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Estoy esperando a Gigi, debe venir lo antes posible demonios, me duele la cabeza y estoy que me desmayo pero debo resistir. Estaba recostada en un árbol, después de llamar a Gigi salí de allí sabía que los causantes querrían ver que todo hubiese salido bien. Bueno "casi" bien.

Estaba arrecostada pensando en quien pudo causar esto, porque cuando me enteré, no habrá quien lo salve de su infierno.

Me estaba desangrándo por más que quisiera hacerme la fuerte, estaba vulnerable en estos momentos demasiado para mi gusto. Estaba por llamar a Gigi de nuevo habían pasado ya alrededor de media hora, y si no tenía atención médica, el torniquete que hice no resistirá mucho. Estaba por levantarme e irme tenía que tomar el riesgo sino moriría.
Estaba levantándome cuando alcanze a divisar una sombra, no podía discutirla bien pero tenía cabello largo, supuse que sería Gigi, pero no, cuando alcanze a ver con detenimiento era ella... Alyona

-Vaya vaya pero que teníamos aqui?- dijo haciendose la sorprendida, ya no me cabe duda de quién causo esto.

-No estoy para juegos perra- si, puede ser fuerte pero ella ha sido una porquería conmigo. Yo le devuelvo el favor.

-Ese vocabulario niña- se burló ay como me arta.

-Pudrete- exclamé

- si eso quieres, pero antes, dime algo- se acercó peligrosamente- como se siente el dolor?- acto seguido hizo presión en la herida abierta de mi.muslo

-MALDICION!- exclamé, tenía mucho dolor.

- ah, así se siente- dijo cínica como la odio-

Depronto sentí como mis párpados pesaban y todo se volvió negro.

Hermanas Ardran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora