Capítulo 3. ¿Quién eres?

4 1 0
                                    

Corriendo por los pasillos del hospital me vienen horribles imágenes de mi hermano inconsciente.

- La recepcionista ha dicho que se encuentra en la 16, así que sigue todo recto -escucho chillar a Ethan a lo lejos mientras sigue mi paso apresuradamente.
No contesto mientras sigo hasta la habitación que me ha dicho y me paro, pensándome dos veces si entrar o quedarme fuera, ya que en las dos opciones sufriría, en la primera lo vería y dependiendo de su estado mi pecho ardería, y en la segunda, estaría muriéndome lentamente sin saber su estado, y aunque me esté dando miedo encontrármelo en mal estado, Ethan apoya su mano, y con ese gesto también su corazón, y me da la valentía suficiente para abrir esa puerta de una vez por todas.

-Entra tú primero, tranquila, yo entraré después que tú. Mientras me abraza, besa la mejilla suavemente, haciendo que quiera más a mi primo de lo que le quería antes.

Y sin darle más vueltas al asunto, entro sigilosamente, observando al que parece ser mi hermano tumbado en la camilla blanca del hospital, como si estuviera en un largo trance de tranquilidad.

Me acerco hacia él, y le cojo la mano con suavidad.

- Tienes que recuperarte pronto, por favor -le digo mientras lágrimas brotan desconsoladamente de mis ojos oscuros-. ¿Si no me jodes tú la vida, quién lo va a hacer? Mira que eres tonto... Y en ese preciso instante, su mano parece cobrar vida, y la pasa por debajo de mis ojos, quitándome las restantes lágrimas. Me mira parpadeando pocas veces, como si intentara descifrar todo lo que pasa por mi cabeza.

Me quedo observándole por primera vez desde que he entrado a la habitación. Tiene el labio hinchado, al igual que el ojo izquierdo, sus brazos están llenos de rajas que intentan cicatrizar, los pies los tiene envenados en alto como si acabara de tener un accidente de coche.

- ¿Está papá fuera? -es lo primero que dice desde que se despierta, y eso hace crujir mi corazón.

- No. No te compliques hablando, mejor será que descanses -mientras lo miro de reojo, me marcho por donde he venido-. Tyler quiere verte, yo no, así que entra y luego vete- le digo sentándome en la silla de la sala de espera, acompañada por un impaciente Ethan.

- Algún día le tendrás que hablar con él. ¿Lo sabes, verdad?

- Lo sé E. Pero no me apetece hablar de ese tema ahora mismo. ¿Sabes? Cuando estaba ahí adentro, me he desahogado un rato, hasta que Tyler se ha despertado, y cómo no, ha preguntado por su padre, en vez de decirme algo a mí. Creo que cogeré esa oferta, necesito desconectar un tiempo de todo esto, de lo que significa vivir la vida que vivo.

- La semana que viene nos marchamos –dice comprendiendo mi enfado.

- Que así sea –le respondo fingiendo una sonrisa de boca cerrada-. Cuando salga él, podrás entrar a mirar su estado de gravedad... creo que esta vez se han pasado, y aunque no quiera ni mirar a papá, espero que se lo haga pagar a quienquiera que fuera.

-Y tanto que lo hará, ahora estate tranquila, y si quieres te puedes marchar ya a casa. Ya has tenido suficiente por hoy... -me dice pensando lo siguiente-. Mañana ya me pasaré por tú casa para hablar sobre algo, vete preparando para el lunes poder marcharte.

- No vendrás conmigo, ¿verdad? Eso es de lo que quieres hablar mañana... –digo sin poder creerme lo que está pasando y sin poder ocultar la furia con la que saco esas palabras al exterior, por fin, sabiendo que tengo razón en lo que acabo de decir.

-No. Y antes de que hables, tienes que saber que tengo que estar aquí tanto por mi padre, como por tú hermano y tú padre. Y aunque no lo quieras, es mi deber.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 05, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Never MoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora