Elemento Sombra

Capítulo 2: El herrero del reino

-¿No has dormido nada? –Preguntó Raven mientras agitaba sus blancas alas.

-Desde que se llevaron a mi hermano no soy capaz de dormir, algo me mantiene despierto todas las noches. –Dijo suspirando observando el valle mientras recogía un poco de agua para el viaje. Lo mejor será que nos pongamos en marcha cuanto antes, así evitaremos que los zorros nos corten el camino.

Los zorros de Soilrim eran unas bestias salvajes muy protectoras y agresivas, había varios tipos de zorros para cada zona del reino y cada uno se camufla con su entorno. Normalmente salían a cazar dos juntos y encontrarse con ellos de caza era muy peligroso por la gran fuerza que tienen y porque es prácticamente imposible verlos si consiguen camuflarse con el entorno dado a que su pelaje se adapta.

Raven extendió las alas y se elevó con rapidez, superando la altura de los árboles del bosque, para buscar la herrería de Martik, el herrero la había escondido entre el bosque del valle y las faldas de la montaña Threr. La montaña Threr era, por excelencia, la residencia de las personas más importantes del reino, por decirlo de alguna manera, si querías ser alguien importante debías conseguir un puesto en la montaña. En la montaña residían todo tipo de personas, desde nobles hasta los mejores artesanos, pero también es cierto que no era todo bueno en esta montaña, pues se contaban historias que hasta al hombre más valiente podía estremecer. Antiguamente existió una gran guerra entre hombres y criaturas por tener el control del poder de la naturaleza la cual duró muchas generaciones, pero la guerra llegó a su fin cuando la misma naturaleza separó ambos bandos creando una gran montaña. La montaña guardaba los cadáveres de todos los guerreros caídos, de ambos bandos, durante todos esos años y servía como recordatorio de que la naturaleza siempre está por encima de todos, desde entonces nunca ha habido ningún problema dado que se hizo un pacto para que reinara la paz. Las criaturas se extinguieron y solo quedaron algunas especies antiguas sueltas que no pueden causar ningún problema.

Había gente que decía que dentro había una cueva que guardaba todas las almas y los cuerpos de todos aquellos guerreros y criaturas que murieron en la lucha y en la creación de la montaña, pero nadie había sido capaz de encontrar la entrada. –Explicó a Raven mientras volaba cerca suyo.

Tras caminar un largo trozo, se encontraron con un pequeño zorro tirado en el suelo, tenía la piel verde con pigmentaciones marrones, del mismo color que los árboles para camuflarse. Ambos se acercaron para ver que le sucedía y notaron que estaba jadeando con la lengua fuera, Soul sacó de su cinturón una bota de cuero negra llena de agua, que había recogido en el valle, para darle un poco al zorro.

–Es un zorro de nueve colas. -Dijo mientras estaba dando de beber a la criatura inconsciente. –Llevará días viajando por el bosque sin encontrar agua, es una cría, es posible que haya perdido a su camada, la madre puede estar cerca buscándolo y te aseguro que no es una buena idea encontrarnos cara a cara con un zorro adulto de nueve colas.

Tras beber un poco, el zorro abrió los ojos y de un salto escapó de los brazos de su salvador para meterse de nuevo en el bosque perdiéndose entre la maleza para ir a reencontrarse con su madre.

-El aire en este bosque es denso, se nota la naturaleza viva que desprende. –Exclamó Raven

-Sí, es cierto. Pocas personas se aventuran a entrar en este bosque por lo peligroso que puede llegar a ser, nunca se sabe qué clase de criatura te puedes encontrar.

-Esperemos que podamos cruzarlo sin ninguna sorpresa. –Dijo en voz baja después de suspirar.

Ambos caminaron un rato y llegaron a un lago de agua cristalina entre árboles y pedruscos con una cascada que dejaba fluir el agua dulcemente proveniente de la montaña. Cualquier persona desearía poder ver ese espléndido paisaje, era una maravilla para la vista, pero era peligro llegar por lo que casi nunca era visitada y solo algunas personas tenían el placer de disfrutarlo.