Miércoles, 9 de Julio. 1636.
— ¡Vamos! Un poco más ¡Puja, Mai! ¡Puja! ¡La tengo! Es una niña ¡Una niña, Mai!
Su rostro era de auténtico dolor, parir a una bebé no era algo que fuera fácil. Los ojos de María Isabel fueron cerrándose poco a poco, ella estaba agotada, agotada de vivir en un mundo tan vil y cruel. Queria seguir viviendo, pero el cansancio no se lo permitía. Quería seguir viviendo por su hija, por esa bebé. El mundo la había abandonado, sus padres, su sangre
El doctor comprendió la situación, no le quedaba mucho tiempo. Después de haber cortado el cordón umbilical y limpiar a la bebé, se la pasó con suavidad a María Isabel.— Mi niña — su voz era un susurro apenas audible, le costaba hablar — mi pequeña Victoria — sonrío débilmente por última vez, y sus ojos se cerraron por completo.
Se escuchaba el sonido de un llanto, de una pobre y abandonada alma en pena, una descuidada alma sin madre, sin absolutamente nada.
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|Victoria Russell POV'S|
Jueves, 17 de Julio. 1653
— ¡Largo de aqui, mocosa! — salí corriendo. Yo simplemente quería algo de ese abundante cultivo, tal vez una zanahoria, o una lechuga, en realidad, cualquier cosa hubiera bastado. Llevaba dos días sin comer, y cinco semanas sin bañarme, caminando como alma en pena por las calles de Londres, y ya todo me dolía. Hace aproximadamente una semana había sido mi cumpleaños número diecisiete, por fortuna no ha sido lo peor. Estaba en un pueblo, a las afueras de Londres, y una humilde campesina quiso compartir de su exquisito pan y su delicioso jugo de naranjas conmigo, sin duda, el mejor cumpleaños que he tenido, y que probablemente tendré. A diferencia de esa humilde señora, que había querido compartir de sus alimentos ninguna persona ha querido tener el deseo de ayudarme, ningún alma noble que se apiadara de mi estado.
Caminaba despacio, mis pies ya no podían más. Desde que escapé del orfanato, todo ha sido más duro. Pero ya no podía volver, sería perder todo mi orgullo, y no podía permitir eso, Victoria Russell no baja la cabeza ante nadie.
— ¡Hey, tu! ¡Cuidado! — giro en mis talones, un carruaje viene por la calle. Trato de moverme, pero no puedo hacerlo. Mis piernas tiemblan, caigo al suelo, y todo se vuelve negro.
(...)
— ¿Señorita? ¿Se encuentra bien? — abro mis ojos y me reincorporo. Estoy en una habitación, una habitación lujosa, parece como si estuviera en un palacio — ¿Necesita algo? Lamentamos no haberla visto en el camino — dos pares de ojos se posan en mi, dos chicos con ropas elegante están observándome.
— ¿Qué sucedió conmigo? — me reincorporo en la cama. Las paredes son de color oro, y el piso es de ladrillo. Todo parece un sueño.
— Te encontrabas en un modo de distracción. Y nuestro carruaje te arrolló — sonríe — mi nombre es Julian, por cierto.
— Y yo soy Wesley, un honor conocerla, bella dama — ambos caballeros agarran mi manos y las besan delicadamente. Siento un escalofrio recorrerme la espalda — debería quedarse aquí con nosotros, no es seguro que salga en su estado.
— ¿En mi estado?
— Tal y como ha dicho uno de los mejores médicos de Inglaterra, y de los únicos, sus síntomas presentan que le hace falta nutrientes y azúcares, por lo tanto le hemos traído esto — Julian señala un tazón de frutas, junto con carnes y un vaso de agua.
Bueno, creo que unos días no harán daño.***
Viernes, 8 de agosto. 1653
Aún después del accidente, y cuando mis sistema estaba en buen estado, ellos no me dejaron ir, y sinceramente, yo tampoco quería. Jamás había tenido una familia, o al menos personas que sintieran afecto por mi, pero si lo que Wesley, Julian y Yo teníamos era serlo, entonces nunca quería dejar de tener una familia. Y todo esto parecía ser obra del destino, que por primera vez ha querido ayudarme. Estaba sola, y abandonada, no tenía nada, pero de lo que para los testigos había sido un accidente, para mi había sido lo mejor que me había pasado. Aunque igualmente ellos no eran santos, tenían sus grandes y muy oscuros secretos.
— ¿Estás lista? — asiento con mi cabeza ante la pregunta de Julian.
— Lo estoy — los miro a los dos. No sé qué haría sin ellos, sin mi hermanos del corazón — lo estoy cien por ciento.Actualidad.
Sábado, 8 de octubre. 2016
Me encuentro recostada en algo, y ese algo me causa picazón. Abro los ojos, y lo primero que me encuentro es la figura de una hermosa y brillante luna. Estoy en el pasto, en el bosque. No sé cómo he llegado hasta aquí. Me asusta lo que está pasando, y si no fuera por la luna, ni siquiera estaría consciente. Un viento recorre los árboles, me estremezco, siento frío, mucho frío. A lo lejos logro ver una sombra, detrás de los árboles. ¿Que está ocurriendo?
— Busca en lo más profundo de tus recuerdos, Dakota, ya nos conocíamos.
No puedo hablar, simplemente oír, siento que alguien dirige mis pensamientos ¿Estoy soñando? ¿Será la sombra la que habla? ¿Cómo sabe mi nombre?—Solo necesito que des la prueba de fé para poder acercarme a ti Dakota, por favor.
Mi mente está blanco, tanto que apenas puedo recordar mi nombre. ¿Prueba de fe? ¿Quién en su sano juicio tendría fe en mi? Suelo arruinar muchas veces las cosas.
—Solo hazlo, te necesito, eres la única que puede resolverlo.La sombra que se encontraba detrás de los árboles sale, es un joven. No se encuentra a más de veinte metros, y por lo que la luz de la luna me deja ver, es bastante atractivo. Va avanzando, y yo retrocediendo, avanzando y retrocediendo, así unos diez metros hasta que me tropiezo.
PUMMM
El golpe me despierta estoy sudando, jadeando y me encuentro en el suelo ¿Cómo ? ¿Que rayos acaba de pasar? Siento un escalofrio y la cortina de mi cuarto se eleva ligeramente.
Me levanto casi de un salto para ir al baño.
—¿Que ha pasado?— Exclamó mirándome al espejo. Luzco normal, tranquila, con mi piel pálida como siempre y mis ojos ligeramente hinchados, y un poco más abiertos de lo normal.
Tranquila Dakota, solo ha sido una pesadilla, una horrible y muy creíble pesadilla.
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Dangerous Dream
Vampire- Dakota, eres más especial de lo que piensas - su voz es delicada, tratando tal vez de no decir algo que no debería. Me gustaría saber qué. - Creo que te has equivocado de chica - bajo mi mirada - soy normal. - Nunca has sido normal. Por un moment...