La grieta

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Después de varias semanas, los botes no quedaban listos. Eran pequeñas lanchas para unas veinte personas, y sobrarían de más. Pero las piezas no se encontraban y tenían pocas provisiones. Pero entonces el milagro ocurrió. Al encender su celular, Karina se dio cuenta de que tenía señal. Tenía que aprovechar, e inmediatamente marco el S.O.S, dijeron que debería llegar un Barco en un par de días, pero antes irían provisiones. Y tenían razón. Al día siguiente llego un bote de carga con varias cajas y hieleras, estas contenían comida enlatada y en bolsas térmicas. Una hielera tenía cervezas y paletas de hielo, otra caja tenía cerillos, encendedores y armas blancas, y al parecer se iba a armar la fiesta.

Durante la "reunión" la gente estuvo muy calmada pero tenían un deleite después de un año sin comer como era debido, aunque fueran atunes enlatados. El oleaje estaba bastante relajado, el cielo estaba iluminado por las estrellas y una luna llena, la pequeña fogata estaba a varios metros de cajas y hieleras, Karina se estaba tomando una cerveza, con Emilio, que se estaba terminándose la cerveza y Santiago, que ya se la había terminado, y con la botella vacía, le puso un 75% de gasolina y gasoil, y le metió un paño mojado por la boquilla.
-¿que haces?- preguntó Karina
-Una Molotov, siempre he querido hacer una- le respondió Santiago
-y que vas a hacer con ella?-
-arrojarla- hizo una pausa -no se a donde, pero quiero arrojarla.
-pues no ahorita, jeje
-si claro
Karina volteó y le dio un sorbo a su Cerveza.

El día siguiente la mitad de las cajas ya estaban vacías, la gente estaba muy cansada y algunos borrachos, se aventaron a los tiburones, un bote pesquero se acercó, dos hombres bajaron a la isla, informando a la gente que, antes de partir con todos ellos, alguien debía acompañarlos para investigar, Karina se ofreció, y al llegar al bote, se llevó una sorpresa. La leyenda era real. Alguien había tenido el plan de investigar el mar para ver que tan riesgoso es. A karina le pusieron un traje de buzo y la acompañaron de Pamela y Emiliano, a los cuales las metieron en una jaula, y estaban listas para entrar al océano. El bote tenía una base mediana, una cabina arriba y un poste larguísimo unido con lazos. En la base, habían peces muertos los cuales se venderían de regreso, era de metal y el piso era de madera. Bajaron la jaula unos pocos metros, donde solo no se veía nada. Todo azul, pero una gran área de veía de verde, como una aurora boreal pero solo verde. Las tres fijaron su atención el el fenómeno, pero de repente, su asombro se fue cuando un tiburón peregrino se acercó, solo rodeaba una y otra vez la jaula, y de pronto, salió un helicoprion y siguió los pasos de el peregrino, y luego salió otro y otro, y ya habían tantos que eran incontables, asustados, dieron el llamado para que las sacaran Del Mar, y eso empezó a pasar, la jaula empezó a subir y subir poco a poco, y de pronto, el lazo se rompió y cayeron bastante profundo, sobre una gran roca que guiaba a una pendiente, se arrastraban hasta el abismo, estaban paralizadas, y después, un gran blanco empezó a nadar hacia la jaula, y sorprendentemente la atravesó por completo, su torso estaba en medio de los chavos y la boca y la cola estaban afuera. Pero, el tiburón tenía a Pamela entre sus dientes, y al aplicar presión, Pamela agonizaba mientras fluidos verdes salían por alrededor suyo, y el tiburón seguía masticando su abdomen, y en una de esas, mordió muy fuerte el tanque de oxígeno, tan fuerte que la explosión saco volando la jaula por encima del abismo, donde, el cuerpo decapitado del tiburón cayó, y la jaula sobrevoló y se quedó colgando por otra pendiente.

Asustados desde el barco, los pesqueros se preguntaban que había pasado. La cadena estaba completamente rota y mordisqueada, se asomaban a fijarse, pero no veían nada, y de pronto, un pequeño golpecito sacudió el barco, luego otro, y otro, ya eran tantos que el bote empezó a hundirse, El Capitan se refugió en su camerino, con tres de sus ayudantes, los demás empezaron a meterse donde los peces estaban, y sellaron, el resto, caía al mar y no duraban más de tres segundos vivos. Un enjambre completo de tiburones rodeaba el barco y habían cientos de tiburones de todo tipo, el bote caía cada vez más bajo, y, los tiburones empezaron a perforarlo, el barco se hundía y se hundía, y, un gran blanco apareció. Atacó directamente al camerino, destrozo el cristal y golpeó tan fuerte los controles que, hizo un desastre en cadena, provocando que el bote completo explotara, caía y caía, y dejo de verse en la obscuridad del abismo.

Karina solo veía el gran abismo que parecía una grita que tiraba relámpagos verdes, bajo una aurora, empezó a sentir golpes inquietantes en su espalda, y cuando se dio la vuelta, un tiburón duende ya había golpeado la jaula, esta se partió a la mitad, dejando al descubierto a Emiliano y a Karina, quienes se aferraban a los barrotes de lo que quedaba de la jaula, ellos caían rápidamente hacia la grieta, pero el duende logró atrapar a Emiliano entre sus mandíbulas, karina veía horrorizada la agonia de Emiliano, pero de pronto, empezó a sentir una suave brisa, seguido de unos shockeantes golpes, y estaba a punto de entrar al abismo, pero este, soltó una descarga que saco a karina se regreso, y, el duende estaba justo a donde iba karina, masticando el cadaver de Emiliano, y entonces, explotó. Karina salió disparada hacia los aires, sobrevoló el mar y cayó sobre una cabaña, haciéndola trizas, rebotó, y la jaula vacía fue a parar de vuelta al mar.

Festín en la playaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora