1.

2.3K 94 26
                                    

-¿Aun quieres seguir con esto?.- Mordió su labio inferior, sintiendo como todo su cuerpo temblaba a pesar de no saber lo que sentiría luego, y solo percibir el fuerte agarre del muchacho en sus muñecas al tenerlo sobre ella.

-Yo... Quiero. Pero si tú no quieres... No te obligaré.- Respondió el castaño pasando dificultosamente la saliva mientras sentía una pequeña gota de sudor frío resbalar por su sien.

-Hagamoslo pero...- Y la muchacha giró su cabeza hacia un costado desviando su avergonzada mirada.

Dipper la miraba atento, un poco preocupado por sus siguientes palabras.

-No se lo diremos a nadie, nunca.- Demandó frunciendo un poco el ceño, para luego volver a verlo.

-Y que sea... Solo una vez.- Aclaró su contrario.

-De acuerdo.- Aceptó asintiendo con la cabeza.

Ni uno de los dos sabía como empezar exactamente, por algo querían experimentarlo, aunque para sus trece años... Uno de los dos ya tenía en mente una idea de como avanzar.

¿Que como habían llegado a eso?

Extrañas coincidencias del destino, o tal vez mano del demonio de por medio. Como sea... Ninguno se quejaba, pues ambos disfrutarían sin tener consecuencias, o... Eso esperaban.

*FlashBack*

Pequeños y cortos pero agudos gimoteos se oían en una parte escondida de la biblioteca, jadeos con los que se podían saber a la perfección que alguien estaba reservando aún más llanto del que ofrecía.

Y aquello no podía pasar desapercibido para Dipper. Podría para la bibliotecaria y para las dos moscas de personas que había ahí debido a sus risas y la distracción de la música y sus auriculares de la primera, pero para Dipper era imposible ignorar aquello.

Con pasos no muy decididos se dirigió a una sección completamente vacía de la enorme biblioteca de Gravity Falls y corrió la cortina del pasillo cerrado para adentrarse en este con inseguridad y nerviosismo. -¿Hola?.- Su voz tembló y al instante los jadeos de llanto pararon.

-¿Que haces aquí?.- Cuestionó una rubia algo molesta y sentada en el suelo recostada en uno de los libreros mientras limpiaba sus lágrimas en sus ojos.

-A-Ah... Pacifica.- Mencionó el incómodo muchacho. -Yo solo... Oí a alguien llorar, pero nunca imaginé que fueras tú.- Rascó su brazo aun desconcertado.

-¿Tan malo es? Ya lo sé...- Dijo la chica con un semblante bastante decaído. -Ya. Vete.- Y volvió a esconder su rostro entre sus brazos y piernas tratando de estabilizar sus sollozos.

Dipper se giró sobre sus talones, dispuesto a salir de ahí y olvidar aquello, pero algo dentro de él hizo que volviera a verla por sobre su hombro y plantearse su decisión nuevamente obteniendo por si mismo una nueva respuesta.

Dio un pequeño suspiro para volver a sentarse a su lado.

Para Pacifica fue fácil sentirlo a su lado, levantó su cabeza para verlo extrañada. -¿Que haces aun aquí?.- Le preguntó a la defensiva.

-Pienso que...- Empezó a hablar. -Si vas a sufrir, al menos lo hagas en compañía. Y... Tal vez yo no sea la mejor, pero puedes usarme como pañuelo, creo- Respondió tratando de mantener un poco de su orgullo o no solo decir que sintió lástima.

Pacifica levantó una ceja aún algo escéptica, sin embargo, se limitó a encogerse de hombros con desinterés. -Como quieras.- Finalizó aún con una voz temblorosa y sumisa.

GF= Insatisfechos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora