Ojos De Un Lobo (Yaoi/Gay) [DISPONIBLE EN DREAME]

🔹C A P Í T U L O 2🔹

    —Despierta ya dormilón—una suave voz llego a sus oídos. Su madre lo despertaba con delicadeza.

Abrió los ojos dejando ver unos hermosos pares de ojos dorados. Su madre sonrió. Su hijo era la cosa más linda y hermosa que había visto en su vida, no entendía como las personas lo lastimaba, era tan delicado. Su piel era blanca con una piel suave llamando a la delicadeza. Su cabello era castaño con algunos tonos de rubio y sus ojos eran ambares con dorados, aunque lo último se notaba más que él otro. Era la persona perfecta, una divinidad y los hombres se lo perdían.

Sonrió algo nostálgica al recordar como lo tenía en sus brazos cuando apenas había nacido. Había sido bendecida por este precioso ser. Realmente aquel hombre le había dejado algo que él había ignorado.

—Buenos días mamá—una sonrisa hizo latir su corazón de madre.

—Buenos días hijo, hice el desayuno—algo le decía a Joan que era muy temprano. Era como si tuviera un reloj interno.

—Gracias mamá, aunque aún es muy temprano—ella acarició la cabeza del menor.

—Eso lo se, solo quería que me acompañarás antes de que me vaya a trabajar—Joan noto que estaba en la ventana con una frazada. Sonrió al saber que fue su madre que lo tapó.

—Claro que te acompaño, aunque tengo una duda ¿Cuando entro al colegio?—ella lo pensó. Al tener muchas cosas en la cabeza esa información lo había dejado de lado.

—Entras el miércoles y no es necesario que utilices uniforme como en el otro colegio, solo importa tu presencia—eso desanimo un poco al menor. Un colegio así había mucha distinción y claro, humilladoras que le importaba más la ropa de marca que como es la persona.

Vaya colegio que le iba a tocar.

—Vamos hijo, que en veinte minutos me tengo que ir—hizo caso destapándose solo para estar en pijama.

Al estar abajo desayunaron en risas y chismes, pues su madre era muy animada y contaba lo que había pasado en donde antes trabajaba antes de tener un ascenso.

—Y recuerda, puedes ir a la ciudad por lo cual deje dinero para el bus pero ten cuidado con el bosque, tu sabes que son peligrosos—rió un poco ante lo que dijo su madre. Siempre se preocupaba por él.

—Lo se muy bien mamá—ella acarició aquel cabello tan suave y brilloso. Se notaba que su hijo se cuidaba.

—Bien, nos vemos en la tarde, traeré comida así que no hagas la cena y hay bastante comida en los muebles para el almuerzo—él dio un suspiro ante la preocupación de su madre. Ser su único hijo tenia sus limites.

—Nos vemos mamá—se despidió de ella con un beso en la mejilla.

Ella lo miro para irse por la puerta e ir en el auto a la ciudad. Dio un bostezo que alcanzó tapar con la mano y miro el lugar que era un silencio solitario.

El miedo lo inundo y con rapidez apago las luces para ir escalera arriba corriendo hasta llegar a su habitación. Aún estaba oscuro pero él veía con claridad, aún así no le quitaba lo terrorífico de la casa. Era antigua y las casas antiguas siempre tenían un secreto tratado con fantasmas.

Apenas se recostó en la cama se quedó dormido. El sueño lo había atacado como en la noche en donde escucho los aullidos de lobos.

    Abrió los ojos al escuchar ladridos cerca de la casa. Se dirigió a la ventana y vio algo que no le gusto.

Un lobo estaba siendo acorralado por otros tres. Los cuatro lobos eran grandes más que los normales y una idea cruzo por su mente. Eran hombres lobos.

Su corazón latió con emoción, no obstante uno estaba luchando por su vida. No sabía como ayudarlo y como si fuera a prepararse para algo, se cambio de ropa una más cómoda y salio disparado al patio trasero de la casa donde acontecía el acto.

Los lobos al verlos le gruñeron menos el que están acorralado. Uno, él que parecía el líder, sólo miro a uno que lo acompañara.

—Mata al humano—eso lo sorprendió. Escuchaba con claridad los pensamientos del lobo.

Miro a su alrededor para detener a esos lobos pero como esperaba, no había nada.

El lobo corrió hacia a él pensando que como los otros humanos iba a ser fácil, pero no, Joan lo esquivo con una gracia de una bailarina. El lobo quería morderlo en el cuello para matarlo de uno pero no lo dejó.

—Ve tú también—escucho claramente y entonces en su mente se formulo una idea.

Ambos lobos se juntaron en su danza de ir y venir, cualquiera que lo viera diría que seria majestuosa pero para el líder lobo solo era una burla.

Ya harto, decidió atacar el mismo al humano pero se olvido que el lobo que había acorralado estaba detrás de él preparado para atacar.

Un aullido lastimero alerto a los dos. Su líder había sido derrotado por el otro lobo. Con miedo empezaron a correr para adentrarse al bosque.

Un lobo muerto se hallaba en el suelo y el lobo acorralado de pelaje negro y ojos azules lo miraba con gratitud.

—Gracias humano—se quedó callado mirando aquellos ojos azules.

El otro lobo se llevo al lobo muerto en su lomo como muestra de haber ganado o eso pensó.

—De nada.