—¿Todomatsu-san?— Nombraron los labios del hombre con traje, con desconcierto. Hasta que ese tono se acabo cuando vio la herida en la cabeza de este—. ¡Esta herido!—Miro al enfermero en el suelo, era un completo desastre entre lagrimas—. Ichimatsu sal de ahí, ahora, y no lo toques ;—remarco la ultima palabra, y tomo el teléfono mas cercano que tenía, pronto una ambulancia llego; llenando la calle de su gran sonido, y dando el aviso a todos, un nuevo accidente había ocurrido.
«Oh no, diablos, no de nuevo...» fue el primer pensamiento de Ichimatsu al estar en la comisaría de nuevo, en una habitación con una ventana tan grande que podía ver como todos caminaban fuera de ahí, esperando que le llamaran. La misma situación, las mismas sospechas, una vez más la culpa. Ya sentia el ardor en su garganta tratando de dejar pasar las palabras, que se negaban a salir, dolía. A el le dolía mucho, y ni siquiera aún podía hacer algo.
Estaba totalmente desconectado de todo.
—Un celular... Por lo menos debo ir a dar explicaciones, antes de que me despidan, —comento con pesimismo. Mas un intruso se adentro en el cuarto, con papeles escapando de un maletín que parecía explotar, lentes delgados de marco oscuro, traje que a primera vista a se podía deducir todo el dinero que se gasto en el, y por ultimo, esos ojos esmeraldas que solamente el tenía; que Choromatsu poseía.
—No te veo por años... y mira en lo que el en problema en que estas.— Sin molestarse mucho si existía espacio para el, se sentó al lado del enfermero. Primero le lanzo una mirada llena de preguntas mezcladas de disconformidad, y luego paso su mano por su cara y la estiro como si se tratase de papel—. ¡Por eso te dije que debías hablarme si pasaba algo!
Todavía no podía creer del todo, que la presencia junto a el era su antiguo estudiante. Y que este—como creía— se había vuelto mas gruñón e importante, esos papeles no eran pura decoración.
—Tu nunca dejaras de ser un niño para mi, Choromatsu —regaño al otro—; no me hables de esa maldita manera, cuando todo esto pase, me podrás dar la lista de todas tus quejas. Ahora, tan solo dame tu maldito apoyo.
Acomodo sus lentes y dio un largo suspiro —tu no cambias, Ichimatsu-sensei.
—Ya no soy tu maestro—rió un poco, esa palabra le daba una sensación de paz. Sabía que era extraño, pero esa sola palabra, le recordaba su pequeño refugio. Se quejaba de la escuela, sin embargo... no todo era tan malo, en el fondo quería mucho su trabajo y esos molestos niños. Era totalmente diferente al ambiente que ahora lo rodeaba los últimos días—. No es necesario que me llames de ese modo.
—Al igual que tu siempre me veras como un niño; aunque no lo soy, yo te veré de forma incondicional como el enfermero y maestro... —Paro y reviso con su mirada si otro personaje estaba cerca; y al confirmar que no, siguió:—¿Karamatsunii-san no te dijo algo extraño? Puede llegar a ser bastante odioso, mas que antes.
Golpeo el suelo con sus pies, era notable que estaba irritado con la mención del abogado. Se negaba a volver a la realidad—. Es mas raro de lo que pude creer, es molesto y llega a ser bastante pesado, pero es una buena persona. No me a tratado tan mal.
—Es Karamatsu, puede ser doloroso y todo. Y no puede matar ni una mosca.— Le respondió con total confianza—. Lo conoces, cuando es serio en algo no puede medirse.
Algo no parecía tener lógica, confiaba en el... Pero sentia que tenia otra sensación hablar con el, una muy parecida a la del abogaducho. Solo eran los años, si... los años hacen cambiar a cualquiera y con ello la sensación que da a sus conocidos—. ¿Conocerlo? Al bastardo lo conozco desde que casi me meten preso.
—¿Es una broma? Desde que hablábamos en los viejos tiempos supe que eras vil, pero esto te supera. El siempre hablaba de ti, como si fueran muy cercanos.
—¿Cercanos? Nunca nos dirigimos palabra, yo solo era un amigo tuyo, nada mas.
—El lloraría si te escuchara.
Esas palabras, fueron quienes rompieron la débil defensa del hombre desordenado.
—¡Yo soy quien quiere llorar, Choromatsu! ¡Yo! Desde que tuve que irme de tu escuela, no sabes lo difícil que fue hallar otro trabajo y alguien que me diera su compañía, solamente esos gatos lo pudieron hacer... solo ellos nunca me abandonaron, y ahora... ya no están.—Se termino abrasando entre sus piernas y escupía sus gritos, sin la valentía de mirar a Choromatsu. Estaba dejando salir todo, ya le daba igual. Choromatsu era el único con el que se podía confesar sus miedos y tristeza, era el único en que tenia certeza que no lo apuñalaría por la espalda. —Los mataron en un solo descuido mio, realmente no lo se... pero nunca volverán. ¡Y casi me acusaron de ser el culpable, como si no bastara su perdida! —Sus gritos lentamente se volvían en un sollozo que tan solo fluía, al igual que los lamentos— y actualmente un muchacho esta en el hospital por mi culpa... si yo hubiera hecho algo.
—Ichimatsu... Cálmate—, se paro y con la cabeza fría se acerco al enfermero.
—¡No me calmare! ¡Menos cuando estoy viviendo en una casa ajena! Yo...— Estaba cansado de todo, absolutamente todo—. Tal vez debería morir, así me libraría de todo esta mierda.— Tapo su rostro y lo rasguñaba con sus uñas. Estaba riendo mientras sus lagrimas se escapaban sin control de sus ojos. Cayo al suelo, sin dejar que su amigo le viera lo horrible que se veía ahora. Estaba en la ruina.
—Lo siento, lo siento Ichimatsu. Si tan solo yo... Yo me hubiera quedado contigo.
—El "tan solo" no existe, Choromatsu... Nunca existió.
—¡Pero hace años que no nos vemos! ¡Deja que te ayude! —Se estaba desesperando y en un impulso se aferro a el, tratando de que su ex-profesor dejara de cubrir sus lagrimas—. ¡Ichimatsu-sensei!
—¡Tu ya no puedes ayudarme!— Grito y lo empujo. Era muy extraño, Choromatsu nunca hubiera hecho algo así; el se habría quedado tomando algo y esperando que se tranquilizara, para luego consolarlo... A cambio fue impulsivo y se lanzo sobre el—. Veté, por favor. Si sigues siendo el Choromatsu que conozco, lo harás.
Cerro su boca, mordió su labio para evitar que se le escapara cualquier palabra y se marcho en silencio. —Eres cruel, Ichimatsu-sensei.
Arruino todo, como era típico. ¿Que rayos paso? Ya ni podía dejar que un amigo le ayudara como se debía, y para colmo lo echaba de un hogar que no era suyo. Se estaba volviendo loco... Todo era muy rápido, apresurado y doloroso ¿acaso era tan fuerte para soportarlo? La respuesta era no. Nunca pudo afrontar sus problemas, siempre escapo de ellos ¿como superaría este lió, si no tenia experiencia? Era un cobarde que no podía agradecer por ayuda, que solo dañaba a los que estaban alrededor de el, un desperdicio de vida.—Perdón por ser así.
Sin darse cuenta, un joven de chaleco amarillo supo todo lo ocurrido, mientras se escondías detrás de la puerta y estaba sentado, con un traje escolar—. ¿Por que ese hombre huele tan extraño?—Se pregunto cuando Choromatsu salio de ahí.
ESTÁS LEYENDO
Mi loco abogado.
FanfictionIchimatsu, un enfermero de una escuela común y corriente. Trabaja y vive solo por los gatos que tiene que mantener en su hogar. Por alguna razón al llegar, uno de los gatos se escapó y al llegar de nuevo a su hogar, sin haber encontrado el felino, s...