No había pasado ni una hora desde que dejé aquella montaña junto a los otros integrantes de lo que nos habían llamado Power Rangers.
Podría decir que me cuestionaba continuamente el volver a la zona que frecuentaba debido a los últimos acontecimientos pero también tenía que admitir que la curiosidad por averiguar más sobre lo que nos habían contado en la nave estaba ganando la partida. Por eso mismo decidí que a la mañana siguiente volvería para comenzar con esas sesiones de entrenamiento que el bicho robot parlante no había dejado de mencionar.
Ajusté el gorro que normalmente usaba sobre mi cabeza sin preocuparme de cómo se verían los rizos para después agarrar los auriculares junto con la chaqueta amarilla que usé en el último encuentro. Ni siquiera me despedí de mi familia porque sabía que no se iban a preocupar de donde estuviese.Cambiaba la música de mi móvil cada cinco minutos, repetía mis canciones favoritas en un bucle continuo hasta que llegué a la tierra rocosa.
Revisé la hora del móvil viendo que había llegado algo antes de lo previsto por lo que fui hacia la nave para esperar a los demás. Para mi sorpresa cuando llegué a la entrada divisé la figura inconfundible de Kimberly. Ella vestía con un tono negrizo bastante desgastado, realmente parecía que iba de luto sino fuera porque una sonrisa apareció en su rostro nada más me vio aparecer.
—Trini, pensaba que no vendrías.
Mi única respuesta fue encogerme de hombros acercándome a la pared paralela sobre la que ella estaba apoyada, adoptando su misma posición.
—Estoy experimentando.
Fue lo único que se me ocurrió decir porque tampoco es que tuviera mucha excusa pero no quería que llegara a pensar que podría tener algún interés en ser un súper héroe como hizo referencia Billy el otro día. Antes de que pudiéramos seguir hablando fui salvada por la campana, o mejor dicho, por un conjunto de chatarra.El robot parlante se animó a dejarnos entrar antes para empezar nuestro entrenamiento, que para mi sorpresa era en pareja.Decidí verle el visto bueno, lo haría con Kimberly, la chica que me arrastró al agua desde un precipicio; todavía le tenía un poco de rencor por eso.
—¿Y bien?
Pregunté al aire con mis puños a la altura de mi pecho como gesto defensivo mientras esperaba que un holograma o algo parecido surgiera del suelo para atacarnos, en cambio, lo que me sorprendió fue la voz del robot.
—Ah, perdonen, tienen que enfrentarse entre vosotras.
Los ojos de Kimberly se cruzaron con los míos en una mirada que se definiría más como confusa a desafiante como debió ser. Los segundos pasaban y ninguna de las dos reaccionaba hasta que finalmente recordé el momento del precipicio como un aliento para que la pelea diera comienzo.
—No me contendré.
Le avisé desde el primer instante para que no se sorprendiera de mis movimientos pero finalmente fui yo la que acabó callada por el impacto del puño de la morena en mi boca.Parpadeé varias veces acabando por fruncir el ceño, sonriendo llevé una de mis manos a la comisura de mis labios para comprobar con el dorso de ésta que no hubiera restos de sangre.
—Más fuerte la próxima vez.
Declaré comenzando a lanzar varios golpes que iban dirigidos todos a su cabeza por lo que ella tuvo vía libre en mi estómago. Dirigí mis manos a la zona dañada, doblándome sobre el sitio con los labios entreabiertos y la respiración entrecortada.
—¿Estás bien?
La voz de Kimberly retumbaba en mi cabeza provocándome más dolor pero yo seguiría adelante con la estrategia. Cuando estuvo a mi altura fui yo la que golpeó su mandíbula con mi puño, retrocediendo varios pasos le dediqué una sonrisa victoriosa.
—¿No viste eso venir?
Creo que nunca había hablado tanto como lo estaba haciendo hoy en aquel combate pero la competitividad me impedía el regocijarme cada vez que daba un golpe en limpio. Los ojos de Kimberly rodaron, seguidamente de la carrera que tomó para llegar a mí y golpearme dejándome contra el suelo.
—Auch.
Me queje colocando mis manos en dirección a la tierra para levantarme cuando el peso de la morena estuvo encima de mí, sumándole el agarre de sus manos sobre mis muñecas para inmovilizarme; no tenía salida.Ahora la sonrisa estaba sobre su rostro y yo me quedé algo embobada con la imagen. No sabía si era por lo blanco que se veían sus dientes o por la gran combinación que hacía con sus labios.
—He ganado.
Me sacó del trance Kimberly con su voz, haciendo que desviara mis ojos hacia los suyos y no sabía qué fue peor.Era notable la atracción que sentía hacia las mujeres pero eso no cambiaba el hecho de que ninguna me había llegado a llamar la atención, pero parecía que el universo una vez más iría en mi contra.
Kimberly era atractiva, no podía negarlo, su estilo a la hora de vestir, la forma de hablar que tenía y lo que imponía sobre los demás. ¿Quizás todo fuera simplemente admiración? Sí, eso me dije a mí misma.
Impuse fuerza con mis muñecas para levantar los brazos del suelo pero ella presionó hacia abajo haciendo que volvieran a golpearse contra la tierra.Cerré los ojos ante el contacto, clavando mis dientes sobre mi labio inferior como gesto de frustración por tenerme atrapada durante tanto tiempo. Porque para lo que ella pudieron ser dos minutos para mí se pasó como una eternidad.Cuando abrí los ojos me encontré con la mirada de Kimberly fija sobre mi boca, seguramente enfocada en el enganche de mis dientes.Como acto reflejo humedecí mis labios al soltarlo, dejando los labios entreabiertos esperando que la morena apartase su mirada de ahí pero aquello no sucedía.
—¿Kimberly?
Llamé su atención pero justo cuando terminé de pronunciar su nombre sentí el contacto caluroso de sus labios que encajaban perfectamente con los míos. En un primer momento no supe cómo reaccionar, mantuve los ojos abiertos unos segundos hasta que decidí cerrarlos y disfrutar de aquel vaivén que se estaban trayendo nuestros labios.Esta vez la batalla era de boca en boca. No quería procesar que la morena me estuviera besando, eso lo haría después. Conseguí revolverme sobre su cuerpo para entrelazar los dedos de nuestras manos, empujándolas hacia delante para que su peso estuviera más presente y el contacto no fuera tan limitado.Nuestras respiraciones cada vez eran más entrecortadas por la falta de aire pero parecía que ninguna de las dos quiso separarse hasta que el sonido de la puerta de entrada hizo que diéramos un salto, quedando Kimberly justo a mi lado.
Los tres chicos se asomaron con los brazos en jarra.
—¿Divirtiendoos sin nosotros?
Comentó el chico de rasgos asiáticos con una sonrisa en su rostro.Yo lo único en lo que podía fijarme era en la morena, ahora tenía el pelo revuelto y sus labios estaban ligeramente hinchados con una tonalidad más roja que hizo que me diera cuenta de que nunca la había visto tan preciosa.
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One shot Timberly.
FanfictionQue no Trimberly porque está mal dicho. HOMBRE YA. Si quieren alguna otra otp que haga de One shot igual pues me comentan.