Capítulo 5.

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Un par de semanas más tarde Louis ya se encontraba firmando los papeles para dar de alta a Harry.

Aún recuerda el -pequeño gran- grito de felicidad que emitió, el regaño de la enfermera, la mueca infantil que le hizo y la estronduosa risa de Harry haciendo eco en la habitación.

"¿es todo?" Cuestionó el castaño
mientras terminaba de firmar unos papeles previamente leídos.

"Si, señor. Ya puede llevarse a su hermano, igual tendrá que venir a las citas que se le agendaron, sólo para asegurar que todo transcurra con normalidad y descartar alguna secuela" respondió la doctora mientras guardaba los papeles.

"Esta bien, muchas gracias." Le mostró una media sonrisa mentras tomaba camino hacia la habitación.

"Hola Harry ¿cómo amaneciste?" Preguntó el ojizaul al momento que entraba canturreando a la habitación con unas cuántas bolsas en mano. De sobra está decir que se encontraba feliz.

"¡Muy bien! Ya me había aburrido un poco estar aquí" mintió. El no quería salir de ahí, le gustaba poder comer tres veces al día, le gustaban las conversaciones sin sentido con Louis, le gustaban las tardes que pasaban jugando juegos de mesa sobre la camilla para que después llegase una enfermera a llamarles la atención, le gustaba las muecas que les hacía Louis a las enfermeras cuando éstas los regañaban.

Ahora volvería al basurero de donde salió, probablemente no volvería a tener tanto contacto con Louis y los botes de basura volverían a ser su menú en días malos donde las propinas eran escasas.

"Mira Harry" dijo alzando las bolsas que traía consigo e interrumpiendo los pensamientos del menor. "te compré una cuánta ropa, ¿o piensas salir con esa bata?" Bromeó.

"Gracias, no ten..." No acabó de decir, ya que Louis lo interrumpió.

"No tenías porqué bla bla bla es mucho gasto bla bla bla, si, ya cállate y métete a bañar, toma. Ahí está todo lo que puedas necesitar." Le tendió las bolsas. "Espero haberle atinado a tu talla" dijo mientras se escogía levemente de hombros.

"G-gracias, y-yo trataré de pagartelo" comentó apenado, muy apenas podía pagarse una pieza de pan ¿que le hacía pensar que podía pagar una camisa que seguramente era muy costosa?.

"Ya te dije que no es nada pequeño ¿cuántas veces tengo que repetirtelo? Ya no pierdas el tiempo y métete, anda que se hace tarde, ¡vamos!" Respondió mientras empujaba levemente al menor dentro del cuarto de baño.

Minutos más tarde Harry se encontraba ya listo, con una camisa negra de los Rolling stones, unos skinny jeans negros rasgados de las rodillas, y unos converse negros también.

"Wow! Le atine a tu talla, y luces mejor de lo que yo luciría en eso, debería ser modista." Dijo orgulloso y expectante.

Harry por su parte sólo desvió su mirada, evitando que Louis viera el carmín que habían tomado sus mejillas.

"Vamos, nos espera una larga tarde."

"¿nos?" Dijo mostrando confusión.

"Si, nos. ¿o creías que te dejaría ir así como así? ¿después de tantos días esperando a que abrieras los ojos?" Dijo con simpleza mientras abría la puerta de la habitación dándole paso al ojiverde.

Harry se sintió especial cuando Louis mismo se aseguró se colocarle correctamente el cinturón de seguridad, y ni hablar de cuando le abrió la puerta del copiloto.

"¿a dónde vamos?" Cuestionó el menor mientras jugaba con el dobladillo de la camisa, notablemente nervioso.

"Es una sorpresa niño, las sorpresas no se dicen, si no ya no son sorpresas" fingió seriedad.

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