-Quiero una vida normal,un poco alocada-Dije sin vacilo.
-No la tendras-Respondio aquella niña,caso como un susurro.
-Está história,es muy particular se centra en la vida de una joven llamada Elizabeth,que encuentra un diario en su nueva cas...
Aquel sueño sumergió a Elizabeth por horas, sin la mínima inquietud de la presencia anterior.
Ya el reloj marca las 6 de la mañana. Alberto se dirige a despertar a su hija,cuando se escucha el timbre, produciendo un eco en toda la casa, decide ver quien llama.
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El timbre al producir aquel eco Elizabeth hace caso omiso, pero al recordar lo sucedido de un solo golpe se sienta en la cama ,mirando a su alrededor desesperada, y efectivamente, el diario estaba ahí, no en el piso, al contrario, a su lado. Da vueltas a los lados esperando ver a la niña, que en una vuelta cae hacia el piso, pegando su rostro a la madera.
Notó un aura extraño al estar viendo el vacío debajo de la cama así que decidió adentrarse un poco debajo, pero escuchó de nuevo el timbre, alarmada por lo sucedido decidió pararse y correr a ver quien era. Pero antes escondió el Diario en el cajón, detrás de la tabla.
-¡Padre,yo abriré-Dije casi sin aliento, al ver que movía la manilla de la puerta, mi corazón late con más fuerza.
-Ni se te ocurra,estas vestida con la ropa de ayer-Dijo Alberto, mientras abría la puerta.
Segundos eternos son para mí, el ruido de la puerta abrirse provoca unos ruidos chocantes en el piso, unos rayos muy escasos de luz tocaban el rostro de Alberto, y mi corazón estaba por salirse de mi pecho, cuando la puerta finalmente se abre, mi corazón cae y brinca como nunca.
-Bienvenidos a la nueva vecindad, espero les guste la nueva casa-Dijo la señora Julieta Corns con una torta de limón en sus manos, lo conozco muy bien, siempre me daba cuando la visitaba,antigua vecina nuestra, y a su lado se encuentra su esposo Aníbal Corns con su mirada vacía, pero con una sonrisa de bondad.
La señora Julieta,es una mujer de 43 años, igualmente el señor Aníbal, después de todo estudiaron con mis padres. La señora Julieta una mujer con ojos azules claros, cabellera rubia, una que otras canas se asoman en la cabellera corta de sus hombros, muy dulce y muy pero muy inteligente, definitivamente rompe los estereotipos de las rubias. Y el señor Aníbal todo lo contrario, bueno tiene buen aspecto, ojos verdes oscuros, cabello castaño, pero su actitud...No es arrogante, es muy amable, pero ya saben...Su rostro ¿Parece enojado pero la sonrisa muestra lo contrario?. Lo sé, es raro es que tiene unas cejas y unas expresiones muy definidas y "abundantes". Que la verdad, dan miedo.
-Lamento interrumpir sus sueños, pero mi esposa estaba desesperada por darles la bienvenida-Dijo el señor Aníbal, también conocido como cascarrabias, por supuesto ese nombre se lo di yo.
-Tu también querías darles la bienvenida-Dijo su esposa agarrando sus manos y mirando hacia mi.
-Te pareces mucho a tu madre,pero de verdad que has logrado llevar la belleza a otro extremo-Dijo la señora viéndome sorprendida, su esposo y Alberto asentían la cabeza mientras me veían.
De todas formas no tengo tiempo de hablar de belleza y esas cosas,tengo que subir y rápido.
-¿Que les parece si entran-Dijo Alberto, en ese momento los abracé y me excuse para ir de nuevo al cuarto.
