EL INICIO DEL PROBLEMA

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Carlos y Renata no se conocieron como todos en un bar, en un cine o un restaurante. Cuando Carlos vio por primera vez a Renata estaban en la recepción de un hotel de la carretera 105 del kilometro 60 del estado de Arizona, ella llevaba un suéter de color verde claro con uno jeans de mezclilla, su cabellera de color nuez hacían contraste con el color almendrados de sus ojos, su piel morena era lo más hermoso que él había visto en toda su vida Carlos deseaba tocar esa piel, besarla y acariciarla con sus labios ellos, el realmente deseaba poseerla tenerla siempre con él.

Renata se dio cuenta de la forma en cómo Carlos la observaba debido que era un poco descarada, esta lo miro de pies a cabeza dándose cuenta que era un tipo elegante, zapatos y ropa de marca. La pregunta

¿Qué hace un tipo de su clase en un hotel como este?.

Renata como cualquier mujer intrigada decidió preguntarle directamente al tipo que la miraba.

-       Hola, ¡¿se te perdió una igual a mi?!

-       No, disculpe en la forma en cómo la mire

-       Okey la acepto, si usted acepta una copa del bar.

Los ojos de Carlos se abrieron tanto que parecían dos faros con luz verde, apretó sus labios, el hombre realmente estaba nervioso pues la mujer que hace un momento estaba deseando ahora le está invitando una copa. Carlos llevo su mano a su cabeza despeinando su cabello tan perfectamente arreglado. Renata se dio cuenta de sus inseguridades, y se había arrepentido de toda propuesta que tal vez este lo había tomado en un tono indecoroso. A lo cual esta masajeo su sien del lado izquierdo.

-       No se preocupe, entiendo.- con un tono derrotista- tal vez debe de pensar que soy una inmoral.

-       No. – en un tono tímido-. Acepto la copa siempre y cuando me deje invitarla.

-       Claro, será un gusto.

Así después de dos botellas de vino tinto, tres de tequila y un barril de cerveza, estaban en la habitación de Renata. Ella pegada a la pared y el frente de ella tratando de quitarle los jeans. Sus manos eran un poco torpes haciendo aquella maniobra tal vez era culpa del alcohol o también porque era un total inexperto, Renata decidió terminar por el aquella situación se desnudo su piel morena contrastaba de forma maravillosa con la oscuridad de la habitación el decidió quitarse la corbata y con ello toda la ropa. Tomo el cuerpo de mujer y como pensó en la recepción la hizo suya era por fin como él lo pensó. Ella comenzó a gemir, aruño su piel hasta sangrar, sin darse cuenta a Carlos le gustaba ese dolor, su piel comenzaba a sudar, a sentir  una gran excitación ambos llegaron al cielo al mismo tiempo y al igual bajaron a la habitación nuevamente para tomar un cigarrillo y mirarse como dos enamorados, de la misma forma en que se miran dos personas que se conocen toda la vida, eso mismo pensó Renata del hombre que la hizo sentir mujer en la cama ella miraba los ojos verdes de Carlos el alquitrán del cigarrillo y la baja luz de la habitación lograba que Carlos pareciera como una ilusión, la piel de Carlos tan blanca como aquellas sabanas parecía un ángel, unos de esos dioses de Grecia.

Al salir el sol ella pensó que él no estaría ahí, ya lo había visto antes << ¿Por qué no ahora?>> Pensó ella, pero se equivoco al abrir sus ojos vio la espalda del hombre con que había pasado la noche, esta acaricio su pelo haciendo que este voltease a verla ambos se asombraban de estar ahí en esa habitación, hicieron nuevamente el amor pero esta vez consientes de cada acto que el otro daba.

Al llegar al medio día fueron a almorzar, ambos se dieron cuenta de algo, que ya no podrían vivir el uno si el otro.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2014 ⏰

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