Capítulo 3

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-Dime papá ¿Qué sucede?- pregunte mientras me sentaba sobre la mesa de billar.

-Veras Sophie - dijo rascando su barbilla- ¿Recuerdas a Dakota?

Dakota es la secretaria de mi padre, una mujer de unos 35 años, si estoy en lo correcto está casada y tiene tres hijos. Sólo la veo cuando concurro a la empresa de mi padre, lo cual no es muy seguido.

-Si, claro que si ¿Que pasa con ella? - no entendía a que quería llegar.

-Pues ella revisando las facturas de venta de dió cuenta de que hay muchas que tienen como destinatario a compradores anónimos- soltó mirándome con angustia.

-Padre, en serio no entiendo- corrí la mirada y solté un suspiro volviendo a mirar sus ojos.

- Mi contador me ha estado robando por años, son cifras muy altas, demaciado.

- ¿De que estás hablando? ¿Es que acaso no te has dado cuenta cuando esto sucedía?

-No Sophie, yo confiaba en el, creí que con tantos años trabajando juntos el no podía hacer algo así, pero ya veo que me equivoqué - quedé mirando a la nada misma.

-¿Cuánto es padre?- el levanto la mirada sin entender a que me refería- ¿De cuánto dinero estamos hablando?

- Más de seis millones en cinco meses.

-¿Qué? Eso es mucho dinero ¿afectó en tus ingresos?

- Pues, verás... no estábamos muy bien que digas, iba a firmar un contrato con un futuro socio pero al enterarse de esto él se hecho atrás y ya... ya no sé qué hacer nena- dijo dándome una mirada de tristeza y desesperación.

Eso me puso muy mal, sé que a él no le molesta vivir de una manera humilde pero se preocupa por nosotros el quiere que no nos falte nada y piensa que viviendo de esta forma, llevando a los niños a buena instituciones, llendo de vacaciones siempre que no tenga mucho trabajo y demás cosas nos hace feliz, en verdad aprecio lo que hace pero el tenernos el uno al otro ya es suficiente.

No hice más que bajarme de la mesa de billar y abrazarlo. Abrazarlo como hace mucho no lo hacía, transmitiendole todo mi apoyo y  amor.

En el momento en el que apoyo su mentón en mi cabeza se rompió en llanto, lloró como hace tiempo no lo hacia, o quizá como hace tiempo no lo veía hacer.

-Padre, todo estará bien, ya no llores- lo consolaba mientras limpiaba sus lágrimas y volvía a abrazarlo- verás que cuando menos te das cuenta todo volverá a la normalidad

Nos quedamos abrazados un buen tiempo hasta que dejó de llorar y sus ojos ya no estaban tan rojos, pues no queríamos preocupar a los niños.

En el momento en que nuestro abrazo se rompió, el beso mi frente durante unos segundos de una manera muy dulce.

-Te amo hija, tu no te preocupes ¿si? sólo quise informarte de esto para que estés al tanto del por qué pasaré más tiempo en la empresa.

- Yo también te amo papi, mucho, tu eres el hombre de mi vida- besé su mejilla varias veces de forma seguida- ni te agobies por favor, no quiero a mi padre estresado y sin poder pasar tiempo con sus hijos.

El solo sonrió y tras agarrar mi cara por mis mejillas me volvió a besar una de éstas.

Volvimos al estar y nos sentamos  juntos abrazándonos mientras que yo apoyé mi cabeza sobre su pecho.

Luego de ver un último capítulo cada uno fue a su habitación. Me tiré en la cama seguida de Megan.

-Joder Megan- tras contarle lo sucedido en la sala de juego, y lo angustiado que estaba mi padre lloré sobre su hombro por sentirme tan inútil, por no poder ser una super héroe y mantener a mi familia en una burbuja de cristal donde nadie los lastime, donde sean felices por siempre, donde mi padre no tenga que preocuparse, que solo disfrute y este con nosotros y sus seres queridos.

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⏰ Última actualización: May 12, 2017 ⏰

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