Capitulo 4

743 62 0
                                    



Sábado 18 de julio 9:47 a.m.

Allison corría hacia una bicicleta que estaba tirada en la calle, descalza, asustada y con el vestido totalmente sucio, se subió, comenzó a pedalear como si su vida dependiera de ello, pues en realidad así era. Llorosa y con el corazón en la boca manejó la bicicleta hasta que... un espantoso ruido la despertó.

Estaba soñando... frente a ella, se encontraba Jhon, el esbelto moreno, vestía un polo azul y usaba un bóxer negro. Le indicó que se parara y por favor bebiese las píldoras que este le ofrecía.

– No querrás quedarte embarazada después de esto- fue lo que Jhon le dijo; Allison lo vio directamente a los ojos, acto seguido escupió en el rostro de su actual servidor. Iracundo Jhon se limpió  y reventó un fuerte manotazo en la pared.

– ¡Perra asquerosa! más te vale hacer lo que te decimos, que aun te queremos viva. Bebe esta mierda, ¡colabora! – Allison no tuvo otra opción que hacerlo, a final de cuentas era lo mejor para ella. Jhon se retiró.


Allison desesperanzada en su totalidad y a oscuras, se mantenía sentada en la esquina del cuarto, se abrazaba las piernas para intentar darse cierto ápice de protección, mordía las sogas y lloraba amargamente, viendo la ventana que adornaba su tumba en vida, los barrotes que servían como seguridad para la misma, era su única escapatoria, su única salida. Solo había pasado un día desde su captura, pero el suplicio mental que sentía era totalmente devastador. Aproximadamente a media noche de ese mismo día, escuchó conversaciones, Allison se acercó lo más rápido posible hacia la puerta, pego su mejilla izquierda para intentar escuchar algo de la conversación, enseguida notó que era un idioma extranjero, pudo deducir que era quizá chino o coreano, admirada y a su vez eufórica, empezó a gritar rogando por ayuda.

- ¡Sáquenme de aquí! ¡Por favor! ¡Auxilio! ¡Auxilio! -

Sus gritos de desesperación eran perturbadores. La conversación se detuvo, la cerradura empezó a sonar, ella asustada se alejó tropezándose y terminó el piso sentada viendo en frente; la puerta se abrió, Roberto, Kenji y un señor notablemente oriental, estaban frente a ella, todos llevaban puesto con saco y corbata, el señor de características orientales le hacía ciertas preguntas a Kenji, él le respondía en el idioma extranjero; todo seguía su curso, hasta que el señor dijo algo que, en efecto, detuvo la respiración y el corazón a Allison.

- "Cincuenta mil dólares. Nada más"-

Roberto miró a Allison, regresó su mirada al desconocido,  estrechó su mano con la suya, como cerrando un trato.

– Mañana a las diez de la noche, yo me encargo de tenerla lista para su viaje. Siempre es un placer hacer negocios con usted señor Zhou.

- Deja de llorar que solo nos excitas. - le dijo Roberto a la tan miserable prisionera.

La puerta se cerró... ahora todo tenía sentido para Allison, dedujo cuál era la finalidad de esa cita.


Allison solo quería conocer a Roberto se dejó llevar por su bello rostro y su gran capacidad de seducción. Solo quería conocer el amor.

ESTOY LISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora