Coral roto

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Me siento inútil, siento que no valgo nada, por qué me hizo eso? Como puedo olvidar ese día así de la nada, parecía realmente feliz, me dijo te amo, pero parece que solo fue un palabra para el y para mí fue todo el mundo.
La mañana siguiente no tenía ganas de nada, sólo quería llorar, pero mi madre logró convencerme, me levante con todo mi coral roto y fui a la escuela, al llegar vi al chico fresas, junto a él estaba su ahora parecer mejor amigo, el rápido noto mi presencia, me saludó desde lejos, no tenía la energía suficiente para regresarle el saludo, el lo noto y no dudó en ir a ver que sucedía.
- Ey, que te sucede.
yo solamente lo mire, al momento que mire esos grandes ojos azules, preocupados, me solté a llorar, el me abrazo, nunca nadie me había abrazado tan fuerte y por tanto tiempo, no quería dejar de abrazarlo, no querían dejar de oler su loción, podía sentir su corazón latir muy fuerte.
-Oye, sabes que te puedes desahogar conmigo...
En ese momento lo mire a los ojos, el me miró preocupado y me hizo puchero, no pude evitar reírme, el me sonrió ( su sonrisa me gusta mucho).en ese momento...me volvió a abrazar, ya después de calmarme, le conté todo, sobre la cita, la playa y que me había dicho Te amo, y sobre la chica.
- ¡¡Que clase de idiota hace eso!!! Me dio una fresa.
-jaja gracias por dejarme llenar de mocos tu chaqueta.
-Jaja no te preocupes, ya tenía suficientes insectos, tu moco no fue nada.
(olvide mencionar que tenía una moto) comenzamos a reírnos, cuando de repente pasó el chico de la playa con esa chica de grandes pechos, ni siquiera me miró, pasó como si no me conociera, no pude evitar sentirme mal, el chico fresas se dio cuenta de eso.
-Oye quieres ir a dar una vuelta?
Asentí con la cabeza, el me sonrió, me tomó de la muñeca y me llevó hacia donde estaba su motocicleta.
-Te presentó a Lara.
-Le pusiste nombre? (Me reí entre dientes)
-Claro, es mi chica.
En ese momento se subió y se puso su casco.
-Subes princesa?
Me ofreció  el casco, lo tome y subí, toda segura de mi misma aunque estaba aterrada, nunca me había subido a una moto. Cuando arrancó tenía tanto miedo que me agarre de su abdomen.
-Estas cómoda?
-Si, muy cómoda.
Se rió y siguió, poco a poco me sentía más segura, que empecé a soltarme y a abrir los ojos, cuando me doy cuenta que estábamos en un lugar que no conocía, pero era hermoso, no había nada, sólo un cielo precioso, no pude evitar levantar mis brazos y gritar, me sentía libre.
-Te gusta?
Me pregunto el, riéndose.
-Wuuuuu que si me gusta? ¡¡¡Me encanta!!!
En ese momento, el se rió y aceleró, después de ese gran momento, me llevó a mi casa.
-¡¡Fue genial!! Gracias jaja.
-La niña tenía que sentirse mejor no?
Le di un golpe en le hombro , después mi madre salió.
-Hola querida, ya me estaba preocupando.
-Hola mama.
-Fueron a una cita ?
-Eh... ¡¡mama!!... no.
-Ah no ?
Dijo el, no pude evitar sonrojarme, me despedí de él.
-Bueno te veo el lunes en la escuela. (en ese momento me tropecé)
-Jaja hasta el lunes torpe.
Después de eso arranco, y se fue, yo entré con mi madre y no dejo de preguntarme qué si quien era el, le conté que era un amigo y me invitó a un paseo, mi madre no dejo de decirme qué haríamos bonita pareja ni yo deje de pensarlo.

El chico de las fresas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora