Ascension (Jamion) Jamie Hewlett/Damon Albarn (Gorillaz)

Fragmentos de Universo (único)

La ciudad se hundia en el caos.
El cielo se pintaba de un extraño verde grisáceo, mientras el polvo hacía observar todo desde un efecto nebuloso.

Al final, cuando no hay lugar a donde ir, sólo somos histeria e instinto.

Jamie jugaba con el cigarrillo entre sus dedos. Hundido en interrogantes que los reflejos de luz parecían querer iluminar sin éxito.

Era el final, y no había nada más que pensar.

La arena a sus pies se alzaba en espirales para desaparecer. No podía sentirse perdido... Damon estaba ahí. Sentado en silencio junto a él entre la maleza y la reja oxidada que les servía de respaldo. Ambos atravesaban juntos el mismo escenario de destrucción, un ciclo que terminaba arrastrando a todos al abismo.

¿Qué es lo que piensa alguien cómo Damon? Una cuestión sin respuesta...
No existe humano semejante a Damon.

El ilustrador prefirió enfocarse en el vibrante fuego entre las cenizas. Unas pocas farolas que aún funcionaban parpadeaban salvándolos de la oscuridad y volviéndolos a ella.

Estar con Damon siempre fue sentirse perdido en el universo.
Abrumador... y hermoso.

La colonia habitual del rubio llegaba hasta él, llenándolo de recuerdos y sensaciones.
¿En cuántas ocasiones no apreció el aroma?

Sintió la necesidad de volver la vista a su compañero, pero la mantuvo en algo semejante a su presencia; La luminosidad y el caos.

Damon seguía el curso del humo en el tabaco de Jamie, trazaba en su mente las mismas figuras hasta verlas desvanecer. Sentía frío.
En algún sitio aún sonaban melodías, se sintió agradecido por ello. Las personas que hace unas horas corrían dispersas se habían extinguido. El desastre continuaba lejos de ellos. Las alarmas dejaron de aullar, hundiendo el sitio en un denso silencio. Anhelaba leer lo que el artista pensaba, envidiaba su serenidad, la calma en que se manejaba.

Absolutamente contrario a su ser.

Se sentía vulnerable, pero más preparado que en toda su vida.
¿Sería el momento ideal para discernir y dar respuesta al misticismo de la existencia? De ser así, era jodidamente triste.

—¿No tenías una canción para esto? —Jamie preguntó al instante en que él lugar volvió a iluminarse en un estruendo. La esencia a humedad resaltaba una lluvia cercana.

—Siento que ahora cada melodía habla de ello —El viento blandía violento los arbustos que se mantenían en pie. El lugar que solía visitar para inspirarse lucía desolado, las atracciones infantiles se habían cubierto de óxido sin explicación, permaneciendo en una abrumadora quietud.

La vulnerabilidad se dejó ver en la voz del rubio. Jamie la había aprendido a identificar con él tiempo, aunque Damon creyera pasar desapercibido.

La misma fragilidad al hablar de su familia, de la música, de su antigua banda, de los que se fueron, de Graham... Del universo.

—Todo terminará hoy. Probablemente sea la última vez que nos veamos. Siento que debo ser sincero contigo, Damon. Cómo no lo he sido antes —El diseñador tiró el tabaco y flexionó sus rodillas. Sin mirarle, aun cuándo lo deseaba.

Ante el silencio de su amigo, Damon giró su rostro levemente hacía él —Te escucho.
La última vez que nos veamos... Juro que no estoy listo para hacerlo.

—Lamento haber sido tan egoísta. Traté de hacerte ver y sentir a mi modo. Jamás valoré al mítico hombre que eras. No podrías asemejarte ni un poco a mí, porque tú eres asombroso —Jamie sintió que una carga en su ser se aligeró. Damon observaba la escena con el rostro más triste que él artista hubiera visto. Sintió un doloroso impulso de resguardarle.