus ojos y se le teñía la nariz y las mejillas de un rojo curioso, mientras se preguntaba si él mismo tendía ese color en su cara. Decidió poner fin a la espera él mismo, uniendo ambos labios tras juntar sus bocas. No sabía que esperaba, pero realmente, no era muy diferente a besar a una chica.
Los labios de su mejor amigo sobre los suyos se sentían cálidos y suaves, y aún ligeramente mojados al haber pasado este su lengua por ellos en un gesto nervioso. Su boca se adecuó a la ajena con una facilidad pasmosa, y aunque durante un segundo o quizá un par de minutos ambos quedaron parados en el mismo inicio, pronto sus labios se amoldaron a los del mayor, viendo como este correspondía aún tembloroso, con las manos apretando la silla en la que seguía sentado y sus ojos cerrados por completo, tratando de obviar que aquellos labios a los que estaba completamente pegado, eran los de su mejor amigo.

A little closerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora