Día 1. La destrucción estelar

5 1 0
                                    

Querido diario, sinceramente, nunca fui una de esas chicas que se hacen la víctima, solo para lograr su dosis de atención.

Pero últimamente no me siento con los ánimos suficientes para tener una radiante sonrisa en la cara.

No me apetece hacer el gilipollas para sacar sonrisas a la gente que, simplemente se dedica a apartarme aún más de aquello a lo que llamamos sociedad.

¿Por qué a veces hacemos favores a cambio de una puñalada en la espalda?

Lo más normal cuando te hacen un favor es intentar ayudar a que te ayuden o simplemente devolver el favor.

¿Qué me decís de ese sentimiento que te asfixia, cuando te das cuenta de que sobras en un grupo, o que solo te "quieren" por el tamaño de tu cartera?

Y, ¿Qué me decís cuando tus "amigos" no paran de hablar sobre un viaje increíble al que no te han invitado?

No es que te lo cuenten un par de veces, no no no no no, reviven sus intrépidas aventuras sin tí tantas veces que son imposibles de contar, sacándote inmediatamente del grupo, metiéndote en una botella y tirándote al mar. Alejándote de la existencia.

No sé qué es peor, ésto último o que se dediquen a planear una próxima aventura contigo a su lado, a la que tampoco estas invitado.

Diario de una AntisocialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora