Destino.

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Una escena que nunca olvidaré, un aroma tranquilizador inundaba todo mi cuerpo, ante la observación de la niña siendo arrastrada, ese aroma es lo que parece ser mi tranquilizador ante horrible escena.

-Despierta, es hora de irnos-Dijo una voz que escucho a la lejanía.

La preocupación que siento está que me mata, pensar que es alguien no conocido me preocupa a morir.

Sentí una luz atravesando mis ojos, y de inmediato ... Me encontraba en el mundo real.

- Te enviaré al ejercito, si contínuas durmiendo tanto -Alberto, mi querido y amable padre me ha levantado

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- Te enviaré al ejercito, si contínuas durmiendo tanto -Alberto, mi querido y amable padre me ha levantado.

- El ejercito suena muy bien -Dije casi de inmediato, creo que después de todo una base militar, es más seguro.

-L amento decirle señorita, que eso tendrá que esperar, por el momento iremos a nuestra visita -E xclamó Alberto, mientras señala su reloj de mano.

-L amento decirle señorita, que eso tendrá que esperar, por el momento iremos a nuestra visita -E xclamó Alberto, mientras señala su reloj de mano

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-Y a cumplí con llamarte, te espero abajo en 5 minutos - Dijo parandose firme, bromeando con el saludo de Los militares.

-¡Señor, si señor!-Dije cuando finalmente quedé sentada en la orilla de la cama.

Padre se aleja y yo de nuevo no dije nada, por más que lo piense esto es mas grave de lo que pensaba ayer, esa niña, Lissy sufrió y que yo sea la próxima en verdad no me está agradando.

Mis ojos se colocan como platos al darme cuenta que no estoy en el piso, estoy en la cama, y ese bendito diario està en el piso, ¿cómo llegué acá?.

Me levanto y dirijo mis pasos a aquel diario, lo levanto y miro de nuevo las hojas, y estaba escrito lo mismo que he leído, por supuesto el resto seguía en blanco, la posibilidad de que cada día encuentre algo nuevo escrito en definitiva no me agrada.

Agarro mi bolso de mano, coloco el diario adentro, y bajo tan rápido como puedo de las escaleras, mientras bajo noto a gatita, junto a Alberto, parados afuera en el jardín, esa gata no tendrá mi amor de nuevo.

Agarro mi bolso de mano, coloco el diario adentro, y bajo tan rápido como puedo de las escaleras, mientras bajo noto a gatita, junto a Alberto, parados afuera en el jardín, esa gata no tendrá mi amor de nuevo

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El Despertar Del DiarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora