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Jimin

Jamás imaginé que volvería a Busan y tan solo para ver a mi hermano metido en un ataúd. Una maldita pelea había hecho que Jungkook dejara de existir. Porque demonios tenia que caerle la bala a él. Hasta ahora me pongo a pensar si hice bien el día que me largué a Nueva York. Por una parte pensaba que era lo correcto, así mi madre podria estar tranquila junto a Jungkook, pero ahora no lo veía así.
Los cuatro largos y tortuosos años que pasé en prisión no hacia mas que pensar en ellos. Mi padre murió cuatro días después,  cuando ya me encontraba  encerrado. Pero me tranquilizaba saber que ellos estaban bien sin que ese malnacido se encontrara dentro de esas cuatro paredes.

Suspiré y bajé del avión, respirando aquel aire que Busan soltaba por todas las calles, cogí mi maleta y salí del aeropuerto. No había cambiado nada, en absoluto, todo seguía igual. Tomé un taxi y me dirigí a casa.

Divisaba a través del cristal. Todos aquellos sitios en el que pasé gran parte de mi vida, todo no muy lejos de las familias de clase alta. El taxi se detuvo y pude observar aquella pequeña casa al otro lado de la calle. Mi corazón me empezó a latir con fuerza, no quería pasar por aquella puerta, recordar todo lo que pasó ahí, cada día que pasaba, me torturaba más con mis pensamientos.

Bajé del taxi y ni bien di un pasó, vi la imagen de mi madre parada en la puerta.

_Jimin - llamó, con lágrimas en los ojos. No sabia que decir o hacer, me quedé inmóvil, cuando la tuve cerca la abracé muy fuerte, mis lágrimas no tardaron en salir. El corazón se me encogió al poder  sentirla nuevamente en mis brazos , su aroma, aquel aroma tan familiar.  Había pasado cuatro putos años, desde aquel día de mi condena.

_hijo mío, a pasado tanto - me volvió a abrazar.

_vamos adentro, ya falta poco - la besé en la frente. Le rodeé los hombros con mi brazo y nos dirigimos a casa, al llegar a la puerta me detuve y cerré los ojos, no podía hacerlo. Luego de unos segundos tomé aire y crucé aquella puerta. Dentro se encontraban pocas personas, todas eran caras familiares. Los pocos amigos de Jungkook se encontraban ahí, algunos con unas cuantas magulladuras en el pómulo, otros con un semblante muy triste.

_____:

Observaba el ataúd con gran tristeza, aun no podía creer que Jungkook estuviera ahí, como si tan solo estaría durmiendo. No fuimos muy buenos amigos, pero lo conocí por su madre, quien trabaja como ama de llaves en mi casa. Él siempre venia a recogerla luego que terminara con todas sus obligaciones. Cada vez me lo encontraba en la cocina, nuestra pequeña amistad de un mes empezó ahí, hasta me ayudó a aprobar un curso, sin él no me habría logrado lo que tanto quise, mi graduación.

Tú: no llegué a agradecerte por lo que hiciste por mi - susurré, tocando el cristal - gracias por ayudarme - una lágrima resbaló por mi mejilla. Él era un chico muy guapo, honesto, humilde, inteligente sobre todo, llegando a conseguir una beca en Inglaterra.

Divisé el lugar, muy pocos me eran familiar, por aquella fiesta en la que Jungkook me llevó, llegando a conocer a aquellos chicos rebeldes que ahora se encontraban aquí. Algunos me miraban muy raro, no veía nada de malo que yo estuviera aquí, podría pertenecer a la clase alta pero siempre fui humilde, es lo que valía par mi, la humildad.

Seguí divisando, hasta que detuve mi mirada en alguien, Park Jimin, había regresado, los comentarios con respecto a él no era buena, las habladurias sobre él hacia que hasta el mas rudo le tenga miedo, mi corazón empezó a latir de felicidad, evité sonreír por la situación que estaba pasando. Llevaba un abrigo negro, al igual que su sueter, pantalón y zapatos, se le veia muy sexy, vistiendo todo ese atuendo. Él sostenía a su madre quien no paraba de llorar desde que llegué, quien no lloraría por la perdida de un hijo, de un ángel, como era él.

Luego de unos segundos nuestras miradas se cruzaron, haciendo que sintiera un gran hormigueo. Nuestras edades no coincidían, pero para Jimin siempre fui invisible,  hace cuatro años que Jimin tenia una relación con Taeyeon, eran el uno para el otro, como uña y mugre. Y lo admitiré su estuve enamorada de Park Jimin durante un dificultoso año, hasta que un día se lo llevaron a Nueva York y no lo volví a ver más. No me fue muy fácil olvidarlo por lo que soñaba con él.

Sentía como mis mejillas empezaban a arder y no era de menos, él estaba muy guapo, aunque esa palabra quedaba pequeñisima para gran escultura.

_____ que rayos te pasa no es el momento de pensar estas cosas. Dirigí la mirada a otro sitio, cuando posó su mirada en mi, me empezaba a ruborizar, él jamás me había mirado. Pero la ilusión se fue al ver que Taeyeong pasaba por mi lado con lágrimas en los ojos, dirigiéndose directamente a los brazos de Jimin. Ese perfume de golfa que usaba me daba nauseas. Como odiaba a esa chica, en verdad Cleo (nombre de sus hermanas) tenia mucha razón, bueno siempre la tiene, no debí de venir aquí, debí haberle hecho caso a mi gemela y quedarme en casa junto a ella.

Un nuevo fic 😄 espero que sea de su agrado, ya dije que no soy buena en esto. Esto me salió de la nada, cuando hacia mi trabajo, muy raro en mi😂😂 lo que no les guste ya saben, solo diganmelo.

Besos 🙈🙈

Amor platónico (Jimin y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora