tres.

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Después de aquella noche se habían comenzado a ver más seguido, siempre en aquel parque... siempre después de las once. No hacían más que sentarse, uno al lado del otro. El mayor fumaba, el menor le contemplaba. Siempre se repetía lo mismo. Alguna que otra vez hablaban, pero no eran conversaciones largas, como mucho eran dos o tres palabras.

— Estás llorando. —Murmuró Changkyun cuando vio al mayor llegar. El pelirrosa intentó quitarse las lágrimas de la cara, aún siendo demasiado tarde ya que Changkyun ya las había visto.— ¿Por qué esta vez? —Preguntó cuando Kihyun se sentó a su lado apoyando la cabeza en su hombro.

— Ya sabes, lo de siempre. —Contestó como si intentase restarle importancia. Changkyun bufó.

— Deberías, no sé, romper con él... mandarle a la mierda, hacerle ver que vales el doble que ese gilipollas. —El mayor sonrió.

— No puedo hacerle eso, no puedo dejarle ahora. Él me quiere.

Aquella noche no volvieron a hablar. Kihyun tampoco fumó. Sólo se quedaron en silencio mirando la luna, esperando a que amaneciese para irse y no volver a verse hasta la noche siguiente.

Fue a las ocho de la mañana, cuando el sol ya llevaba unas horas en el cielo, que Changkyun se levantó de aquel banco y comenzó a caminar hacia su casa. Kihyun ya se había ido pero él necesitaba pensar, pensar en todo lo que le rodeaba. En sus problemas, en los de Kihyun... en todo lo que podrían cambiar sus vidas si pudiesen estar juntos. Pero aquello no era posible, el mayor tenía novio, él no podía decir que era homosexual. Era un problema sobre otro.

Llegó a su casa sin preocuparse por si sus padres le veían, hacía noches que ya no le importaba si le pillaban llegando tarde. Es más, ni siquiera a ellos les importaba si su hijo salía y no volvía hasta por la mañana.

— ¿Dónde estabas? —Preguntó su madre cuando entró por la puerta. Changkyun la ignoró.— Ha venido un chico a verte.

— ¿Quién?

— No sé cómo se llama, está en tu habitación. —Contestó la mujer pasando la hoja de la revista.

— ¿Dejas pasar a un extraño sin saber cómo mierda se llama? —Ella asintió. Changkyun no hizo más pregunta.

Subió las escaleras hasta su habitación de dos en dos, preguntándose quién podría ser la persona que había ido a su casa. Changkyun no conocía a nadie, no tenía amigos. No porque no quisiese, sino porque no tenía tiempo para quedarse en el instituto haciendo amigos, además sabía que con su situación sería imposible tenerlos.

Entró a la habitación temiendo lo peor. Aún así no pudo creerse lo que estaba viendo cuando ya estaba dentro.

— Cuanto tiempo, Im Changkyun. 

porcelain and flowers ❀ changki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora