Alguien corrió las cortinas, dejando que los rayos del sol se posaran en mi cara. Entrecerré los ojos y la luz me cegó. Parpadeé distintas veces y pude recuperar la visión. Noté como besaban mi cabeza.
- Despierta, dormilona. Tengo una sorpresa para ti.
Abrí los ojos totalmente y me levanté como un rayo. Miré a mi madre, quien tenía una sonrisa dibujada en el rostro. Me puse las zapatillas de andar por casa y me dirigí hasta el comedor. Allí estaba mi madre y mi hermano pequeño desayunando unos cereales. Cuando me vieron, sonrieron.
- Raquel, toma – mi madre me entregó un sobre amarillo y grande.
Emocionada, corrí hacia ella y lo abrí con ansias, sin mirar el remitente.
“Querida señorita Raquel Castells Meliz, usted ha sido aceptada en la Universidad de Madrid para acceder a la carrera de Traducción e Interpretación. Por favor, si está conforme, siga leyendo y rellene el formulario…”
Terminé de leer la carta y no hacía más que gritar y das saltos de emoción. ¡Había entrado en la Universidad! Abracé a todos los de la casa, incluido mi hermano – nunca lo abrazaba porque me ponía de los nervios. Ellos no podían parar de sonreír y de darme la enhorabuena. ¡Estaba tan feliz!
- ¿Eso quiere decir que te vas de Barcelona? – preguntó mi hermano Xavi fingiendo estar contento.
Lo fulminé con la mirada de broma y sacudí su pelo.
- Sí, pequeñín.
Miré a mis padres. Mi progenitora estaba a punto de llorar. La abracé con fuerza.
- Tranquila, mamá, estaré bien – besé su mejilla. – Aún faltan unos días para que me vaya, ¡aprovechemos el tiempo en familia! – exclamé sonriente.
- Está bien, pero antes vete a poner el pijama – replicó mi padre riendo.
Asentí y me apresuré a cambiarme. Cuando estuve lista, observé mi móvil y lo cogí.
- ¿Mmmm? – respondieron al otro lado de la línea.
- ¿Te he despertado? ¡Lo siento!
- Tranquila, Rach – tenía voz de dormida - ¿Cómo es que llamas?
- ¡Me han aceptado en la Universidad de Madrid! – contesté feliz y emocionada.
Hubo un silencio sepulcral.
- ¿Lay…? – pregunté.
No se escuchaba nada, sólo movimientos de cajones y ruidos extraños.
- ¿¡HAS DICHO UNIVERSIDAD DE MADRID?! – gritó, tanto, que tuve que apartarme el móvil de la oreja.
- Sí, ¿por? – pregunté temerosa acercándome el teléfono para que no volviera a gritar.
Me colgó. Fruncí el entrecejo un poco enfadada. ¿Por qué corta la llamada? Unos segundos después, me llega un mensaje. Es de ella. Por un momento dudé si abrirlo o no, pues estaba un poco molesta. Pero al final lo hice y vi que era una foto. Achiné los ojos y leí lo que ponía esa imagen.
Cuando terminé de leerlo, grité. Recapacité en lo que ponía y algunas lágrimas se asomaban en mis ojos. ¡Íbamos a ir a la misma Universidad! La vería… al fin.
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¡Hola de nuevo! Mucha gente me pedía hacer otra novela de Rubius o de Youtubers y al principio me negué... ¡pero he decidido hacer otra! Sé que será difícil olvidar a nuestra Rojiza, Estel y Marioon, pero ahora tendremos otros personajes, como Lay y Rachel, más los que irán apareciendo a medida que la historia transcurra :) Rubén y los otros aún no saldrán, más adelante sí, porque primero tengo que presentar a las dos protagonistas^^
Espero que os guste :3