Photograph; +18

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La cámara encajaba perfecta entre sus manos. Sus dedos se amoldaron al artefacto correctamente, enfocando en el plato de frutas que tenía frente a él. Esperó unos segundos a que la imagen enfocara y capturo el momento.

TaeHyung tenía un don en las manos.

No pretendía presumir, pero él sabía que no era un fotógrafo cualquiera. Pagaban mucho por él, por su talento. Desde galas hasta eventos deportivos, había pasado por cada uno de los escenarios, y no pensaba detenerse. Las fotografías eran un recuerdo, uno imborrable, y él amaba conservar esos recuerdos, hacer que otros disfruten de ellos. La cámara y TaeHyung eran uno, tal para cual.

Esa mañana esperaba un cliente, uno especial, un modelo.

La oferta le fue hecha la madrugada de ese mismo día. Él no solía aceptar pedidos sin anticipación, pero al ver el nombre de la empresa, tragó todo su orgullo y contestó afirmativamente. Una agencia de modelaje más conocida que su pueblo natal estaba ofreciéndole una muy, muy buena paga por hacer un simple book a uno de sus modelos más importantes. Nadie rechazaría eso, y él no sería la excepción.

El timbre sonó. Apartó su vista de la foto que había tomado del plato de frutas, increíble por cierto. Ordenó su cabello castaño claro y bajó las escaleras de su estudio. Respiró profundo antes de girar la perilla, tratando de prepararse para un carácter fuerte tal vez, un engreído modelo, lo que sea.

No estaba listo para ese chico.

Cabello castaño oscuro, ojos grandes y cafés, junto con una encantadora sonrisa. El chico hizo una reverencia, mirando a los ojos del más alto. Vestía un jersey color celeste y unos jeans, su clavícula era visible, junto con el lunar que llevaba en esta. El chico era perfecto, completamente perfecto.

Por un momento, TaeHyung perdió el aire.

No podía parar de ojear su detallado cuerpo, su todo. Sintió su miembro apretarle entre sus pantalones al fijar sus ojos disimuladamente en sus muslos. Tragó saliva con dificultad. Su mente jugaba sucio con él.
Ya se lo estaba imaginando debajo suyo, gimiendo y gritando como una...

— ¿Hyung? ¿No me escuchó?

Parpadeó un par de veces antes de volver a mirar al menor. Volvió en si al sentir el suave tacto de su mano con su hombro. Demonios, su perversión siempre lo llevaba lejos.

—Lo lamento... ¿Qué decías?

—No me presente aún... —esbozó una pequeña sonrisa, haciendo sacudir el corazón del fotógrafo—. Me llamo Jeon JungKook, disculpe si he venido temprano... ¿Usted es V, no es así? ¿Kim TaeHyung?

—Ese mismo —sonrió de lado, haciéndose a un lado para que el menor pase. Se despidió del agente de seguridad que lo estaba acompañando con una pequeña reverencia y cerró la puerta.
JungKook se quedó parado, inmóvil, pues era casa ajena y no quería irrumpir donde no debía. Su desconfianza aumentó en cuanto el dueño de aquel estudio desapareció por una de las puertas y lo dejo solo, a la deriva.

Sin mucho más que hacer, además de permanecer en el lugar, decidió subir las escaleras hacia arriba. Un hermoso ventanal lo recibió, junto con una pared con un león de frente, color negro y neón. Muchas luces de colores estaban esparcidas por el departamento. Un sofá color gris le daba seriedad al lugar, mientras que a su lado un estante color verde manzana exhibía miles y miles de cámaras, viejas y nuevas. Estaba de más decir que era un lugar espacioso, pintoresco, le gustaba mucho.

Descartó la idea de que su fotógrafo sea uno cualquiera.

—Así que, JungKook —dio un pequeño salto al oír la voz grave de su mayor a sus espaldas. Se dio la vuelta de golpe, casi con miedo de ver el rostro del castaño al saber que había subido sin permiso a su estudio, pero sus inseguridades bajaron en cuanto vio como este sostenía dos tazas de café. Tomó una en cuanto le fue extendida e hizo una pequeña reverencia—. He oído bastante sobre ti.

photograph; vkook +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora