Parte 1 Sin Título

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Él era profesor de inglés en la preparatoria desde hace aproximadamente dos años; debo decir que siempre he detestado esa estúpida materia, el inglés no es más que una pérdida de tiempo y dinero, sobre todo porque los rusos nunca hemos tenido buena relación con los norteamericanos. Desafortunadamente si quería graduarme y salir lo más antes posible de Rusia, tenía que aprender esa materia. Mi promedio era de 6, 7 años, obvio lo tenía que subir, y la maestra siempre me detestó. Sin embargo, después de cuatro años, soportando a la misma vieja amargada, una tarde ella anunció que se iba a jubilar y que entraría un nuevo profesor para sustituirla. No me hice muchas expectativas al respecto, de seguro ha de ser otro viejo amargado que haga la materia de inglés más aburrida de lo que ya es. Eso creía yo al principio. Pero todo cambió cuando lo vi, y todas las cosas malas que hubiera formulado en mi cabeza desaparecieron. Se trataba de un hombre joven de aspecto jovial que tendría entre 27 y 28 años, de cabello albino, ojos azules y figura desgarbada, se presentó a la clase con una voz preciosa y un inglés perfecto.

- I am Viktor Nikiforov, i will be your new English teacher

Todos en la clase nos quedamos atónitos, ése tal Víctor tenía embobados a muchas de mis compañeras e incluso varios hombres no dejaban de mirarlo. Él era tan perfecto, casi sacado de alguna novela de Thomas Mann, la belleza de ese hombre junto con su carisma nos parecía algo irreal. Por supuesto que debido a eso, ponerle atención se volvió un requisito. Víctor como profesor no era exigente como la otra vieja amargada, él alentaba a sus alumnos y superarse, aunque Víctor tenía un secreto que se hizo viral la segunda semana que lo tuvimos de profesor: a él le gustaba humillar a sus alumnos cuando no se esforzaban. Pero los humillaba de una manera especialmente dulce y sutil, como si esa persona fuese retrasada mental y tuviera que hablársele con un cariño especial. Las palabras de ese engreído me resultaron repulsivos, por qué se escondía detrás de sonrisas y halagos, debía él salir del closet y admitir ante todos que en efecto: Me gusta humillar a mis alumnos, y lo haría mil veces más. Por supuesto yo me molestaba y cuando estábamos en los descansos lo expresaba con mis amigos.

- Víctor es malo y cruel.-. Dije mirándolo con desprecio cuando él pasaba por los jardines, acompañado de las maestras de historia y literatura quienes no dejaban de echarle indirectas.

Al principio todos mis amigos habían coincidido conmigo pero después de unas semanas ellos empezaron a no tomarme en serio. ¿la razón? Ellos me dijeron que en el fondo Víctor Nikiforov en realidad me gustaba, puesto que no dejaba de hablar de él, durante los descansos.

- ¿Qué claro qué no? Protesté.

- Vamos, si ya sabemos que el profesor Nikiforov te gusta. No dejas de hablar de él ni de mirarlo ni un solo instante.

Fruncí el ceño con ellos, no me gustaba Víctor, es más lo despreciaba por tomarnos a todos como un montón de idiotas, hablándonos como si tuviéramos cinco años. Nadie me creyó, decían que bajo esa fachada de odio en realidad quería que Víctor me viera y me mirará. ¡Patrañas! Grité y me aleje del lugar, no tenía nada que hablar con esos imbéciles. Me fui corriendo de lugar, cuando de repente escuché unos sollozos masculinos, guiado más por la curiosidad que por el sentido común, seguí aquellos quejidos hasta que me topé con una escena bastante fuera de lo común. Se trataba de Víctor hablando con un hombre delgado con gafas, y cabello oscuro, por el aspecto de sus ojos rasgados podría intuir que ese hombre era japonés.

- Por favor, cariño. ¿no podemos arreglar las cosas? Sabes que yo te quiero.

- Sabes qué no. Víctor-. Lo nuestro se terminó. Te he dado muchas oportunidades, pero me vuelves a fallar.

- Mi amor, te aseguro que ya no lo haré.

Víctor en verdad se veía desesperado, tratando de hacer recapacitar a ese hombre de gafas, llorando y esa sonrisa descarada que siempre cargaba en su rostro, se le había borrado. Pero lo que más me sorprendió fue: Víctor era gay, si la escuela se enteraba de que era homosexual sin duda lo echarían a patadas. Nuestra institución era cristiana por lo que tanto los gays como las lesbianas estaban estrictamente prohibidos, recordaba que a una de mis compañeras la habían expulsado del colegio por ser lesbiana. Por supuesto que yo no me metía en ese tipo de cosas, no eran de mi incumbencia, así que me hice de la vista gorda con lo de mi compañera, pero con Víctor era diferente. Sabía ese secreto, solo yo únicamente yo, Yurochka Plisetsky, conocía la verdad sobre Víctor, sonreí con cierta satisfacción, y dije.

- Víctor ni sueñes que volverás a humillar a tus alumnos.

A partir de ese momento, vi a Víctor desde otra perspectiva aunque la emoción de conocer su secreto no me duró mucho. A raíz de lo sucedido con el ex novio de Víctor, éste se volvió más sádico y mezquino, humillaba a los alumnos aunque estos fueran responsables, y si nos equivocábamos en algún verbo del past participle, hablándolos con ese tonito estúpido y dulzón, nos retaba a que nos volviéramos a equivocar. A una chica incluso la hizo llorar, hablándole de esa forma tan fea, como si fuese una recién nacida, diciéndole con ese tono tan dulce y seductor.

- Maybe I could be speak to your parents for you come back to the kinder.

Sabíamos que Víctor mientras más dulcificaba su tono de voz era porque en realidad estaba más furioso que nunca. Algunos de ellos fueron a quejarse con el director, pero éste decía que Víctor hablaba tan gentil y amable que era imposible ver en esas humillaciones algún insulto, el director dijo que los alumnos estábamos exagerando. ¡Eso era el colmo! ¿Qué culpa tenían los alumnos que Víctor hubiera roto con el imbécil de su novio? Yo ya no lo podía resistir, le iba a decir al director que Víctor era gay y que tenía un novio, a ver sí así, ese mequetrefe platinado nos dejaba en paz a todos. Lo estaba a punto de hacer, pero en cuanto Víctor me regresó mi examen me dijo.

- Yurochka, may I could speak to you after the class?

Por supuesto que no me pude negar, solo dije con un muy poco cortés: yes teacher. Víctor había sonreído.

- Great, kitty, I will be waiting for you-. Víctor me guiñó el ojo.

You belong with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora